Perplejidad y recelo en San Sebasti¨¢n por la llegada de Clemente a la Real
La ciudadan¨ªa donostiarra (futbol¨ªstica o no) ha acogido con perplejidad y recelo el nombramiento de Javier Clemente como entrenador de la Real Sociedad. El club m¨¢s silencioso de Espa?a elige al entrenador m¨¢s tronante del cat¨¢logo, que adem¨¢s es socio del Athletic de Bilbao, el m¨¢ximo rival. Un amplio sector de la poblaci¨®n no se explica la elecci¨®n del nuevo entrenador, a la que encuentran m¨¢s problemas que desventajas. Clemente se esmer¨® ayer en su presentaci¨®n oficial en ofrecer una imagen de consenso social y deportivo.
La expectaci¨®n era absoluta en la sala de prensa de Anoeta. M¨¢s que en ning¨²n otro caso, la contrataci¨®n de Javier Clemente plantea un sinf¨ªn de interrogantes sobre lo adecuado de la decisi¨®n adoptada por el club donostiarra. Por eso la conferencia del nuevo entrenador realista dur¨® una hora aproximadamente. San Sebasti¨¢n llevaba 24 horas interiorizando la decisi¨®n del Consejo de Administraci¨®n que preside Luis Uranga. Si la destituci¨®n de Bernd Krauss era esperada, la llegada de Javier Clemente, aunque anunciada en algunos entornos realistas, conmocion¨® a la sociedad donostiarra.Su condici¨®n de bilba¨ªno y de socio del Athletic chirr¨ªa con la sensibilidad de los sectores m¨¢s entregados a las pol¨¦micas de vecindario (muy incendiadas ¨²ltimamente en ambos territorios). Un sector que s¨®lo alterar¨¢ su opini¨®n negativa en funci¨®n de los resultados y de la ausencia de conflictos o desplantes con la afici¨®n.
La horquilla m¨¢s amplia del entorno realista muestra una perplejidad absoluta que conlleva un recelo sobra la presencia de Clemente en el banquillo de Anoeta. La Real Sociedad es un club que ha hecho de la discreci¨®n una bandera casi absoluta. Una entidad silenciosa que ni siquiera hizo ruido con la consecuci¨®n de los dos campeonatos de Liga (1980-81, 1981-82) y ha sobrellevado los problemas tambi¨¦n en la intimidad. Ni los traspasos obligados de sus figuras (Kodro, Kovacevic), ni la presencia abrumadora de John Benjamin Toshack -en alg¨²n momento un poder f¨¢ctico en el club- o conflictos a¨²n recientes (Cvitanovic le llev¨® a los tribunales de justicia), han alterado el talante domiciliario de la Real que han cultivado todos sus presidentes.
La presencia de Clemente en el banquillo parece anunciar un cambio de actitud y buena parte de la afici¨®n teme que el club se vea inmerso en una dial¨¦ctica desconocida hasta ahora.
Desde el mismo momento de conocerse la contrataci¨®n de Clemente, la direcci¨®n de la Real Sociedad ha lanzado un mensaje constante: la necesidad de mostrar unidad para sacar al equipo de la actual situaci¨®n. El propio Luis Uranga reconoc¨ªa ayer que la decisi¨®n podr¨ªa producir una "disparidad de criterios" entre los 27.000 abonados de la entidad, y reclamaba inmediatamente que todos ellos pusieran "por delante el inter¨¦s y el bien de la Real Sociedad, que es lo importante".
El Consejo de Administraci¨®n es consciente de que ha optado por una apuesta arriesgada. Ayer pudo evaluar el recelo social que provocaba su decisi¨®n, no ya en los sectores m¨¢s radicales sino en un amplio margen de ciudadanos que inicialmente ven m¨¢s problemas que ventajas en la elecci¨®n de Javier Clemente. El t¨¦cnico de Barakaldo (Vizcaya) es el cuarto entrenador vasco que dirige a la Real Sociedad tras haber dirigido al Athletic. Antes que ¨¦l lo hicieron Antonio Barrios (1963-1964), Rafael Iriondo (1972-1974) y Javier Irureta (1995-1997).
Pero Clemente es un caso singular. Sus enfrentamientos con los medios de comunicaci¨®n y el peso (positivo y negativo) de su pasado reciente, como seleccionador nacional y entrenador del Betis, unido a la cautela de un amplio sector de la poblaci¨®n guipuzcoana anuncian un escrutinio constante de su influjo social.
La Real quiere huir de las hemerotecas de los conflictos con el entrenador m¨¢s pol¨¦mico de los ¨²ltimos a?os. Luis Uranga conf¨ªa en los resultados y en el impulso que su nuevo entrenador de a la cantera para voltear un estado de ¨¢nimo actual, quiz¨¢ m¨¢s contrario que favorable a la contrataci¨®n de Clemente. El nuevo t¨¦cnico no perdi¨® la oportunidad de se?alar que siempre ha pensado que la pol¨ªtica de cantera de la Real funciona mejor que la del Athletic. Algo que viene pensando y diciendo hace tiempo, pero que ayer ten¨ªa algo de gui?o al respetable.
Clemente, acostumbrado a finales llenos de divisi¨®n social, estrena una nueva etapa, que ya ensay¨® en Sevilla: comienza con la divisi¨®n en pleno apogeo y la perplejidad como caldo de cultivo, en el campo del vecino, con la intenci¨®n de acabar en el consenso. Otra novedad jam¨¢s conseguida: en el Athletic, Espanyol, Atl¨¦tico, selecci¨®n nacional y Betis nunca pudo salir en silencio. Ayer tuvo un primer aliento: unas decenas de seguidores le aplaudieron al salir de Anoeta.
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