Basri, destituido
LA DESTITUCI?N del hasta ahora todopoderoso ministro marroqu¨ª del Interior, Dris Basri, que durante dos d¨¦cadas control¨® todos los resortes de la seguridad, es el indicio m¨¢s significativo hasta ahora de la voluntad de cambio del rey de Marruecos, Mohamed VI. Era un gesto que muchos esperaban para saber que las intenciones aperturistas del joven rey iban en serio, que el monarca est¨¢ dispuesto a combatir pr¨¢cticas que han sido end¨¦micas hasta ahora, como la tortura y el desprecio a la ley por parte del aparato del Estado. Basri era el s¨ªmbolo de esas pr¨¢cticas y su destituci¨®n, cuyo detonante han podido ser las declaraciones en las que anunci¨® un retraso del refer¨¦ndum sobre el S¨¢hara, cuesti¨®n a la que estuvo estrechamente vinculado, es consecuente con estos pasos hacia la reforma por parte de la monarqu¨ªa alauita.Mohammed VI est¨¢ afrontando las reformas con coraje y decisi¨®n, como demuestran sus viajes por el pa¨ªs, pero tambi¨¦n algunas medidas tomadas despu¨¦s de los graves disturbios que se produjeron a finales de septiembre en El Aai¨²n. La destituci¨®n de un responsable pol¨ªtico en la zona y el procesamiento de varios polic¨ªas por estos hechos son, con el cese de Basri, pasos claros en este sentido. Que la destituci¨®n de Basri pillara desprevenido en Par¨ªs al primer ministro, el socialista Yusufi, indica claramente no s¨®lo las limitaciones del jefe del Gobierno en el ejercicio del poder, sino que el principal impulsor del cambio es el monarca.
Pero nadie deber¨ªa infravalorar las fuertes resistencias con que se va a encontrar el rey en estos intentos por acabar con la impunidad del aparato policial y la corrupci¨®n omnipresente. Sus posibilidades de ¨¦xito depender¨¢n en gran medida de su capacidad para rodearse de gente de confianza que comparta esta voluntad de modernizaci¨®n y de que logre transmitir a los partidos pol¨ªticos la sinceridad y firmeza de sus intenciones democratizadoras. Y una prueba capital de esta voluntad de cambio ser¨¢ el refer¨¦ndum sobre el S¨¢hara occidental. La transparencia en la consulta y el final de la larga historia de obstrucci¨®n sistem¨¢tica por parte de Marruecos ser¨¢n, en este sentido, baremos de la credibilidad del nuevo estilo que parece abrirse camino en Rabat.
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