El martirio de Swiatek

Ayer hubo un gran j¨²bilo en el S¨ªnodo porque el cardenal Kazimierz Swiatek cumpl¨ªa 85 a?os. Es un hombre con una historia terrible, gastado y roto, pero no le dejan retirarse. El Papa y la curia vaticana, tan intransigentes, con raz¨®n, para jubilar por edad a los prelados, le han pedido que siga en la brecha, en un inmenso pa¨ªs ex sovi¨¦tico, Bielorrusia, con s¨®lo 116 sacerdotes. Swiatek, el cardenal imprescindible, es el m¨¢s viejo, con mucho, del S¨ªnodo, pero ese m¨¦rito al fin y al cabo se cura con la edad. Lo que ayer celebraron con el coraz¨®n apretado los cardenales, arzobispos y obispos de la vieja Europa es el final feliz de una historia martirial. Swiatek vivi¨® 60 a?os perseguido, fue condenado a la pena capital, estuvo dos meses en la celda de la muerte y tuvo que trabajar 10 a?os en campos de concentraci¨®n estalinistas. Desarroll¨® en el S¨ªnodo una definici¨®n que caus¨® curiosidad: la del Homo sovieticus, a la que acudi¨® el obispo m¨¢s joven, el ruso Klemens Pickel, de 38 a?os, cuya di¨®cesis es cuatro veces mayor que Alemania.