Un estudio analiza a los precursores m¨ªsticos de Teresa de Jes¨²s
La profesora de la Universidad de Puerto Rico Luce L¨®pez-Baralt ha puesto de manifiesto el antecedente que el m¨ªstico suf¨ª Ab¨² I Hasan al Nuri de Bagdad, del siglo IX, supone para otros m¨ªsticos posteriores como es el caso de Teresa de Jes¨²s. En el libro de Al Nuri Las moradas de los corazones, que L¨®pez-Baralt ha traducido y prologado, destacan las similitudes entre las siete moradas conc¨¦ntricas a las que se refer¨ªa la m¨ªstica abulense del siglo XVI en su obra Castillo interior o Las moradas con las moradas de los corazones representados en siete castillos conc¨¦ntricos de Al Nuri.El libro de uno de los m¨ªsticos pioneros del sufismo, que ha sido presentado en el trancurso del Congreso Internacional de M¨ªstica Femenina Mujeres de Luz, muestra c¨®mo Al Nuri "trabajaba los siete castillos conc¨¦ntricos del alma como una de las moradas de los corazones en el sentido exacto en el cual Santa Teresa lo iba a describir siete siglos m¨¢s tarde". La obra de Al Nuri es "una colecci¨®n de im¨¢genes visionarias como si fuera un caleidoscopio brillante y en movimiento constante a modo de descripciones po¨¦ticas como la del coraz¨®n como casa, como jard¨ªn..., como siete castillos conc¨¦ntricos".
La profesora puertorrique?a ha relatado que lleg¨® a conocer la obra de Al Nuri a trav¨¦s de Teresa de Jes¨²s, aunque fue en Beirut donde comenz¨® su itinerario investigador del m¨ªstico suf¨ª, tras lo cual estudi¨® ¨¢rabe e inici¨® el acercamiento a su obra in¨¦dita en 1976 en la capital de Irak, que luego complet¨® con los manuscritos de otros m¨ªsticos en Estambul. L¨®pez-Baralt considera que tanto el mayor conocedor de la obra de Al Nuri como su obra in¨¦dita perecieron en la guerra del Golfo, lo que impedir¨¢ ya la publicaci¨®n de sus obras completas.
La investigadora quiso destacar lo avanzado del m¨ªstico suf¨ª y su antig¨¹edad respecto a la cultura occidental indicando que, "cuando hace 11 siglos Al Nuri aleccionaba a sus correligionarios en lo tocante a las moradas de los corazones representados en siete castillos conc¨¦ntricos, no s¨®lo mi Puerto Rico estaba sin descubrir, sino que el castellano daba sus primeros latidos".
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