Guerra de las galaxias
LA GUERRA de las galaxias est¨¢ de vuelta, y no precisamente en las pantallas de cine, sino en los dise?os de la Casa Blanca, el Congreso de EE UU y el Pent¨¢gono. No se trata de una reposici¨®n del primer episodio que Ronald Reagan puso en marcha hace m¨¢s de tres lustros. Entonces, en 1983, la llamada Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica hubiera roto el equilibrio del terror entre las dos superpotencias y lanzado una nueva carrera de armamentos. Ahora, la llamada Defensa Nacional contra Misiles (NMD), sobre la que Clinton ha de tomar una decisi¨®n en junio pr¨®ximo, podr¨ªa generar un nuevo impulso hacia la proliferaci¨®n nuclear.La iniciativa de EE UU -pruebas de nuevos sistemas contra misiles, oferta a Rusia de renegociar el Tratado ABM de 1972, que limitaba estas defensas dejando a las partes vulnerables ante un posible ataque nuclear del otro- se produce en un preocupante contexto: la poca seguridad sobre el control de las armas nuclares en Rusia, a pesar de la ejemplar desnuclearizaci¨®n de algunas ex republicas sovi¨¦ticas; la proliferaci¨®n de misiles de largo alcance, aunque no sean nucleares; la entrada de India y Pakist¨¢n en el club nuclear, y la negativa del Senado de EE UU a ratificar el Tratado de Prohibici¨®n Total de las Pruebas Nucleares, cuando justamente por ser el pa¨ªs con mayor poder¨ªo militar y tecnol¨®gico tendr¨ªa que haber marcado la l¨ªnea. As¨ª hubiera ganado mucha m¨¢s seguridad que con una defensa que se puede superar por un sistema de saturaci¨®n.
Sin duda la tecnolog¨ªa ha avanzado, y lo que no era posible en 1972, o siquiera en 1983, puede serlo ahora, aunque est¨¢ por demostrar que, incluso as¨ª, EE UU lograse una buena defensa contra posibles ataques de Estados locos o grupos terroristas. Tambi¨¦n en la iniciativa en curso hay un intento de afianzar la absoluta superioridad estadounidense en el terreno militar, y de alimentar a una industria nacional que ha perdido importantes ingresos con la reducci¨®n de los gastos militares en la posguerra fr¨ªa. Pero una verdadera sabidur¨ªa deber¨ªa llevar a EE UU a abandonar unas armas nucleares que han perdido todo sentido, lo que le dar¨ªa al Estado m¨¢s poderoso del mundo autoridad para presionar por la desnuclearizaci¨®n.
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