La fascinaci¨®n de Dean Martin
Una recopilaci¨®n del displicente cantante norteamericano se convierte en superventas
Martin Scorsese quiere rodar su biograf¨ªa, posiblemente con Tom Hanks como protagonista. Loquillo le celebra en su ¨²ltimo disco, Nueve tragos. En Arizona, ha surgido un grupo de rock llamado Friends of Dean Martin, aunque las objeciones de sus celosos herederos -tuvo tres esposas y siete hijos reconocidos- han obligado a cambiar su nombre a Friends of Dean Mart¨ªnez. Y un disco de grandes ¨¦xitos (Lo mejor de Dean Martin, EMI) vende centenares de miles de copias internacionalmente, beneficiandose del nuevo lanzamiento de sus canciones en anuncios y bandas sonoras. Dean Martin sigue triunfando cuatro a?os despu¨¦s de su muerte.Lo ¨²ltimo que Martin pod¨ªa imaginar -o desear- era convertirse en h¨¦roe cultural entre la generaci¨®n ex grunge. A diferencia de sus compa?eros del temible Rat Pack -el Clan de las Ratas, que encabezaba Frank Sinatra y completaba Sammy Davis Jr.-, apenas se involucr¨® en pol¨ªtica, ni siquiera se sinti¨® particularmente fascinado por la Mafia, y tampoco aprovech¨® su celebridad para comportarse abominablemente. En 1988 se descolg¨® de la gira de despedida del citado Rat Pack alegando una nebulosa enfermedad. Todo le dejaba fr¨ªo, incluyendo la admiraci¨®n que le profesaban disc¨ªpulos como Elvis Presley.
Dino Paul Crocetti, nacido en Ohio en 1917, siempre funcion¨® por la regla del m¨ªnimo esfuerzo. Hijo de un barbero, ejerci¨® de boxeador y tah¨²r hasta que descubri¨® una actividad menos peligrosa: ten¨ªa una voz agradable que causaba especial impacto en las mujeres. Se hac¨ªa llamar Dean Martini y era un granuja que ca¨ªa simp¨¢tico, capaz de ceder grandes porcentajes de sus futuros ingresos a cambio de adelantos para salir de apuros sin que tal pr¨¢ctica tuviera un desenlace fatal.
Hubiera languidecido en el circuito de locales del hampa de no ser por su emparejamiento con Jerry Lewis. Juntos hicieron numerosas pel¨ªculas y se convirtieron en la pareja c¨®mica m¨¢s popular de Estados Unidos, con Martin en el papel de cantante serio que soportaba impasible las payasadas de su compa?ero. Duraron diez tormentosos a?os, hasta 1956, cuando Martin empez¨® a aceptar papeles dram¨¢ticos en el cine y potenci¨® su carrera discogr¨¢fica.
Musicalmente, jugaba a todas las cartas. Cultiv¨® sin pasi¨®n el repertorio italiano -That"s amore, Volare- y, con prodigiosa desfachatez, pas¨® a interpretar ritmos latinos en discos como Cha-cha de amor o canciones francesas. Se dedic¨® tambi¨¦n al country, acentuando a¨²n m¨¢s la faceta sentimental del personaje de borrach¨ªn fil¨®sofo que le proporcion¨® sus mayores ¨¦xitos: Everybody loves somebody, You"re nobody ("til somebody loves you). Carente de la aspiraci¨®n art¨ªstica de un Sinatra, acept¨® grabar trivialidades o hacerlo con recargadas orquestas y melosos coros que, sin embargo, no llegaban a asfixiar su estilo c¨¢lido, su voz de vividor que se paseaba por las canciones renunciando a implicarse emocionalmente.
Animador de numerosos programas televisivos, fue amado por los estadounidenses, que le relacionaban con el esplendor golfo de Las Vegas, con una dolce vita de la que ¨¦l disfrutaba sin esfuerzo aparente. Resulta caracter¨ªstico que en 1959, empujado por su amigo Sinatra, que colabor¨® incluso dirigiendo la orquesta, se decidiera a realizar un disco conceptual, Sleep warm. Con un pu?ado de canciones relativas a... dormir y so?ar.
Babelia
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