Huida hacia el barranco

TAL VEZ no fue oportuna desde un punto de vista pol¨ªtico la detenci¨®n de Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva, Carmen, dirigente de ETA que hab¨ªa participado en el contacto que esa organizaci¨®n sostuvo en mayo con representantes del Gobierno. Es una cuesti¨®n discutible. Lo indiscutible es que el criterio para detener a una presunta delincuente que circula armada, con documentaci¨®n falsa y listas de posibles objetivos terroristas no puede ser el de la oportunidad pol¨ªtica.No al menos en el estado actual de cosas: con ETA robando toneladas de dinamita, extorsionando a los empresarios y planteando unas condiciones que sabe inasumibles para reanudar los contactos. Si la polic¨ªa francesa hubiera evitado la detenci¨®n de esa activista, o la hubiera puesto en libertad tras identificarla, habr¨ªa transmitido un mensaje de impunidad: que ETA puede seguir extorsionando, robando explosivos, preparando atentados sin temor a la acci¨®n policial. Y si el Gobierno espa?ol hubiera transmitido indicaciones en tal sentido, habr¨ªa comprometido la colaboraci¨®n antiterrorista. ?sta s¨®lo puede asentarse sobre criterios de respeto a la ley.

La experiencia de los poli-milis indica que nada favorece tanto la autodisoluci¨®n de los grupos terroristas como la evidencia de su vulnerabilidad. La detenci¨®n de Bienzobas fue una medida pacificadora, aunque ya entonces hubo voces que cuestionaron su oportunidad. El caso de Carmen es algo diferente por su papel de interlocutora, y por eso resulta m¨¢s discutible. Pero no tanto como para considerar que hay que "compensar" a ETA mediante alg¨²n gesto que le devuelva la confianza.

Que eso lo diga el responsable de la seguridad del Gobierno vasco, Javier Balza, es tan grave que pudo pensarse en un lapsus. Por eso pareci¨® una exageraci¨®n que el socialista Belloch insinuase que tal vez esa filosof¨ªa explicaba la lenidad de la Ertzaintza frente a la kale borroka. En Euskadi, sin embargo, enseguida hay alguien dispuesto a demostrar que nada es inveros¨ªmil: la cabeza visible del PNV en Navarra, Jos¨¦ Antonio Urbiola, ha redondeado el patinazo dictaminando que si se quiere negociar con ETA "la justicia penal debe quedar en suspenso". Ya lo saben los de la capucha y los extorsionadores: barra libre. Seg¨²n Ibarretxe, es hora de que los pol¨ªticos dejen de "hacer el rid¨ªculo" con sus "diferencias y peleas". No es posible dejar de compartir ese juicio. Si es cuestionable el acierto del PP vasco al plantear como respuesta una moci¨®n de censura, tampoco el Parlamento de Vitoria pod¨ªa otorgar con su silencio. Lo mismo cabe decir de los nacionalistas que asisten espantados a esta huida adelante en la que sus dirigentes compiten en ver qui¨¦n la dice m¨¢s gorda.