Una reina con la c¨¢mara al hombro
Hasta ahora, cualquier cosa que fuera noticia desfilaba por delante de su betacam. Pero la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, pronunci¨® ayer por la tarde su nombre, design¨¢ndola oficialmente como la nueva fallera mayor de la ciudad, y un batall¨®n de c¨¢maras, con pegatinas de los canales m¨¢s variopintos, partieron fren¨¦ticos, en unidades m¨®viles, taxis o motos hacia su domicilio. Hasta el pr¨®ximo 19 de marzo, Lola Flor, de 22 a?os, tendr¨¢ el mismo enjambre de c¨¢maras revoloteando a su alrededor cada vez que se ponga la peineta.En el marat¨®n de actos oficiales le acompa?ar¨¢, como fallera mayor infantil, Paloma Redondo, una ni?a de 10 a?os, estudiante de sexto curso de la falla Pelayo-Matem¨¢tico Marzal. Practica la gimnasia r¨ªtmica y el f¨²tbol, baila y dibuja.
Uno de los c¨¢maras de televisi¨®n que enfil¨® ayer la proa de su unidad m¨®vil hacia el domicilio de la nueva fallera mayor es un viejo conocido de ella. Se trata de Mikel Mar¨ªn, uno de los profesionales de TVE que le ense?aron los trucos del oficio durante el verano de 1998 a esta licenciada en medios audiovisuales cuando trabaj¨® como becaria en las instalaciones de la cadena p¨²blica en el Parc Tecnol¨°gic de Paterna.
?Est¨¢ preparada Lola para todo lo que se avecina? A Mikel no le cabe la menor duda. Mientras el conductor de TVE se aproxima al domicilio de la nueva reina, una torre de 15 pisos situada junto a la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, el c¨¢mara dice que ha conocido a pocas chicas tan "audaces" como Lola.
Audacia es, por ejemplo, presentarse voluntaria ante el jefe de turno para cubrir la llegada de un portaviones al puerto de Valencia que exige darse un garbeo en helic¨®ptero. "Es una joven con muchas ganas de aprender y que se apuntaba a todas las movidas", abunda Mikel. La belleza de esta aprendiz de c¨¢mara morena y de ojos oscuros no pas¨® desapercibida para Mikel ni para el resto del personal de TVE en Valencia. A sus ex compa?eros en la tele no les ha sorprendido en absoluto su elecci¨®n. El a?o pasado ya les invit¨® a visitar su falla cuando fue elegida fallera mayor de su comisi¨®n y sab¨ªan que "llegar¨ªa a donde se propusiera", comenta el ch¨®fer mientras se detiene ante la torre de 15 pisos. El rostro femenino que hoy reproducir¨¢n todos los telediarios y peri¨®dicos valencianos vive en la planta decimocuarta, por lo que las escaleras quedan reservadas para pulmones maratonianos y los ascensores se colapsan. Como el piso, abarrotado a m¨¢s no poder.
Pero la llegada del c¨¢mara de TVE no pasa desapercibida para la fallera mayor. "?Mikel! ?Mikel!", grita emocionada, mientras se abraza a su viejo maestro. Apenas, un instante. El trabajo manda y su mentor se confunde enseguida entre el avispero de c¨¢maras que la deslumbran con sus focos.
Sudando a mares, el padre de Lola, Vicente Flor, relataba que su hija, la segunda de tres hermanos, es fallera desde que naci¨® como toda la familia. La devoci¨®n fallera les hac¨ªa mudarse todos los meses de marzo al viejo piso que ten¨ªan en la calle de Jorge Juan, m¨¢s pr¨®ximo a su falla, la de Conde Salvatierra-Cirilo Amor¨®s. Hasta que el Ayuntamiento declar¨® la finca en ruina.
Abajo, en el portal, se han congregado las bellezas derrotadas, las 12 j¨®venes que formar¨¢n la corte de honor. Entre ellas est¨¢ Alicia Rodas, una corredora de 400 metros vallas que llega acompa?ada por su novio, el mejor atleta valenciano, Jos¨¦ Antonio Redolat. "Estar en la corte es como ser medallista", dice Alicia resignada.
Con respecto a las cr¨ªticas vertidas por el edil socialista Ricardo Olmos sobre el alto poder adquisitivo necesario para ser fallera mayor, basta con rese?ar el oficio de los padres de las reinas: el progenitor de Lola es importador de yates de recreo y el de Paloma, economista.
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