El Ej¨¦rcito marca el rumbo en Mosc¨²
La aviaci¨®n rusa lanza su mayor ofensiva sobre Grozni desde que comenz¨® la guerra
La aviaci¨®n rusa lanz¨® ayer contra Grozni los m¨¢s intensos bombardeos desde que comenz¨® la operaci¨®n militar para reconquistar Chechenia, mientras en Mosc¨² el primer ministro, Vlad¨ªmir Putin, presid¨ªa, en ausencia del presidente Bor¨ªs Yeltsin, una reuni¨®n del Consejo de Seguridad Nacional. Los nuevos ataques han destruido una serie de edificios en el centro de la capital chechena y, seg¨²n fuentes oficiales de la rep¨²blica norcauc¨¢sica independentista, han dejado como m¨ªnimo un centenar de muertos.El ministro de Sanidad de Chechenia, Umar Janb¨ªyev, declar¨® que en los ¨²ltimos bombardeos "murieron por lo menos 100 personas" y 350 resultaron heridas. Los heridos son evacuados a las localidades ubicadas al sur de Grozni, ya que en la capital no funciona ni un solo hospital. Las ¨²ltimas bombas destruyeron dos bancos en el centro de Grozni y cuatro edificios en los alrededores del palacio presidencial. El blanco de los aviones aparentemente era el Estado Mayor del comandante guerrillero Salm¨¢n Rad¨²yev, que se encuentra en la plaza de Lenin, a unos 500 metros de la sede del presidente checheno. Los militares rusos confirmaron que en las ¨²ltimas 24 horas los aviones realizaron un n¨²mero r¨¦cord de misiones de combate: 180.
"Cambio radical"
Putin, en Mosc¨², declar¨® que se ha producido un aut¨¦ntico vuelco en la guerra, un "cambio radical" marcado por la entrada de los soldados rusos en Guderm¨¦s. "El pueblo checheno, conjuntamente con las Fuerzas Armadas, ha comenzado a liberar su rep¨²blica de los bandidos", dijo Putin al comienzo de la reuni¨®n de Consejo de Seguridad ruso, refiri¨¦ndose al hecho de que los militares no tuvieron necesidad de asaltar la segunda ciudad en importancia de Chechenia y contaron con el apoyo de la poblaci¨®n local para expulsar a los guerrilleros. El primer ministro agradeci¨® "a los valientes habitantes de Guderm¨¦s que, arriesgando su vida, se decidieron a actuar contra los bandidos", palabra esta ¨²ltima con la que el Kremlin designa a todos los independentistas dispuestos a ofrecer resistencia a las tropas rusas.La sesi¨®n del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) se celebr¨® en el Kremlin en ausencia de Yeltsin, que se encuentra oficialmente de vacaciones en los alrededores de Mosc¨², al d¨ªa siguiente de la reuni¨®n de la c¨²pula militar rusa, en la que el ministro de Defensa, ?gor Sergu¨¦yev, lanz¨® un virulento ataque contra Estados Unidos.
Putin inform¨® a los miembros del CSN de que matuvo una conversaci¨®n telef¨®nica de unos 40 minutos con Kofi Annan, el secretario general de la ONU. Horas antes, Annan hab¨ªa criticado duramente a Rusia al declarar que la ofensiva militar en Chechenia iba mucho m¨¢s all¨¢ de erradicar el terrorismo y estaba matando a civiles inocentes. El secretario general de la ONU inst¨® a Rusia a "tomar medidas inmediatas para proteger a la poblaci¨®n civil" y a "buscar r¨¢pidamente una soluci¨®n a largo plazo del conflicto", la que, en su opini¨®n, puede conseguirse s¨®lo a trav¨¦s de medios pol¨ªticos.
El primer ministro ruso trat¨® de convencer a Annan de que la campa?a militar est¨¢ dirigida a restablecer la paz en el C¨¢ucaso del norte y repiti¨® que Mosc¨² est¨¢ dispuesto a buscar "una soluci¨®n pol¨ªtica al problema, pero no con aquellos que han posado ante las c¨¢maras de televisi¨®n con los cad¨¢veres de nuestros combatientes y ciudadanos".
Presiones
La ONU, la OSCE, la Uni¨®n Europea, EE UU y varios pa¨ªses europeos han transmitido a Mosc¨² su preocupaci¨®n por lo que est¨¢ sucediendo en Chechenia y le han pedido que negocie con Grozni. Estas presiones de Occidente han surtido cierto efecto: han hecho surgir rumores seg¨²n los cuales habr¨ªa serias diferencias entre los generales y Putin, de un lado, y parte de la Administraci¨®n presidencial, de otro. Estas diferencias ser¨ªan tan profundas que el presidente Yeltsin estar¨ªa dispuesto a sacrificar a Putin para poner fin al conflicto.Algunos peri¨®dicos prestigiosos escribieron que Anatoli Kvashn¨ªn, jefe del Estado Mayor General, se neg¨® categ¨®ricamente a estudiar la posibilidad de parar la guerra cuando Yeltsin se lo propuso en Sochi, donde se encontraba de vacaciones. El presidente habr¨ªa quedado tan preocupado por la posici¨®n de Kvashn¨ªn que ¨¦sa habr¨ªa sido la causa de que interrumpiera sorpresivamente su descanso en el mar Negro. Los mismos diarios no exclu¨ªan que, si Yeltsin se decidiera a destituir a Putin, los militares podr¨ªan rebelarse y derrocar al presidente.
Lo ¨²nico que no ofrece lugar a dudas es que, gracias al conflicto en Chechenia, los militares gozan ahora de una gran influencia y se est¨¢n convirtiendo en una fuerza pol¨ªtica independiente. Lo demuestra la inusitada declaraci¨®n conjunta del mariscal Sergu¨¦yev y Kvashn¨ªn, en la que negaron que hubiera divergencias tanto en la c¨²pula militar como entre ¨¦sta y el Kremlin, al tiempo que subrayaban la necesidad de mantener la unidad de la sociedad no s¨®lo debido al conflicto en el C¨¢ucaso, sino tambi¨¦n para superar la crisis econ¨®mica.
Pero resulta poco probable que Yeltsin quiera realmente parar la guerra. Por primera vez hay unanimidad tanto entre los partidos pol¨ªticos como entre la poblaci¨®n: todos apoyan la nueva operaci¨®n militar en Chechenia, desde la ultraizquierda hasta la ultraderecha, de conservadores a liberales. Detener la guerra en estos momentos, cuando no hay resistencia seria de parte de los chechenos y las bajas son pocas, equivaldr¨ªa a un suicidio pol¨ªtico.
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