El ¨¢rbitro desarm¨® al Celta
Salinas se aprovech¨® de las expulsiones de Mostovoi y Makelele
El partido dur¨® 45 minutos. En Mendizorroza hubo f¨²bol hasta el descanso, tambi¨¦n mucha ambici¨®n. S¨®lo falt¨® el gol. Despu¨¦s del intermedio apenas qued¨® nada, salvo 20 jugadores resignados a terminar un partido sentenciado y a esperar un gol que, como no pod¨ªa ser de otra manera, marc¨® Julio Salinas. La culpa la tuvieron las tarjetas. El Celta se top¨® con Meg¨ªa D¨¢vila, uno de esos ¨¢rbitros con m¨¢s af¨¢n de protagonismo, y se qued¨® con nueve jugadores durante media tarde. Y claro, con tanta ventaja, no perdona ni el Alav¨¦s, un equipo que hab¨ªa marcado un gol en las anteriores cinco jornadas.La clave la dio la expulsi¨®n de Mostovoi, rigurosa a todas luces. Sumada a la de Makelele pocos minutos despu¨¦s, el Celta qued¨® desarmado y el partido, dinamitado. Mientras los dos equipos tuvieron el mismo n¨²mero de elementos en el terreno, la vista lo agradeci¨®. Los amantes del f¨²tbol ofensivo y sin ataduras se vieron recompensados. Man¨¦ y V¨ªctor Fern¨¢ndez liberaron el c¨ªrculo central del habitual yugo que oprime a los futbolistas creativos. A cambio, el bal¨®n se movi¨® de ¨¢rea a ¨¢rea sin aparentes obst¨¢culos.
ALAV?S 1
CELTA 0Alav¨¦s: Herrera; Morales, Karmona, T¨¦llez, Josete; Desio, Pablo (Azkoitia, m. 71); Nan Ribera (Javi Moreno, m. 83), Astudillo, Magno (Julio Salinas, m. 59); y Kodro. Celta: Dutruel; C¨¢ceres, Sergio, Djorovic, Juanfran; Makelele, Giovanella; Karpin (Tom¨¢s, m. 78), Mostovoi, Gustavo L¨®pez (Velasco, m. 46); y McCarthy (Turd¨®, m. 66). Gol: 1-0. M. 60. Kodro retrasa el bal¨®n desde la l¨ªnea de fondo para Josete, quien centra y Salinas cabecea ajustando el bal¨®n al palo izquierdo de Dutruel. ?rbitro: Meg¨ªa D¨¢vila, del colegio madrile?o. Amonest¨® a Morales, T¨¦llez, Pablo, Magno, Nan Ribera, Velasco y Herrera. Expuls¨® por doble amarilla a Mostovoi (minuto 43) y Makelele (m. 47). Unos 17.000 espectadores en Mendizorroza.
McCarthy abander¨® al Celta, pero el mal fario le persigue. Cada vez que se plant¨® ante Herrera, el portero alavesista le gan¨® el pulso. En el Alav¨¦s hubo m¨¢s diversidad. Unas veces Kodro, otras Magno, y casi siempre el peligro naci¨® en la banda derecha, terreno propiedad de Nan Ribera. El equipo vitoriano s¨ª marc¨®, en dos ocasiones, pero los goles quedaron anulados justamente.
Hasta que llegaron las expulsiones. El partido perdi¨® jugadores, inter¨¦s, ritmo y a uno de los dos actores. El Celta no tuvo otro remedio que atrincherarse en el borde de su ¨¢rea y esperar lo inevitable. Entr¨® al c¨¦sped Salinas y un minuto y medio despu¨¦s ya hab¨ªa resuelto el partido. Pero el Alav¨¦s, coartado como quien teme abusar del d¨¦bil, se volvi¨® conformista. Escandalosamente conformista. Hasta tal punto que los pocos jugadores de V¨ªctor Fern¨¢ndez terminaron encerrando a los vitorianos y ¨¦stos, pidiendo la hora.
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