Vuelta al 96
En un an¨¢lisis electoral a partir de los resultados de las ¨²ltimas elecciones municipales y europeas publicado en La Vanguardia el pasado domingo, Carles Castro llegaba a la conclusi¨®n de que 1996 hab¨ªa sido para el PP lo que 1982 fue para el PSOE. De la misma manera que los socialistas alcanzaron en 1982 su techo electoral, los populares lo alcanzaron en 1996. Lo m¨¢ximo que los populares pueden esperar, conclu¨ªa Castro, es un mantenimiento de su apoyo electoral, no siendo descartable una suave inflexi¨®n a la baja.Lo que no creo que el analista catal¨¢n pudiera imaginar es que el presidente del Gobierno y del PP iba a darle la raz¨®n pocos d¨ªas despu¨¦s. Porque, en definitiva, este mismo an¨¢lisis es el que hizo Aznar en su enfrentamiento con Vidal-Quadras ante la Junta Directiva nacional del PP el pasado martes. Los resultados de las elecciones catalanas de 1995 no pueden ser comparados con los de 1999, como tampoco pueden serlo los de las elecciones europeas de 1994 con los de las celebradas el 13 de junio. El PP ha perdido respecto del PSOE en Catalu?a en 1999 por m¨¢s de lo que perdi¨® en 1995, pero tambi¨¦n ha ganado en las europeas por menos de lo que gan¨® en 1994. A Vidal-Quadras no se le puede atribuir el relativo ¨¦xito de 1995 en las auton¨®micas por encabezar la lista del PP, de la misma manera que tampoco se le puede atribuir el relativo fracaso de las europeas de 1999 por figurar como n¨²mero 3 en la candidatura. Fue el clima pol¨ªtico de 1994-1995 "con el PSOE en sus peores momentos", palabras textuales de Aznar (EL PA?S 3.11.99) el que explicar¨ªa aquellos resultados y no la personalidad de quien encabezara la lista electoral en cada caso.
Al argumentar de esa manera, no s¨¦ si Aznar se daba cuenta de que estaba tirando piedras contra su propio tejado, ya que lo que vale para 1994 y 1995 no puede no valer tambi¨¦n para 1996. Si a Vidal-Quadras no se le puede atribuir el ¨¦xito de las elecciones catalanas de 1995, a Aznar tampoco se le puede atribuir el de las elecciones generales de 1996. Pues no era distinto el clima pol¨ªtico general ni la situaci¨®n del PSOE en particular en este ¨²ltimo a?o que en los inmediatamente anteriores. La negaci¨®n del m¨¦rito de Vidal-Quadras supon¨ªa simult¨¢neamente la negaci¨®n del m¨¦rito propio. No consta, sin embargo, que ¨¦sa fuera la conclusi¨®n que el presidente del Gobierno acabara extrayendo del debate.
Pero la extrajera o no, lo que s¨ª est¨¢ claro es que ese an¨¢lisis electoral es el que est¨¢ en la base de la estrategia dise?ada por el PP para las elecciones del a?o 2000. El PP parece haber llegado a la conclusi¨®n de que su victoria depende de su capacidad para recrear el clima pol¨ªtico de 1994-1996. El PP no conf¨ªa en su propio proyecto pol¨ªtico para que el electorado le renueve la confianza, sino en la negaci¨®n del proyecto pol¨ªtico del adversario. En la vuelta al 96, y no en su proyecto para el a?o 2000, es donde radica su esperanza de victoria. De ah¨ª las cu?as radiof¨®nicas y las cintas de v¨ªdeo sobre las pensiones que hemos conocido estos d¨ªas. De ah¨ª la amenaza del portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, sobre el "horizonte penal" de Felipe Gonz¨¢lez. (Por cierto, tras este tipo de declaraciones, ?puede alguien dudar de que G¨®mez de Lia?o fue un pe¨®n de La Moncloa en la instrucci¨®n del caso Sogecable?). Y lo que queda por venir, porque esto no ha hecho m¨¢s que empezar.
La estrategia electoral dise?ada por el PP supone un reconocimiento expreso del propio fracaso pol¨ªtico. Tras casi cuatro a?os de Gobierno, el PP parece convencido de que no puede volver a conseguir una mayor¨ªa del cuerpo electoral si no es con una nueva versi¨®n del "V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez" de la pasada legislatura. La f¨®rmula que ha tenido ¨¦xito en el pasado no suele ser nunca garant¨ªa de ¨¦xito en el futuro. En casi ning¨²n terreno. Pero en pol¨ªtica menos que en ninguno. Recrear un clima pol¨ªtico es una tarea imposible. Por muchos medios de comunicaci¨®n de que se disponga y por muchos periodistas a sueldo que se tengan. El cuerpo electoral tiene bastante m¨¢s sentido com¨²n del que los dirigentes del PP piensan que tiene. El insulto a su inteligencia suele acabar teniendo efectos catastr¨®ficos. El 5 de marzo lo veremos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.