El Atl¨¦tico deja de temerse a s¨ª mismo

El Atl¨¦tico parece haber encontrado una pauta de funcionamiento y da la impresi¨®n, s¨®lo la impresi¨®n, de que ya no volver¨¢ a jugar tan mal como lo hab¨ªa hecho esta temporada hasta hace diez d¨ªas. Ayer solucion¨® su continuidad en la Copa de la UEFA con los ¨ªndices de tranquilidad que muestran los equipos que no se temen a s¨ª mismos. No jug¨® ni bien ni mal -m¨¢s bien jug¨® poco-, y ofreci¨® una imagen casi funcionarial. En medio de una niebla dens¨ªsima, a trav¨¦s de la que poco se pod¨ªa ver en la fr¨ªa noche polaca, el Atl¨¦tico arm¨® una victoria calmosa y rutinaria, lo que tiene doble valor, porque son estas noches -y no los picos m¨¢s altos del electrocardiograma- las que construyen las buenas temporadas.Probablemente Ranieri y sus hombres se est¨¦n riendo ahora de aquella noche brutal del Calder¨®n, hace quince d¨ªas, cuando el Amica Wronki pareci¨® un equipo duro, f¨ªsico, fuerte, dif¨ªcil y todas aquellas cosas que los jugadores y entrenadores latinos dicen de los no latinos (excepto los balc¨¢nicos) antes de cada partido. El Amica hizo poco ayer por dar una alegr¨ªa a los 4.000 aficionados que abarrotaron su peque?o campo: es un equipo tan programado hacia el contraataque que ayer no supo qu¨¦ hacer frente a un equipo que se le plant¨® como un espejo. Porque si el Atl¨¦tico va aprendi¨¦ndose los deberes del profesor Ranieri, la asignatura que m¨¢s se examin¨® ayer fue la de la espera paciente al error del contrario y aprovechar todo lo que aparezca.

Mientras dur¨® el empate a cero, el encuentro pas¨® como hab¨ªa previsto Ranieri. "No ser¨¢ bonito", hab¨ªa dicho el italiano el martes, y durante media hora, hasta que lleg¨® el primer gol del Atl¨¦tico, no se equivoc¨®. Hasta entonces hab¨ªa sido un partido parejo en lo malo, con un equipo r¨¢cano (el Amica), y otro con pocas ganas de dar alegr¨ªas gratuitas a los contrarios (el Atl¨¦tico). Acert¨® Chamot,con un autopase muy inteligente hacia el ¨¢rea, se equivoc¨® el central polaco en el rechace, y Hasselbaink rompi¨® el partido. Cuando el Atl¨¦tico empezaba a acomodarse en la siesta, lleg¨® el empate. Pero el equipo polaco acab¨® por derrumbarse con el gol de Capdevila.

Es posible que Ranieri, adem¨¢s de encontrar el manual de instrucciones b¨¢sico, haya encontrado tambi¨¦n los once jugadores que quiere. Sobre todo ha encontrado a Baraja, que no s¨®lo cumple su funci¨®n blocadora sino que es el que m¨¢s claro tiene el concepto del vac¨ªo. Los enormes centrales polacos debieron girarse mil y una veces anoche por los pases que detr¨¢s de ellos depositaba Baraja.