"La Uni¨®n debe mejorar la protecci¨®n de los inmigrantes"
Gil Carlos Rodr¨ªguez Iglesias (Gij¨®n, 1946), presidente del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), con sede en Luxemburgo, inicia hoy una visita oficial a Espa?a encabezando al pleno de los magistrados, en la que ¨¦stos debatir¨¢n con el Supremo y el Constitucional asuntos de inter¨¦s com¨²n. El m¨¢ximo responsable de que la Uni¨®n Europea (UE) sea un espacio jur¨ªdico com¨²n en cuanto a las leyes que ya son comunes, propugna ampliar los derechos de los residentes/inmigrantes procedentes de terceros pa¨ªses en la Uni¨®n, reclama a los 15 Gobiernos una reforma que permita acelerar los procesos y considera que la crisis que acab¨® con la Comisi¨®n de Santer plantea la "exigencia de una responsabilidad m¨¢s rigurosa" a todas las instituciones. Jurista preciso y prudente, contesta a las preguntas m¨¢s pol¨ªticas "a t¨ªtulo personal".Pregunta. Usted siempre fue partidario de una Constituci¨®n Europea. ?La ve ahora m¨¢s cerca o m¨¢s lejos que hace cinco a?os?
Respuesta. Lamentablemente, no soy muy optimista. No parece que haya mucho consenso para avanzar. Sigo pensando que es deseable. Pero cada vez que alguien propone algo similar a un proceso constituyente europeo se levantan muchas voces en contra. La prueba son las dispares reacciones al reciente informe de los sabios encabezados por Jean-Luc Dehaene.
P. Aumentan los partidarios de una Carta Europea de Derechos Fundamentales.
R.Pero hay que esperar a ver c¨®mo se concreta. Hay muchas concepciones sobre esa constitucionalizaci¨®n. Me parece que late m¨¢s bien la idea de realizar un acto cargado de simbolismo pol¨ªtico que de responder a una insuficiencia de protecci¨®n de los derechos de los ciudadanos. Para que fuera algo tangible habr¨ªa que conseguir una clara definici¨®n de esos derechos y una protecci¨®n de los mismos adicional a la actual.
P. No parece entusiasta.
R. Desde un punto de vista pragm¨¢tico, no percibo en la sociedad europea una deficiencia de protecci¨®n de los derechos fundamentales, pero todo es mejorable.
P. A esa idea se le a?ade la de redactar un Estatuto del Residente, que homogenice en toda Europa los derechos de los inmigrantes procedentes de terceros pa¨ªses.
R. ?se s¨ª es un sector donde cabe mejorar la protecci¨®n de los derechos. La Uni¨®n tiene necesidad de mejorar los derechos de los residentes, en el contexto de la progresiva unificaci¨®n europea.
P. Aumentar¨ªan las competencias del tribunal.
R. Acabo de reunirme con el ministro finland¨¦s. Su idea es que la funci¨®n de protecci¨®n de esos derechos se concentre en los tribunales nacionales. Pero en la medida en que el TJCE tendr¨¢ instrumentos de interpretaci¨®n, a trav¨¦s de su competencia prejudicial, s¨ª repercutir¨ªa, porque se trata de una extensi¨®n del campo de aplicaci¨®n del derecho comunitario.
P. ?Est¨¢ satisfecho del equilibrio entre libertades y seguridad alcanzado en la cumbre de Tampere? ?O hay una deriva obsesiva hacia la seguridad?
R. Estamos ante un proceso en gestaci¨®n. Es verdad que existe el peligro de que la unificaci¨®n en la pol¨ªtica sobre estos asuntos conduzca a un ¨¦nfasis excesivo sobre los aspectos de seguridad, en detrimento de las libertades individuales. Pero en esto s¨ª que soy optimista, porque la sociedad europea y muchas fuerzas pol¨ªticas est¨¢n velando porque no se produzca esa deriva excesiva hacia el aspecto de la seguridad.
P. Han presentado al Consejo propuestas para encajar el nuevo Tratado de Amsterdam.
R. Su esp¨ªritu es dar al Tribunal mayor flexibilidad para adaptarse a los casos que debe resolver, respetando las garant¨ªas procesales. Queremos tratar m¨¢s r¨¢pido los casos urgentes, m¨¢s sencillamente los asuntos que no plantean grandes problemas y concentrarnos en los m¨¢s importantes.
