El velo alzado
George Eliot -Mary Ann Evans en la vida real- escribi¨® en 1859 un impresionante relato que lleva por t¨ªtulo El velo alzado.Sirve esta expresi¨®n para sintetizar lo que fue la deslumbrante actuaci¨®n de Rosa Torres-Pardo en el ciclo de Iberm¨²sica (30 a?os ya: enhorabuena), nada m¨¢s y nada menos que con las Goyescas de Granados.
En un repertorio en el que Alicia de Larrocha ha sentado c¨¢tedra, la pianista madrile?a Rosa Torres-Pardo se alz¨® el velo y mostr¨® una absoluta madurez, sin ning¨²n tipo de complejos ni condicionamientos. Su lectura fue en primer lugar, de una serenidad que llevaba inevitablemente a una mirada interior. Dram¨¢tica hasta el estremecimiento en El amor y la muerte, elegante sin perder el tono popular en El fandango del candil, chispeante en el Coloquio en la reja, a¨¦rea y sutil en La maja y el ruise?or, de una gran capacidad de seducci¨®n en Los requiebros o con fantas¨ªa sin perder de vista el lado rom¨¢ntico en la Serenata del espectro.
Rosa Torres-Pardo
Granados: Goyescas. Ciclo Iberm¨²sicas. Auditorio Nacional, 28 de octubre.
La concentraci¨®n o, si se prefiere, la interiorizaci¨®n de la pianista madrile?a permiti¨® una versi¨®n reposada y a la vez llena de energ¨ªa, natural, sin ning¨²n tipo de excesos ni de afectaci¨®n. Su compresi¨®n de Granados le permiti¨® mostrarlo desde una desnudez exuberante (valga la aparente contradicci¨®n).
Torres-Pardo cultiva con frecuencia la m¨²sica espa?ola, incluso la m¨¢s inusual, como la de los m¨²sicos de la generaci¨®n de la Rep¨²blica. En Granados alcanza de momento sus cotas m¨¢s altas. En esa perspectiva, el recital de Goyescas marca el hito m¨¢s elevado de su carrera concertista hasta ahora.
Lejana ya la imagen de pianista temperamental, id¨®nea especialmente para las sonatas de Prokofiev o similares, Rosa Torres-Pardo va espaciando sus pasos con inteligencia y tal vez no est¨¦ tan lejano el momento en que se decida aproximarse a Iberia, de Alb¨¦niz. Despu¨¦s de escuchar su Granados no es ninguna utop¨ªa inalcanzable.
El pelele, ofrecido como propina, permiti¨® a la pianista despedirse con virtuosismo. Fue, de principio a fin, una velada de alta intensidad, con el velo alzado.
Un acontecimiento.
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