Contra la disoluci¨®n, concentraci¨®n

Realmente me sorprende mi capacidad de asombro. Pensaba que ya estaba curado en salud, acostumbrado a leer y o¨ªr frases tan ingeniosas como "en un a?o hemos asombrado al mundo", "seremos la envidia de Espa?a" etc. Mi cara tan s¨®lo mostraba un rictus de iron¨ªa, una lejana mirada de amargura. En fin, pensaba (ingenuo de mi), me he adaptado bastante bien a la estulticia de mis gobernantes, sigo trabajando y, aun no sin esfuerzos, mantengo con mi depresi¨®n una relaci¨®n cort¨¦s y de mutuo respeto.Y, de pronto, ??zas!! Llega a mis manos una fotocopia del Anteproyecto de Ley de la Generalitat Valenciana por la que se suprime el Area Metropolitana de l"Horta. Por Zeus, ??el ¨¢rea metropolitana de l"Horta!! Mis inefables gobernantes se proponen disolver no el molesto Consell Metropolit¨¤ de l"Horta sino el ¨¢rea en si , un producto hist¨®rico y social por el que casi mill¨®n y medio de valencianos vivimos en la misma ciudad real. Por si hab¨ªa sido un lapsus linguae, sigo leyendo el texto y me vuelvo a encontrar con la "supresi¨®n del ¨¢rea metropolitana de l"Horta" en otro p¨¢rrafo del pre¨¢mbulo. ??Magn¨ªfico!! Sab¨ªa de poderes f¨¢cticos y demi¨²rgicos pero no pod¨ªa imaginarme tal demostraci¨®n de poder, incluso trat¨¢ndose, como es evidente en este caso, del famoso poder valenciano temido por doquier.

Ante tal cataclismo, pens¨¦ inmediatamente en avisar urgentemente a los alcaldes de la comarca. Ante la disoluci¨®n, concentraci¨®n. Proced¨ªa una r¨¢pida evacuaci¨®n manu militari, una concentraci¨®n de la poblaci¨®n en el ¨²nico espacio no amenazado: el coto de Rita. Tal vez cupieran todos los extranjeros de extramuros en el Jard¨ªn del T¨²ria y en el Saler si la Cruz Roja nos proporcionaba suficientes tiendas de campa?a. Y si no, siempre nos quedaba la huerta si cont¨¢bamos con el permiso del oportuno salvem.

Finaliz¨® de este modo la breve sesi¨®n de risoterapia en compa?¨ªa de unos buenos amigos y un buen vino. De regreso a casa, mientras intentaba conciliar el sue?o, la risa ¨¢cida se torn¨® en amarga reflexi¨®n pero no aburrir¨¦ al lector. Simplemente propondr¨¦ la concesi¨®n de la medalla al m¨¦rito cultural del Generalitat del 2000 (la de este a?o ya la tiene la se?o con sobrados m¨¦ritos) al o a la insigne redactor/a del anteproyecto que nos ocupa. En primer lugar, por la significativa confusi¨®n y preclara ignorancia que denota al confundir el hecho (el ¨¢rea metropolitana) con la moribunda instituci¨®n gobernante (el Consell Metropolit¨¤ de l"Horta) . En segundo lugar , por la bazofia que nos ofrece, producto de la feliz coincidencia de dos errores: el recorte competencial del organismo metropolitano aprobado por Ley 4 / 1995 (Lerma, Burriel, Belenguer... ?alguna explicaci¨®n?) y la cortina de humo del famoso Pacto Local absolutamente inoperante e ineficaz sin una reforma previa de los gobiernos locales, la mayor¨ªa de los cuales simplemente no puede asumir competencias delegadas de m¨ªnima enjundia en raz¨®n a su dimensi¨®n y recursos humanos. Pacto Local que, incluso en su vaguedad, prevee un r¨¦gimen especial para las grandes ciudades.

Es decir, con la excusa de una ley impresentable y de una declaraci¨®n de buenas voluntades se construye un anteproyecto que suprime sine die el gobierno metropolitano del ¨¢rea de Valencia propugnando, sin sonrojarse "modelos de actuaci¨®n que permitan la prestaci¨®n de servicios supramunicipales con mayor agilidad, eficacia y menor coste". No mareen la perdiz. ?D¨®nde encontrar mayor agilidad , eficacia y menor coste que en nuestras bien amadas Diputaciones? Tres personas y un solo Dios verdadero. Y a quien Dios se la d¨¦, San Pedro se la bendiga. Y si en todo el mundo hay gobiernos metropolitanos, incluso con elecci¨®n directa, peor para ellos. Nosotros somos as¨ª.

Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.