P. Para ello plantean varias medidas.
R. Yo destacar¨ªa la creaci¨®n del procedimiento acelerado, de manera que, en circunstancias de excepcional urgencia, el TJCE decida r¨¢pido una cuesti¨®n prejudicial . Para algunos, esto es chocante, porque llegar¨ªa hasta la supresi¨®n de la fase escrita para concentrarse en la fase oral. Las cuestiones prejudiciales constituyen la mayor¨ªa de los procedimientos, por eso lo que m¨¢s nos preocupa es su duraci¨®n, que se a?ade a la de los tribunales nacionales. Otra propuesta es la decidir por auto asuntos que son resolubles en base a la jurisprudencia existente, que son muy repetitivos o muy claros.
P. Para realizar estos cambios necesitan el acuerdo del Consejo.
R. Han tenido una acogida favorable. Ahora los eval¨²a un grupo de expertos. Espero que obtendr¨¢n luz verde en general durante la presidencia portuguesa . Algunos Gobiernos tienen dudas sobre la conveniencia del procedimiento acelerado, consideran indispensable la fase escrita. Espero poder convencerles.
P. Con la ampliaci¨®n, la UE tendr¨¢ 18, 20 o 25 miembros. ?Y el Tribunal?
R. Lo veo como ahora. A diferencia de otras instituciones, el TJCE trata de seguir siendo lo que es. La Conferencia Intergubernamental (CIG) posiblemente tenga un temario limitado, porque si empieza en el 2000 y acaba el mismo a?o, dif¨ªcilmente puede ser exhaustiva. En ese caso, hemos propuesto que se modifiquen las condiciones para la modificaci¨®n del reglamento: nosotros querr¨ªamos ser aut¨®nomos, pero subsidiariamente pedimos que al menos se suprima la exigencia de unanimidad para modificar los procedimientos. Casi todos creen que la unanimidad es desproporcionada.
P. ?Teme que alg¨²n Gobierno aproveche la CIG para intentar cortar las alas del Tribunal, al ser la instituci¨®n que garantiza jur¨ªdicamente el camino europe¨ªsta?
R. No lo excluyo, pero no parece probable, pues no detecto elementos que hagan presagiar ese peligro. En la CIG anterior s¨ª hubo una serie de propuestas, procedentes sobre todo del Reino Unido, en fase de euroescepticismo agudo, que cuestionaban elementos del acervo judicial comunitario, y una idea alemana tendente a limitar las cuestiones prejudiciales.
P. ?Qu¨¦ conclusiones extrae de la crisis institucional que desemboc¨® en la dimisi¨®n de la Comisi¨®n de Santer?
R. La crisis se precipit¨® por un c¨²mulo de circunstancias desafortunadas, y dio una imagen de desorden institucional que quiz¨¢ no correspond¨ªa plenamente a la realidad. Dicho esto, su desenlace supone la afirmaci¨®n de la exigencia de una responsabilidad m¨¢s rigurosa a todas las instituciones comunitarias.
P. Al empezar su primer mandato, en 1995, usted se propon¨ªa aumentar la productividad del Tribunal, pero la duraci¨®n de los procesos sigue siendo casi la misma, unos veinte meses.
R. No hemos mejorado mucho. Por un lado, estamos muy preocupados por la duraci¨®n de los procedimientos; por otro, satisfechos de que no haya empeorado. S¨ª ha mejorado el n¨²mero de asuntos que resolvemos: en 1994 fueron 292, y en 1998, 420. Pero tambi¨¦n ha aumentado el n¨²mero de asuntos presentados, de 351 en 1994, a 485 en 1998. Resolvemos m¨¢s asuntos, aunque no pueda ser m¨¢s r¨¢pidamente. Al aumentar los asuntos que llegan y agravarse los problemas de traducci¨®n, haber conseguido que la situaci¨®n no se deteriore es un logro, pero esa satisfacci¨®n no disminuye la preocupaci¨®n por la duraci¨®n de los procesos.
P. ?Cu¨¢ndo dictar¨¢n sentencia sobre los casos de las vacaciones fiscales vascas y del ex comisario Martin Bangemann?
R. El primero ya est¨¢ en fase de deliberaci¨®n, tras las conclusiones del abogado general; el segundo, en fase de procedimiento escrito.
P. Son casos importantes para Espa?a. El presidente tiene la facultad de decretar su urgencia.
R.Que yo recuerde, nadie ha solicitado una urgencia especial.
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