Oh, my darling Clementine!
LUIS DANIEL IZPIZUA
Dicen que es el nuevo himno de la Real Sociedad. Bueno, yo no es que le tenga especial aprecio a Javier Clemente; sinceramente, casi no tengo ni idea de qui¨¦n es. Las escasas veces que lo he o¨ªdo por la radio me ha parecido siempre un tipo futbolero-futbolero, as¨ªn que... Esa forma que tiene de dejar caer la voz, como de humilde txikitero, o de compa que trata de convencernos de que no ha sido ¨¦l quien ha lanzado la piedra, mientras aprieta otra en el bolsillo del pantal¨®n, esos ojitos... O esa capacidad para montar un Waterloo con cualquier minucia, con un me han dicho que ese va diciendo. En fin, lo que les comentaba, es igualito que el vecino futbolero del quinto. Un hincha m¨¢s. Y tal vez sea eso lo que le pierde, pues a los hinchas no les gusta verse reflejados como tales en el m¨ªster: es una imagen demasiado cruel. A los hinchas les gusta que el m¨ªster sea como un catedr¨¢tico: que les muestre pizarras, esquemas, estrategias. Que los ennoblezca. Y claro, Javier Clemente no tiene ninguna pinta de catedr¨¢tico. Invoca a los hinchas. Es, m¨¢s bien, uno de ellos.
El caso es que el tal Clemente ha provocado una convulsi¨®n entre los futboleros de esta mi querida ciudad de Donostia. Al parecer, hay incluso socios que se quieren dar de baja a causa de ¨¦l. Los hay que hablan de rendici¨®n, de invasi¨®n, de imperialismo, hasta de estupro...Y es que Javier Clemente, adem¨¢s de ser como un hincha m¨¢s, es de Bilbao. Y del Athletic. Hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar. He consultado el Apocalipsis para ver si guardaba aviso de la efem¨¦rides, y leo: "Cuando se hubieran acabado los mil a?os, ser¨¢ Satan¨¢s soltado de su prisi¨®n y saldr¨¢ a extraviar a las naciones que moran en los cuatro ¨¢ngulos de la tierra, a Gog y a Magog, y reunirlos para la guerra, cuyo ej¨¦rcito ser¨¢ como las arenas del mar". No hay duda, me digo, de que habla de nosotros, y de que Gog es un hipocor¨ªstico de Guggenheim. Por lo que hace a Magog, vaya usted a saber: tal vez sea la r¨ªa, tal vez la Universidad de Deusto. En cuanto a que Satan¨¢s sea Bilbao, eso est¨¢ claro por lo menos desde Sabino Arana.
No soy nada bilbainista, as¨ª que dejen de lado cualquier sospecha de contubernio, o de que me pagan por contribuir a esa campa?a de "Euskadi, con mucho gusto", en la que el Guggy hace honor a su fama de lata de sardinas, en su tinta por cierto: aqu¨ª hasta los museos los convertimos en un puchero. Pero lo de Clemente ha vuelto a desatar el contencioso entre las dos ciudades y eso me dispara el Anticristo. "Inter cetera mala, hoc quoque habet stultitia, semper incipit vivere",dijo S¨¦neca. Y la necedad vuelve a habitar entre nosotros, esta vez en forma de combate entre la bella Clementina y la bella Easo. Ultrajada en sus baj¨ªos, La Concha enarbola sus blasones. Y ya los tenemos de nuevo, en esa aburrida comparaci¨®n entre los dos emblemas m¨¢s modernos de ambas ciudades: el Kursaal y el Guggenheim. O Blancanieves y la madrastra, con Clemente de espejito m¨¢gico, qui¨¦n se lo iba a decir.
Miren, entiendo que a unos les guste m¨¢s el Kursaal que el Guggenheim, o viceversa. Entiendo incluso que haya a quienes no les guste ninguno de los dos. Pero que ese contraste de gustos se convierta en un litigio de identidades, me parece un s¨ªntoma m¨¢s del delirio que padecemos. El Kursaal ser¨ªa sobrio y elegante, tan chic como la propia Donostia; el Guggy, en cambio, una escarola hortera, indigna hasta de Bilbao. El Kursaal entroncar¨ªa con nuestra tradici¨®n moderna, con Oteiza por ejemplo, una obviedad superficial y discutible ; el Guggy, por el contrario, nada tendr¨ªa que ver con nuestra tradici¨®n. El Kursaal ser¨ªa vasco; el Guggy, extranjero.
Bien, el d¨ªa que esto se extrav¨ªe del todo, supongo que arrasar¨¢n tambi¨¦n el Ensanche donostiarra, que ya me dir¨¢n qu¨¦ tiene de vasco. Ahora que la cosa va de censos, y que nos van a decir qui¨¦nes s¨ª vamos a poder votar y qui¨¦nes no para decidir el destino de Euskal Herria, tal vez est¨¦ llegando tambi¨¦n el momento de decidir qu¨¦ casas vayan a quedar en pie y cu¨¢les habr¨¢n de ser derribadas. Y de la misma forma que un se?or que vive en USA va a poder votar por Euskal Herria, mientras que uno que viva aqu¨ª no va a poder hacerlo, quiz¨¢ tengamos que importar casas vascas-vascas de Tierra de Fuego para sustituir a las aqu¨ª purgadas. Pues no cabe dudar de que Gog ser¨¢ vencido y Magog hallado y destruido, por mucho que se oculte en la r¨ªa. En cuanto a Javier Clemente, me importa un r¨¢bano lo que haga ese se?or.
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