Parte de la muralla medieval de Segovia corre peligro de derrumbarse

Una zona del lado norte de la muralla medieval de Segovia, a lo largo de unos 300 metros, se encuentra en peligro de derrumbamiento, como ocurri¨® con el cubo n¨²mero 23 en la madrugada del 26 de agosto de 1998, que se desplom¨® totalmente contra el suelo debido a un agotamiento de los cimientos y a las escorrent¨ªas.Se trata de la parte m¨¢s delicada de este monumento segoviano, incluido en la declaraci¨®n de patrimonio de la humanidad por la Unesco, casi en l¨ªnea recta entre el arco de Santiago y la iglesia de San Juan de los Caballeros, donde se han venido originando desprendimientos, desde siglos atr¨¢s, debido al efecto de las aguas subterr¨¢neas y a la erosi¨®n interna del terreno sobre el que se cimenta la fortificaci¨®n.

Ante la alarma originada, el alcalde de Segovia, Jos¨¦ Antonio L¨®pez Arranz, de UC-CDS, que gobierna en coalici¨®n con el PP, ha anunciado la inminente redacci¨®n de un plan director de restauraci¨®n. No obstante, ha advertido de que el municipio no puede ir solo en este proyecto, porque, a su juicio, ser¨¢ precisa una importante inversi¨®n y, "como ciudad patrimonio, el resto de las administraciones tendr¨¢ mucho que decir".

Desde 1983, la Junta de Castilla y Le¨®n ha invertido un total de 320 millones de pesetas en la conservaci¨®n de esta muralla, mandada construir por AlfonsoVI, con un per¨ªmetro total de tres kil¨®metros de longitud. Los ¨²ltimos 150 millones se han gastado en el ¨²ltimo a?o para reconstruir el cubo derrumbado y consolidar el entorno.

Movimientos geol¨®gicos

El catedr¨¢tico de Mec¨¢nica del Suelo Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Ortiz, responsable de los estudios t¨¦cnicos realizados sobre la muralla, ha asegurado que "se acabar¨¢ la raza humana y seguir¨¢ el cubo, pero no me atrevo a dar nada por lo que respecta a la zona norte", que se puede venir abajo al estar en una vaguada, sobre una zona muy d¨¦bil que padece movimientos geol¨®gicos internos por el agua que arrastra los niveles m¨¢s blandos de la tierra, no s¨®lo procedente de la lluvia, sino de la filtraci¨®n de algunas tuber¨ªas pr¨®ximas.Durante casi un a?o, en la zona del cubo n¨²mero 23 se han colocado 25 bulones de 12 metros y 180 anclajes de 20 metros, reconstruy¨¦ndose la base con micropilotajes, a base de 32 micropilotes de 30 metros de profundidad, entre otros trabajos, adem¨¢s de su reconstrucci¨®n con los mismos sillares que se hab¨ªan ca¨ªdo.

Rodr¨ªguez Ortiz explic¨® que durante las obras se descubrieron cosas con las que no se contaba, como cuevas y grietas por la parte trasera, que, a su juicio, "no se pod¨ªan dejar as¨ª, porque hubiera sido mantener una bomba de relojer¨ªa debajo del nuevo cubo, por lo que se emplearon tres meses en el tratamiento de todos esos agujeros, meti¨¦ndose m¨¢s de 1.000 metros c¨²bicos de hormig¨®n".