El fiscal del "caso Ollero" despista a las defensas y adelanta la audici¨®n de las escuchas
La estrategia del fiscal del caso Ollero oblig¨® ayer a que el principal imputado se enfrentara al demoledor testimonio de su propia voz negociando las comisiones ilegales (y los mecanismos para cobrarlas) que se embolsar¨ªa por favorecer a una empresa en la concesi¨®n del contrato de construcci¨®n de una carretera en M¨¢laga en 1992. Estaba previsto que ayer comenzaran a declarar los cinco imputados, pero el cambio de orden auspiciado por el fiscal desnud¨® a las defensas, especialmente a la del m¨¢ximo protagonista, Jorge Ollero.
La llegada de un imputado a la sala en la que va a ser interrogado recuerda en muchas ocasiones a un p¨²gil que se acerca al ring con todos los consejos t¨¢cticos de su abogado grabados en la memoria. Con el mismo s¨ªmil, la estrategia del fiscal Miguel Benito supuso que Jorge Ollero recibiera tres sopapos antes siquiera de quitarse el bat¨ªn. Cuando todo estaba previsto para que el citado Jorge Ollero precediera en su declaraci¨®n a su hermano Manuel, ex director general de Carreteras de la Junta; el ex consejero de Obras P¨²blicas Juan Jos¨¦ L¨®pez Martos; y los que fueran altos ejecutivos de Ocisa, Jes¨²s Roa y Luis Nogueira, el fiscal solicit¨® que se escucharan previamente las escuchas telef¨®nicas, ¨²nicas pruebas en este caso.Poco se ha hablado de inocencia o culpabilidad. M¨¢s bien toda la lucha legal entre acusaciones y defensas se ha ce?ido a la nulidad del proceso de instrucci¨®n y de las escuchas. Despu¨¦s de que la pasada semana el tribunal de la Sala Primera de la Audiencia de Sevilla considerara que los pinchazos telef¨®nicos no violaban los derechos fundamentales de los imputados, el fiscal ley¨® el caso con maestr¨ªa (la vista es p¨²blica y ante m¨¢s de una decena de periodistas) y ha decidido recordar la abrumadora evidencia contra alguno de los imputados, antes de darles tiempo a acogerse a su derecho a no declarar o negar los hechos.
La vista de ayer pues se dedic¨® a escuchar la primera decena de cortes en las que el fallecido Pedro Llach y Jorge Ollero -a quien se detuvo con un malet¨ªn con 22 millones de pesetas en met¨¢lico en su interior- detallan con pelos y se?ales sus manejos para hacerse con la comisi¨®n ilegal por el concurso de la carretera Salinas-Las Pedrizas. Llach aparece como el principal mu?idor, que lo mismo encarga que se hagan 500 millones en facturas falsas, como negocia a dos bandas con Ocisa y Focsa o, incluso, le da consejos a Jorge Ollero para que se ponga dram¨¢tico ante su hermano Manuel para que este le d¨¦ informaci¨®n privilegiada. El lenguaje en clave utilizado sirve para demostrar que algo se intentaba ocultar en las conversaciones, aunque no es lo suficientemente elaborado como para tapar nada. As¨ª Jes¨²s Roa es Jesusito, Dragados y Construcciones, el Whisky, L¨®pez Martos es Angelito o el N¨²mero 1 y Manuel Ollero, Cacerolo.
La crudeza de las cintas es terrible al desvelar las miserias de estos tejemanejes. Jorge Ollero le promete a Llach que "cuando todo esto termine", le pagar¨¢ al menos la mitad de las deudas que tiene con ¨¦l. En otra conversaci¨®n le comenta a Llach que quiere darle al entonces director de Carreteras un "golpetazo [regalo] fuerte", ya que: "Le quedan dos a?os [a Manuel Ollero, en la Junta] y pod¨ªamos montar aqu¨ª la grande".
A medidas que avanzan las fechas -las conversaciones son de febrero y marzo de 1992-, tambi¨¦n se percibe un mayor temor y paranoia en los supuestos comisionistas. Por ejemplo, Jorge Ollero se pregunta si altos cargos del PSOE estar¨¢n maniobrando con otras empresas y cita a Alfonso Guerra y Jos¨¦ Borrell.
Si bien Llach aparece como el cerebro y Jorge Ollero est¨¢ n¨ªtidamente envuelto en todo, las cintas podr¨ªan ayudar al ex consejero L¨®pez Martos, ya que, aunque su nombre se cita en numerosas ocasiones, no queda claro si est¨¢ al corriente de todo o si sus reuniones con las empresas eran parte de su trabajo diario y ordinario.
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