La paz de las religiones
Justo cuando obispos franceses hacen gala de su malestar por la fiesta de Halloween y deploran la "paganizaci¨®n" de la sociedad moderna, un acuerdo hist¨®rico re¨²ne en Augsburgo a cat¨®licos y protestantes luteranos. ?Las divisiones entre las Iglesias cristianas (...) no son ajenas al retroceso de la fe, a la secularizaci¨®n de la sociedad europea y a esa necesidad de "re-encantar" el mundo, aunque sea con el culto a las brujas! Ahora se han levantado las condenas entre cat¨®licos y luteranos. Pero se han necesitado m¨¢s de cinco siglos para que "papistas" y "herejes" entierren sus desacuerdos (...) Desde el concilio Vaticano II se han necesitado treinta a?os de crudas negociaciones (...) para desenredar un contencioso desde hace tiempo incomprensible para el hombre moderno. El ecumenismo est¨¢ hecho de pasos adelante e inmovilidad. (...) La paz de Augsburgo entre cat¨®licos y luteranos representa un avance, pero es demasiado tard¨ªa. (...) Otras crispaciones doctrinales permanecen entre cat¨®licos y anglicanos (...) Y, tras la ca¨ªda del muro, conflictos de jurisdicci¨®n se han encendido entre ortodoxos y cat¨®licos, prohibi¨¦ndose, por ejemplo, toda visita del Papa a Mosc¨². M¨¢s que cualquiera de sus predecesores, Juan Pablo II ha acelerado la marcha hacia la reunificaci¨®n. Pero el ejercicio centralizado de gobierno de la Iglesia cat¨®lica, sus tomas de posici¨®n en materia moral, sus iniciativas solitarias para la preparaci¨®n del jubileo cristiano del 2000 mantienen una costosa tensi¨®n entre los que se atribuyen la misi¨®n de anunciar la unidad al mundo. 2 de noviembre
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