Ideolog¨ªas bajo sospecha
PEDRO IBARRA
Las ideolog¨ªas no han muerto, pero est¨¢n francamente desprestigiadas. La demolici¨®n del muro de Berl¨ªn, simbolizaba no solo el final de un sistema pol¨ªtico totalitario, sino adem¨¢s -se nos dec¨ªa- el final de cualquier pretensi¨®n de ingenier¨ªa social, de cualquier intento de establecer una organizaci¨®n de convivencia social distinta a la establecida; la existente (la triunfante ) era y es la medida de lo posible, y adem¨¢s -se nos a?ad¨ªa- la ¨²nica deseable, la ¨²nica que se correspond¨ªa con las conducta natural de los individuos. La ca¨ªda de muro inaugura un nueva ofensiva: la de la libertad de lo realmente existente frente a la imposici¨®n de las ideolog¨ªas.
Conviene recordar un par de cosas acerca de las ideolog¨ªas.Todas tienen un dimensi¨®n persuasiva. Todas tratan de convencernos de que la forma de organizarse socialmente que ellas proponen nos har¨¢ mas felices. Si vivimos rezando juntos y obedeciendo a Dios y sus representantes en la tierra, seremos m¨¢s felices. O si vivimos sinti¨¦ndonos muy cercanos, prioritaria y privilegiadamente identificados con otros que hablan nuestra lengua o tienen nuestra costumbres o creen en nuestras historias, seremos m¨¢s felices. O si organizamos la econom¨ªa y el trabajo de forma colectiva y otorgamos a la decisiones p¨²blicas capacidad de regulaci¨®n de amplios sectores de nuestra privacidad, seremos m¨¢s felices. Y si vivimos defendiendo nuestros propios intereses y particulares convicciones, sin ninguna imposici¨®n exterior y sin caer en la tentaci¨®n comunitarista, seremos felices.
Las cuatro ideolog¨ªas -religiosa, nacionalista, socialista y liberal- tienen muchas cosas en com¨²n, porque tienen otros rasgos t¨ªpicos de las ideolog¨ªas. As¨ª, las tendencias -no inevitabilidades- impositivas; tendencias de las que tambi¨¦n participa el liberalismo ( por supuesto, otra ideolog¨ªa ) en la medida que puede imponer marcos normativos que impidan otras formas de convivencia social, porque obligue a la gente a no compartir o impida que se establezcan estructuras o pol¨ªticas dirigidas a compartir. Y la pretensi¨®n de transformar la realidad social y pol¨ªtica; pretensi¨®n tambi¨¦n de la ideolog¨ªa liberal cuando act¨²a para quitar trabas a la libertad prisionera de las imposiciones "compartidoras". O, como se deduce de lo dicho, los discursos y pr¨¢cticas dirigidos a lograr sistemas de convivencia basados en el compartir (excepto, evidentemente, en este caso, la ideolog¨ªa liberal). La ofensiva de aquellos que han conseguido el monopolio interpretativo de la ca¨ªda del muro es una ofensiva desde una ideolog¨ªa disfrazada de no-ideolog¨ªa y que pretende la descalificaci¨®n de aquel rasgo en el que precisamente no coincide con las dem¨¢s. Se trata de descalificar cualquier propuesta que promueva estructuras o contextos que impulsen pr¨¢cticas o creencias de compartir .
Y la descalificaci¨®n b¨¢sica es la que proviene del argumento pluralista. Lo comunitario -se afirma- es imposici¨®n, es ideolog¨ªa; y frente a ello hay que defender el pluralismo. Aqu¨ª es donde empiezan las dudas. Cuando se refieren a pluralismo ?est¨¢n pensando en las distintas forma de vida de todos y cada uno de los individuos que componen una sociedad? Parece que no, porque la defensa incondicional y publica de millones de diferentes opciones individuales es imposible. Si no es as¨ª, pueden referirse a otras dos cosas. O bien a enfrentar a la propuesta ideol¨®gica otras formas de vida claramente ideol¨®gicas (enfrentamiento entre diversos nacionalismos) o bien tratar de defender lo establecido a base de encubrir la realidad proveniente de una ideolog¨ªa dominante (la realidad en la que todo el mundo vive la soledad de la misma manera) con un indefinible pluralismo. Pero en ambos casos se trata de oponer a la ideolog¨ªa...otra ideolog¨ªa. O sea, que se ve el truco.
De lo que se deduce que el muro bien ca¨ªdo est¨¢, pero que su derrumbe no ha conseguido desprestigiar a las ideolog¨ªas. Al menos, a algunas de ellas. O a algunas de ellas, en algunos momentos. Afortunadamente.
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