EEUU maneja la hip¨®tesis del suicidio de un piloto como causa del accidente de EgyptAir
Egipto acogi¨® ayer con escepticismo la hip¨®tesis oficiosa estadounidense que atribuye el accidente del avi¨®n de EgyptAir a un acto suicida de un piloto de refresco del vuelo 909. Seg¨²n esa hip¨®tesis, basada en la informaci¨®n extra¨ªda de las dos cajas negras, Gamil al Batuti se hizo cargo de los mandos, pronunci¨® una plegaria en ¨¢rabe, desconect¨® el piloto autom¨¢tico e inici¨® el vertiginoso descenso del aparato. Los investigadores estadounidenses no tienen la menor idea de por qu¨¦ Batuti pudo actuar as¨ª y los egipcios le describen como un hombre equilibrado.
Ninguna autoridad de Estados Unidos formulaba ayer en p¨²blico esa hip¨®tesis, filtrada a los medios de informaci¨®n de modo oficioso. A petici¨®n de Egipto, que tiene serias dudas sobre la teor¨ªa del piloto suicida, la investigaci¨®n estadounidense segu¨ªa en manos de los t¨¦cnicos de la Comisi¨®n Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), sin que hubiera sido trasladada a los agentes policiales del FBI. A falta de indicios que revelen la existencia de un fallo mec¨¢nico, los investigadores de EEUU se concentraban en una hipot¨¦tica reconstrucci¨®n de lo ocurrido al vuelo 909, cuando, unos 40 minutos despu¨¦s de salir de Nueva York en direcci¨®n a El Cairo, se hundi¨® en el Atl¨¢ntico el 31 de octubre, sin que hubiera mediado explosi¨®n alguna. Perecieron las 217 personas a bordo.
Esa hip¨®tesis se basa en estos hechos constatados. Un miembro de la tripulaci¨®n dijo: "Ya he tomado mi decisi¨®n, pongo mi destino en las manos de Dios". El piloto autom¨¢tico fue desconectado segundos despu¨¦s; el aparato descendi¨® en picado; alg¨²n miembro de la tripulaci¨®n cort¨® los motores; el avi¨®n remont¨® y luego se fragment¨® y cay¨® al mar. Los investigadores creen que Batuti, de 59 a?os, que viajaba como tripulante de refresco, pidi¨® permiso para volar al comandante del vuelo 909, Ahmad al Habashi. ?ste se lo concedi¨® y se ausent¨® de la cabina. Sentado en el lugar del copiloto, Batuti hizo esa alusi¨®n a Dios, que, subrayaban ayer los egipcios, es habitual entre los musulmanes al emprender cualquier tipo de tarea. Una vez al mando, Batuti, seg¨²n la teor¨ªa oficiosa norteamericana, desconect¨® el piloto autom¨¢tico y dirigi¨® el aparato hacia el mar.
En los 40 segundos que mediaron hasta el desenlace, el comandante Habashi regres¨® a la cabina e intent¨® recuperar el control. Sin ¨¦xito. Alguien apag¨® los dos motores. La grabaci¨®n recuperada no registra la menor conversaci¨®n en ese ¨²ltimo tramo de la tragedia.
El Cairo cree que Washington ha descartado con demasiada prisa la posibilidad de un fallo mec¨¢nico y ha optado por responsabilizar a un miembro de la tripulaci¨®n. Los egipcios no encuentran nada extra?o en el hecho de que Batuti se encomendara a Dios al hacerse con los mandos del Boeing 767. James Hall, presidente de la NTSB, acept¨® que la oraci¨®n no prueba nada. "Mientras haya diferencias culturales de interpretaci¨®n de esa prueba, no es justo aventurar nada", dijo Hall.
Batuti, seg¨²n inform¨® Egypt Air, hab¨ªa sido un buen piloto de la aviaci¨®n de guerra egipcia y luego un veterano de esa compa?¨ªa comercial de propiedad p¨²blica. Ten¨ªa 5.000 horas de vuelo en Boeing 767, estaba casado desde hac¨ªa 27 a?os, era padre de cinco hijos e iba a jubilarse en marzo. Los norteamericanos aventuran que quiz¨¢ la proximidad del retiro le provoc¨® una depresi¨®n.
La indignaci¨®n ahogaba ayer a la familia del piloto. Mohamed Al Batuti, su hijo, neg¨® que tuviera particulares problemas familiares o econ¨®micos. "Mi padre era creyente, hab¨ªa hecho el peregrinaje a La Meca y, como buen musulm¨¢n, estaba en contra del suicidio", dijo. La principal preocupaci¨®n, "y raz¨®n para vivir", de Batuti era una enfermedad cr¨®nica de la piel de su hija Aya, de nueve a?os, que est¨¢ siendo tratada en EEUU. Las autoridades egipcias no tienen la menor constancia de que Batuti estuviera vinculado con grupos extremistas de cualquier tipo.
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