Expertos analizan en Sevilla la huella del mestizaje africano en el mundo ib¨¦rico

La realidad hist¨®rica de la pen¨ªnsula ib¨¦rica y Am¨¦rica no es blanca ni negra, sino mestiza, aunque en algunos pa¨ªses la huella f¨ªsica de la presencia africana parezca invisible o inexistente, como es el caso de Espa?a y Portugal, o m¨ªnima si se habla de Am¨¦rica central, los Andes y el Cono Sur. "Los negros africanos ya estuvieron aqu¨ª y no se fueron. Est¨¢n en nuestra cultura y en nosotros. Habr¨¢ que buscarlos", sostiene Berta Ares, coordinadora de las jornadas Los africanos en los mundos ib¨¦ricos, que desde ayer y hasta el s¨¢bado re¨²ne en Sevilla a especialistas de diversas nacionalidades que ponen en com¨²n sus conocimientos sobre la historia de las poblaciones negras en la di¨¢spora que provoc¨® la trata de esclavos. El coloquio, organizado por Ceiba (Fundaci¨®n de Cultura Afrohispanoamericana), el Centre de Recherches Historiques de Par¨ªs y la Escuela de Estudios Hispanoamericanos, se centra en el mestizaje, biol¨®gico y cultural. "Hemos querido dar un giro de tuerca a los estudios hist¨®ricos, que se han ocupado m¨¢s del comercio de esclavos. El negro es tomado en tanto esclavo, pero los africanos se mezclaron con los ind¨ªgenas y las poblaciones europeas", explica Ares. No hay una respuesta simple para explicar esa "invisibilidad" en algunos lugares. Los investigadores estudian los diversos factores que favorecieron la reafirmaci¨®n demogr¨¢fica, la exclusi¨®n o el mestizaje, aunque no sea evidente. En C¨¢diz, a finales del siglo XVII viv¨ªa un africano por cada cinco gaditanos y en Sevilla el 10% de la poblaci¨®n era negra en los siglos XVI y XVII. "La mayor¨ªa muri¨® sin descendencia, pero otros se mezclaron y se diluyeron como grupo", dice Alessandro Stella, otro coordinador.