La electricidad vendr¨¢ del cielo
El Sol ilumina los alrededores de la Tierra continuamente y con m¨¢s fuerza que ilumina su superficie, porque sus rayos no sufren el filtro de la atm¨®sfera. Aprovechar la energ¨ªa del Sol a 36.000 kil¨®metros de altura y transmitirla directamente a la Tierra para su aprovechamiento como electricidad es una idea ya antigua que se va acercando a su realizaci¨®n. La potencia solar espacial est¨¢ siendo estudiada en serio por unos cuantos especialistas y ha obtenido nueva financiaci¨®n en Estados Unidos, Jap¨®n y Francia que creen viable esta fuente de energ¨ªa, en principio limpia e inagotable.
Los partidarios de explorar las posibilidades de la potencia solar espacial, un concepto tecnol¨®gico que combina la energ¨ªa solar con la tecnolog¨ªa espacial, recuerdan que, lo mismo que sucede con las comunicaciones por sat¨¦lite, este concepto permite pensar en transmitir directamente energ¨ªa a zonas concretas de la tierra, como los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, o zonas aisladas, como las islas.La teor¨ªa es muy bonita y las consecuencias de su puesta en pr¨¢ctica pueden ser revolucionarias; la puesta en pr¨¢ctica es un poco m¨¢s dif¨ªcil, como se puso de manifiesto en una reciente revisi¨®n del tema y no se espera que estos sistemas sean comercialmente viables antes de 15 a?os.
El concepto de sat¨¦lite solar de potencia fue inventado en 1968 por Peter Glaser, investigador en Estados Unidos, y examinado a fondo en los a?os setenta por el Departamento de Energ¨ªa de Estados Unidos y la agencia espacial estadounidense NASA. Luego, los trabajos fueron abandonados por causas diversas, que abarcaron desde lo cara que resultar¨ªa la energ¨ªa que se obtuviera a las implicaciones militares del proyecto, en una ¨¦poca en la que todav¨ªa reinaba la guerra fr¨ªa. La ca¨ªda de los precios del petr¨®leo a principios de los a?os ochenta tampoco ayud¨® a obtener apoyos para un proyecto que era exclusivamente estadounidense.
Ahora, con la preocupaci¨®n por los gases de efecto invernadero y el cambio clim¨¢tico, las crecientes necesidades energ¨¦ticas en todo el mundo y los avances t¨¦cnicos en las ¨¢reas solar y espacial, el escenario ha cambiado mucho y la NASA, por ejemplo, ha vuelto a estudiar el tema en los ¨²ltimos a?os con financiaci¨®n expl¨ªcita y con la colaboraci¨®n de numerosas empresas.
Un sat¨¦lite solar podr¨ªa proporcionar ahora potencia en el rango de los megavatios. El dise?o m¨¢s avanzado recibe el nombre de torre solar y consiste en un largo m¨¢stil a cuyos lados se suceden los conjuntos de concentradores solares. Lo que se est¨¢ intentando es dise?ar prototipos que no necesiten transporte especial, es decir, que puedan ser lanzados por cohetes ya en el mercado y que se ensamblen solos en ¨®rbita.
El paso siguiente a la captaci¨®n de la energ¨ªa ser¨ªa la transmisi¨®n a la Tierra y sobre esto ya se est¨¢n haciendo experimentos en tierra, porque la misma tecnolog¨ªa servir¨ªa para transmitir energ¨ªa de un lugar a otro en la superficie terrestre. La energ¨ªa solar captada se transformar¨ªa, por medio de magnetrones, en radiaci¨®n en el rango de las microondas, que se transmitir¨ªa directamente a la superficie terrestre, con antenas adaptadas a las caracter¨ªsticas de la potencia a transmitir.
En una isla
Uno de los experimentos m¨¢s avanzados de transmisi¨®n de potencia se est¨¢ haciendo en la isla de Reuni¨®n, en el Pac¨ªfico, con ayuda del centro espacial franc¨¦s CNES. Se trata de transmitir 10 kilovatios de potencia a un pueblo situado a s¨®lo 700 metros de la red pero de muy dif¨ªcil acceso. La NASA, por su parte, ha puesto en marcha un estudio de c¨®mo se podr¨ªa integrar la electricidad procedente del espacio en el suministro, muy deficiente, que tiene ahora la ciudad mexicana de Veracruz.
El impacto ambiental de los sistemas espaciales de generaci¨®n de energ¨ªa no se puede olvidar. Los estudios iniciales indican que hay que vigilar el impacto de las microondas no s¨®lo sobre la salud, sino tambi¨¦n sobre las comunicaciones, la astronom¨ªa, el tr¨¢fico a¨¦reo y el funcionamiento de los equipos m¨¦dicos. Los expertos se?alan que se trata de minimizar los posibles efectos negativos y compararlos siempre con los de otras fuentes de energ¨ªa.
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