"Igual es que el p¨²blico joven prefiere a los grupos"
Segundo disco, primero sin mochila emocional -"el anterior fue espejo de la disoluci¨®n de mi grupo"-, minutaje generoso -"ten¨ªa muchas cosas que contar"-, evocaci¨®n de tiempos pasados -"recuerdo con detalle situaciones vividas cuando era un ni?o de a?o y medio"-, asunci¨®n de los v¨ªnculos sangu¨ªneos -"me cargan las instituciones, familia incluida, pero la sangre es la sangre" y distancia con los tics del personaje construido desde que lideraba Umpah-Pah -"ahora ni retuerzo la voz como antes ni en escena represento, no hay que repetirse". Le cuelgan las etiquetas de eterna promesa del pop adulto en catal¨¢n, de permanente incomprendido, de fil¨®n sin explotar -"me siento muy normal, no s¨¦ qu¨¦ quieres decir"-. Es Adri¨¤ Punt¨ª. Sus ¨²ltimas sensaciones se condensan en L"hora del pati, 15 canciones manufacturadas con ayuda de Quimi Portet, otro raro. "Igual es que el p¨²blico joven que consume m¨²sica en catal¨¢n prefiere a los grupos", desliza Punt¨ª para explicar la tibia acogida que tuvo su primer disco.
Del segundo espera m¨¢s. "S¨ª, es un disco menos el¨¦ctrico, menos rockero que el anterior y eso se debe a que estoy m¨¢s tranquilo, menos tenso", razona. "A¨²n con todo", contin¨²a Punt¨ª, "este ¨¢lbum tiene dos caras. La primera mitad es m¨¢s inteligible para el p¨²blico en general, mientras que la segunda es m¨¢s apta para los que me conocen mejor, para los que ya me han aceptado".
Entre la primera y segunda parte -"si a¨²n existieran los vinilos las hubiese diferenciado por caras"- suman 54 minutos. "Es que ten¨ªa la sensaci¨®n de que el primer disco hab¨ªa sido muy corto y quer¨ªa sacarme esa espina haciendo un disco largo". ?Y de d¨®nde salieron las canciones? "Pues algunas de Roma, en el ¨²ltimo fin de a?o. Estaba cansado de componer encerrado, as¨ª que cog¨ª la guitarra y viaj¨¦ a Italia, quer¨ªa hacer muchas canciones para tener m¨¢s entre las que escoger".
Pero no es necesario ir a Italia para componer, la canci¨®n te puede abordar en lugares m¨¢s familiares. "Por ejemplo en un tren, transitando entre Sant Celoni y Salt", rememora Adri¨¤ Punt¨ª. "De repente, me vino una melod¨ªa y no ten¨ªa ning¨²n sitio donde apuntarla; as¨ª que la tarare¨¦ durante todo el viaje para no olvidarla. Fueron unos 50 minutos y mientras buscaba las llaves ante la puerta de casa a¨²n segu¨ªa canturre¨¢ndola. Quienes me vieron debieron pensar que era un extravagante".
Adri¨¤ Punt¨ª no olvid¨® la melod¨ªa, que ha tomado forma de canci¨®n bajo el t¨ªtulo de Setze jutges, uno de los cortes de L"hora del pati.
"S¨ª", afirma Adri¨¤ Punt¨ª, "¨¦ste es el primer disco que hago en el que el t¨ªtulo tiene relaci¨®n con lo que hay dentro". Fotos en sepia de la mili de su abuelo, familiares en blanco y negro, textos manuscritos, instant¨¢neas de escenas cotidianas y un anciano de 94 a?os reproducido en la ¨²ltima p¨¢gina del libreto confirman la apreciaci¨®n.
Adri¨¤ Punt¨ª huye de la extravagancia. "Las letras no son indescifrables; ?no sabes lo que es hacer el pino por amor?", pregunta al respecto de una estrofa de Coral.l¨ª. La respuesta puede encontrarse buceando en su segundo disco.
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