La Fiscal¨ªa no siempre acusa
"?Sabes por qu¨¦ los fiscales son inmortales?". "Por qu¨¦?". "Porque viven como verdaderos dioses". Esta especie de chiste-comentario circula por los corrillos de abogados de Valencia desde hace meses, tal vez a?os, para reflejar la envidia que sienten los letrados ante la posici¨®n del fiscal -una parte privilegiada en los litigios- o exteriorizar su desilusi¨®n ante la apat¨ªa o simple y burocr¨¢tica correcci¨®n funcionarial con la que algunos miembros de la acusaci¨®n p¨²blica, en algunos asuntos, despachan los casos de su competencia. ?Cu¨¢nto trabajan los fiscales? Pregunta de imposible respuesta. El fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana, Enrique Beltr¨¢n, reitera en las ¨²ltimas memorias anuales de su departamento su cansancio ante la dificultad de afrontar cualquier compilaci¨®n estad¨ªstica. Valga el ejemplo de 1998: "Nuevamente y aunque se me tilde de repetitivo", escribe Beltr¨¢n, "debo manifestar con las mismas palabras lo que dije en mis anteriores memorias: no est¨¢n preparadas las Fiscal¨ªas para hacer un adecuado estudio de la delincuencia".
El director general de Justicia de la Generalitat va m¨¢s lejos: "?Qui¨¦n sabe cu¨¢ntos escritos de acusaci¨®n y comparecencias en juicio debe hacer un fiscal al mes?", se pregunta Eloy Velasco en un estudio, completo y profundo, titulado Efectividad y coste de la Justicia en la Comunidad Valenciana. Probablemente, nadie tiene la respuesta. Seg¨²n los fiscales consultados, los especialistas de la acusaci¨®n p¨²blica en la jurisdicci¨®n penal y civil (53 de 71) atienden entre 2.000 y 3.000 casos por juzgado y a?o.
La memoria de la fiscal¨ªa de Valencia del a?o pasado -la ¨²ltima disponible- informa de la apertura de 79.622 investigaciones, 25.716 por hurto, 18.034 por lesiones o tan s¨®lo una por un delito de aborto. La magnitud de las cifras da una idea de la carga de trabajo del ministerio p¨²blico, aunque muchos de esos asuntos son archivados de manera r¨¢pida por no suponer delito alguno o ante la imposibilidad de descubrir al autor de la ilegalidad. Ahora bien, estos desorbitados n¨²meros no tienen consecuencias pr¨¢cticas en la Fiscal¨ªa.
As¨ª opinan varios abogados, de larga trayectoria, preguntados al respecto. "Es evidente que la Fiscal¨ªa ha ca¨ªdo en la aton¨ªa. Sus funcionarios pasan por los temas de puntillas y aplican la ley del m¨ªnimo esfuerzo por lo general. Valgan dos ejemplos: nunca respetan los plazos de los diversos tr¨¢mites procesales y, por lo general, tampoco acuden a muchas de las comparecencias que se realizan", asegura un letrado, que como el resto de preguntados, prefiere guardar el anonimato.
Ello, a pesar de la importancia que el fiscal tiene seg¨²n la articulaci¨®n del sistema judicial espa?ol. "Sin perjuicio de las funciones encomendadas a otros ¨®rganos, el Ministerio Fiscal tiene por misi¨®n promover la acci¨®n de la Justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del inter¨¦s p¨²blico tutelado por la ley, de oficio....".
La Ley ?rg¨¢nica del Poder Judicial habla de defensa de la legalidad, inter¨¦s p¨²blico o derechos de los ciudadanos. El Estatuto que rige la carrera fiscal incide en esa l¨ªnea -la acusaci¨®n p¨²blica es un instrumento del Estado para combatir el delito- y le da un papel preponderante en los juzgados. Una de las funciones del fiscal es la de "intervenir en el proceso penal, instando a la autoridad judicial la adopci¨®n de las medidas cautelares que procedan y la pr¨¢ctica de las diligencias que procedan al esclarecimiento de los hechos, pudiendo ordenar a la Polic¨ªa Judicial aquellas otras que estime oportunas", apunta la ley aprobada en 1981.
Varios miembros de la Fiscal¨ªa de Valencia creen que su instituci¨®n no cumple de la mejor forma con estos preceptos. Todos ellos cargan la responsabilidad sobre Beltr¨¢n. "Dirige la Fiscal¨ªa con m¨¦todos obsoletos y est¨¢ totalmente acomodado: se ha especializado en eludir los problemas", dice uno de los miembros de la acusaci¨®n p¨²blica. "Eso", apunta otro, "redunda en una inexistente cultura del trabajo en la que los profesionales responsables cumplen y los m¨¢s acomodados eluden el trabajo. Afortunadamente, ¨¦stos son los menos".
Defensa de la acusaci¨®n
Beltr¨¢n no se molesta en rebatir las cr¨ªticas de algunos de sus subordinados, aunque si quita hierro a la ausencia de la acusaci¨®n p¨²blica en algunas investigaciones - "seguimos de cerca todos los casos de importancia"- y cita la interminable retah¨ªla de compromisos que deben atender apenas medio centenar de fiscales: "Vistas en la Audiencia de Valencia, en los juzgados de lo penal, en los juzgados de instrucci¨®n, guardias, incidencias, informes.....". Adem¨¢s, Beltr¨¢n defiende el buen hacer de sus compa?eros de carrera con una comparaci¨®n con los abogados. "En ocasiones, los m¨¢s de 5.000 letrados en ejercicio en Valencia piden la suspensi¨®n de juicios o nuevos plazos para presentar escritos por la acumulaci¨®n de faena. Pues bien: el fiscal m¨¢s vago triplicar¨ªa su sueldo si saliera al mercado, lo que da una idea de lo que trabaja".
Otros fiscales defienden la labor de Beltr¨¢n (66 a?os, a cuatro de la edad de jubilaci¨®n) al tiempo que lamentan el desconocimiento que de su instituci¨®n tienen otros estamentos de la Administraci¨®n de Justicia y la sociedad en general. "Es in¨²til acudir a declaraciones que son conducidas casi exclusivamente por el juez y es innecesario seguir estrechamente la instrucci¨®n de un caso, especialmente con el volumen de papel que se tramita desde aqu¨ª. El fiscal est¨¢ para hacer cumplir la ley, pero eso no se hace necesariamente acudiendo a las declaraciones", dice un veterano miembro de la carrera, que defiende los m¨¦todos de trabajo impuestos por Beltr¨¢n. "Las acusaciones contra la Fiscal¨ªa son injustas".
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