Dos de las ocho incineradoras espa?olas emiten m¨¢s dioxinas de lo que aconseja la UE
En tres a?os se han reducido 17 veces las emisiones, seg¨²n el primer inventario del CSIC
Las incineradoras de residuos urbanos de Matar¨¢ (Barcelona) y Girona emiten niveles de dioxinas y furanos superiores al limite recomendado por la UE, seg¨²n el avance del primer inventario espa?ol sobre emisores de estas sustancias t¨®xicas. Los an¨¢lisis del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y el Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (CIEMAT) en los ¨²ltimos tres a?os revelan, no obstante, que las emisiones de dioxinas de las ocho incineradoras espa?olas se han reducido de 20 gramos a 1, 2 gramos al a?o y figuran entre las m¨¢s avanzadas del mundo.
El avance de los resultados del inventario, presentado en un congreso internacional de dioxinas celebrado en septiembre en Venecia, revela en dos incineradoras unas emisiones de dioxinas superiores al limite recomendado por la Uni¨®n Europea, que es de 0,1 nanogramo (mil¨¦sima parte de la millon¨¦sima parte de un gramo) por metro c¨²bico.
Este l¨ªmite lo superan las incineradoras de residuos s¨®lidos urbanos de Girona, que alcanzan los.0, 7 nanogramos por metro c¨²bico, y la de Matar¨®, en Barcelona, que presta servicio a una mancomunidad de 28 municipios del Maresme En el caso de esta ultima, la emisi¨®n de dioxinas alcanza 1, 08nanogram¨®s por metro c¨²bico, la m¨¢s alta de Espa?a.
La de Girona funciona desde el a?o 1982 y es una de las m¨¢S peque?as. Quema s¨®lo 31.000 toneladas de residuos al a?o, mientras que la de Matar¨®, que comenz¨® a funcionar en 1995, se sit¨²a entre las intermedias de las ocho que operan en Espa?a, al tratar 137.000 toneladas al a?o. Jes¨²s Pardo, responsable de medio ambiente de la empresa Tratactament i Revaloritzaci¨® de Residus del Maresme (TVRM), que tiene la concesi¨®n de la planta, afirma que los datos son exactos y que la incineradora cumple todos los requisitos legales, tanto estatales como auton¨®micos.
Los requerimientos a los que se refiere obligan a ll un control exhaustivo sobre emisiones que trimestralmente es remitido a las autoridades medioambientales auton¨®micas y estatales. En algunas comunidades aut¨®nomas no se permite el funcionamiento de las incineradoras de residuos urbanos por encima de los l¨ªmites recomendados por la UE (en la llamada directiva Seveso), pero no es el caso de Catalu?a, donde, seg¨²n el portavoz de TVRM, ese criterio se aplica a las de residuos peligrosos y no ser¨¢ obligatorio para las que queman residuos urbanos en tanto no se transfiera al derecho b¨¢sico espa?ol un proyecto de directiva europea aplicable a todo tipo de residuos.
Nueva directiva
La Comisi¨®n Europa espera tener aprobada -a finales del a?o pr¨®ximo una nueva directiva que refunde los criterios operativos para todo tipo de incineradoras y establece unas condiciones operativas muy estrictas sobre los valores l¨ªmite de emisiones a la atm¨®sfera de contaminantes clave, como gases ¨¢cidos, ¨®xidos de nitr¨®geno, (NO y NO di¨®xido de azufre (SO ¨¢cido clorh¨ªdrico (C1H) y metales pesados. Se espera que las emisiones de cadmio disminuyan de las 16 toneladas por a?o de 1995 a 1,1 toneladas en el 2005, y que las de mercurio pasen de las 36 toneladas anuales a 7,1 en el mismo periodo.
En cuanto alas dioxinas y furanos, se impondr¨¢ una reducci¨®n de emisiones a todas las incinera doras de la LIB, de manera que ninguna supere los 10 gramos por a?o para ¨¦l 2005. Seg¨²n este criterio, todas las incineradoras de residuos s¨®lidos urbanos espa?olas cumplir¨¢n los requerimientos ambientales europeos, a la vista de los datos q arroja el primer in ventano espa?ol de dioxinas: Este proyecto es fruto de un acuerdo suscrito en 1998 por los ministerios de Industria -(a trav¨¦s del CIEMAT), Educaci¨®n-y Cultura y Medio Ambiente para identificar los sectores que generan las dioxinas y furanos en Espa?a.
Estas sustancias son productos sin ning¨²n inter¨¦s comercial que se producen en la fase intermedia del proceso de fabricaci¨®n de lubricantes, aditivos, pinturas, colorantes, -preservantes de la madera, plastificantes, retardantes de llama, circuitos el¨¦ctricos y. aparatos d¨¦ televisi¨®n. Tambi¨¦n se generan en los incendios forestales, la combusti¨®n incompleta de residuos y veh¨ªculos de motor (tr¨¢fico), en la industria del blanqueo de pasta de papel, la metal¨²rgica y la qu¨ªmica d¨¦ s¨ªntesis. Las dioxinas y furanos forman una familia de compuestos org¨¢nicos constituidos por carbono, hidr¨®geno, ox¨ªgeno y cloro. A las primeras se les llama gen¨¦ricamente policlorodibenzo-para dioxinas (PCCD), y a los segundos, policlorodibenzofuranos (PCDF).
Dioxinas en la dieta
Unas y otros se caracterizan por su inalterabilidad en el agua y los suelos y su gran resistencia a la degradaci¨®n. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), su ingesti¨®n en cantidades que oscilan entre uno y cuatro picogramos (billon¨¦sima parte del grame) al d¨ªa resulta cancer¨ªgena. La fuente de exposici¨®n m¨¢s importante es precisamente la dieta, ya que las dioxinas se encuentran en la mayor parte de los alimentos que contienen grasa, como los pescados grasos, los pollos, ostras y mariscos.
Su salto a la fama se produjo en julio de 1976, cuando el reactor qu¨ªmico de-la empresa Icmesa, en Seveso, explot¨¦ y lanz¨® sobre el cielo de la ciudad norte?a italiana, de 370.000 habitantes, una nube de un producto hasta entonces muy poco conocido fuera de los laboratorios, la dioxina. Un a?o despu¨¦s, dos cient¨ªficos suizos y uno sueco encontraron trazas de este producto en las emisiones de incineradoras. Desde entonces, estas instalaciones se han convertido en la bestia negra de algunas organizaciones ecologistas como Greenpeace.
El primer inventario de dioxinas espa?ol ha empezado por las incineradoras urbanas, ya que son pocas (de las importantes hay ocho en activo y dos en construcci¨®n) y est¨¢n controladas por las comunidades aut¨®nomas. Gracias a esos controles, Bego?a Fabrellas, del CIEMAT, y Josep Rivera, del CSIC, han podido medir sus emisiones y registrar su evoluci¨®n en los ¨²ltimos tres a?os. De los 20 gramos que emit¨ªan inicialmente las de Catalu?a en 1997, han bajado en el conjunto de Espa?a a 1,2 gramos, un ¨ªndice que, seg¨²n Fabrellas, sit¨²a a las incineradoras espa?olas entre las de mayor calidad de Europa.
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