Van Gogh en el estercolero
"?Pasta? Claro que ganaba pasta, un huevo de pasta. Pero ten¨ªa la vida vac¨ªa del estr¨¦s y los pulmones jodidos por los productos t¨®xicos que se utilizan para decorar. Ahora no tengo tanto dinero pero soy mucho m¨¢s feliz: creo que es ¨²til lo que estoy haciendo". Pepe Zapata, Papi para los amigos, sonr¨ªe con su enorme cara de goma, rematada con perilla hebraica. Parece un elfo criado en Seattle. Sonr¨ªe en su taller Humus de la calle Hornos de M¨¢laga.Un taller creado en los bajos de un inmueble del siglo pasado. Palmo a palmo, Zapata -antes interiorista, decorador y fot¨®grafo de modas, ahora artista desde lo inservible: un Van Gogh del estercolero- ha transformado el agujero en un lugar de encuentro y ense?anza. S¨®lo con sus manos, ingenio, gran dosis de conciencia medioambiental, mucho sentido com¨²n y todas las basuras del mundo.
El taller es la culminaci¨®n de unos a?os donde Zapata se debat¨ªa entre las pelas, la creatividad y la evidencia. A?os de ansiedad y contradicci¨®n. A?os de constataci¨®n de hechos. Por ejemplo, que la basura ya no cabe en el planeta y que el arte tambi¨¦n crea residuos. Por ejemplo, que el artista se considera en la sociedad parte de una ¨¦lite y no busca relacionarse con el p¨²blico. O que para hacer una escultura no hay que talar un roble. "Basta con ir al vertedero", dice.
El Taller Humus es el primero en Andaluc¨ªa de estas caracter¨ªsticas. Forma parte de un movimiento muy activo en Alemania o Inglaterra y que en Espa?a se materializa en empresas o colectivos como Reciclarte (Lanzarote), Grapart (Barcelona), Asociaci¨®n Recicleta (Pa¨ªs vasco) o la asociaci¨®n Nacional de Amantes de la Basura.
Los proyectos en marcha de Zapata, s¨®lo o de la mano de otros artistas y asociaciones, son inumerables: la creaci¨®n de un Museo de Arte Reciclado en el barrio marginal de La Palmilla; un libro blanco colectivo sobre medioambiente ante el fin de milenio; talleres artesanales de formaci¨®n (con papel, de murales o ropa reciclada) destinados a artistas, ONG o educadores medioambientales o encuentros multiart¨ªsticos. Zapata, de 30 autodidactas a?itos, sigue decorando locales y haciendo escenograf¨ªas de teatro. Pero siempre con materiales rechazados. Los bares Calle de Bruselas, Faet¨®n, Passion o Caf¨¦ con Libros llevan su sello inconfundible.
Algunos proyectos creativos resumen perfectamente su filosof¨ªa. El que titula N¨®madas consiste en hacer esculturas m¨®viles que hacen la funci¨®n de casas transhumantes para gente sin techo. En todas sus acciones y piezas se mezclan creatividad y actitud pol¨ªtica. Pero tambi¨¦n un sentido pr¨¢ctico muy acusado. "Si no tienes dinero, ni sitio para almacenar las cosas lo l¨®gico es aprovechar cosas que se tiran y darle usos posibles", dice junto a imaginativos muebles y juguetes realizados por ¨¦l y sus alumnos, donde se mezclan ancianos, emigrantes y estudiantes de artes y oficios.
Zapata les ense?a a buscarse la vida, a sacar petr¨®leo de lo rechazado y a ponerse de parte de la Naturaleza. Y a reconocer que en la basura hay tesoros escondidos y leyes indiscutibles. "La basura tiene due?os y una cadena humana vive de ella: gitanos, marroqu¨ªes o yonquis. Yo la respeto y cojo lo que nadie quiere", asegura.
El residuo del residuo: el material del que est¨¢n hechos los sue?os razonables. Zapata se siente "mosquito, a mucha honra. S¨¦ que no puedo parar la locomotora, pero llenar¨¦ de picotazos al maquinista".
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