El misterio del vuelo 990
Tras precipitarse el Boeing 767 de EgyptAir al Atl¨¢ntico, matando a sus 217 ocupantes, se sospech¨® al comienzo que la causa pudo ser la explosi¨®n de un artefacto colocado a bordo, el despliegue en vuelo de un inversor de empuje -que fue origen de la cat¨¢strofe similar del mismo modelo de avi¨®n a?os atr¨¢s-, o cualquier tipo de fallo estructural u operacional que produjese la ca¨ªda sin control de la nave.Cualquiera de esas hip¨®tesis sigue siendo v¨¢lida, pero la m¨¢s descabellada, por su truculencia y macabros perfiles -aunque no absolutamente imposible, claro-, se ha puesto estos d¨ªas de moda. El comandante decidi¨® inmolarse gloriosamente junto con todos sus pasajeros, se encomend¨® a Al¨¢, probablemente con horrible mueca, desconect¨® el piloto autom¨¢tico, apag¨® sus turbinas, y en insensata hermandad con su copiloto, del cual no parece haber quedado registrada ninguna voz de protesta ni acuerdo previo, empuj¨® la palanca de mando hacia adelante, y se precipit¨®, apocal¨ªpticamente, en loca ca¨ªda hacia el mar.
Alguien ha escrito el mi¨¦rcoles en una publicaci¨®n espa?ola que el comandante, probablemente, cuando ni?o, fue castigado y humillado. Espeluznante.
La historia de esta terrible y gigantesca esfera donde vivimos registra desde luego infinidad de casos de asesinato y suicidio en masa, pero si somos serios, debemos, en este caso, buscar una causa m¨¢s abrumadoramente l¨®gica y probable, aunque menos fant¨¢stica. Analicemos s¨®lo un ejemplo: todos los pilotos del mundo, y yo entre ellos, durante d¨¦cadas, nos hemos entrenado en los simuladores de vuelo para afrontar un fallo funcional, muy improbable, pero muy peligroso, y de consecuencias fatales si no se logra un control inmediato, denominado, siempre en ingl¨¦s, pitch trim runaway. Tal frase, probablemente indescifrable incluso para un anglohablante que no sea t¨¦cnico, califica una aver¨ªa electromec¨¢nica que consiste en que los planos estabilizadores -que dan al avi¨®n tendencia a elevarse o a bajar, independientemente de la posici¨®n de su tim¨®n de profundidad-, s¨²bita y espont¨¢neamente, por un cortocircuito u otra causa, se orienten a su posici¨®n de m¨¢xima subida, en cuyo caso el avi¨®n ascender¨¢ hasta perder sustentaci¨®n y luego caer, o a su posici¨®n de m¨¢ximo morro abajo, lo que provocar¨¢ un terrible descenso en picado y creciente velocidad, hasta superar en pocos instantes la velocidad del sonido, con las fatales consecuencias que son de suponer.
?sta es una rara e improbable aver¨ªa, pero ha ocurrido, y por algo los pilotos se entrenan continuamente para administrarla si se produce. ?Y cu¨¢l es el procedimiento? ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa en un avi¨®n donde acontezca? Pues algo extraordinariamente similar a lo que pas¨® con el Boeing 767 de EgyptAir. El comandante -o el copiloto- desconectar¨ªan el piloto autom¨¢tico, intentar¨ªan detener el movimiento incontrolado del dispositivo, y al no lograrlo, y ver que el avi¨®n se precipita sin mando, cortar¨ªan la potencia de sus turbinas para reducir el incremento de velocidad, y quiz¨¢, si son creyentes, en su impotencia, y ante la inminencia de su muerte, balbucear¨ªan una oraci¨®n o se encomendar¨ªan a su divinidad. As¨ª de tr¨¢gicamente simple.
Hace muchos a?os, un avi¨®n se estrell¨® en Estados Unidos. La ¨²ltima frase que qued¨® grabada en una de las vulgarmente llamadas cajas negras la pronunci¨® el comandante. Dec¨ªa: "Madre, te quiero". Y aquella misma secuencia emplear¨ªan si el avi¨®n se precipita a tierra, ingobernable, por alguna otra causa, como una bomba colocada en un punto donde destruya elementos vitales del control, o una aver¨ªa estructural del avi¨®n. Siempre, al comenzar el incontrolable picado, desconectar¨ªan el piloto autom¨¢tico y reducir¨ªan la potencia de sus motores para mitigar la ca¨ªda.
Y si ocurriese lo inveros¨ªmil; si un piloto enloqueciese, junto y simult¨¢neamente con su copiloto -porque si no ¨¦ste impedir¨ªa el espantoso sacrificio-, ninguno de ellos cortar¨ªa los motores para reducir la velocidad de ca¨ªda. Quiz¨¢, en procura de acelerar el holocausto, y hacerlo a¨²n m¨¢s pavoroso, har¨ªan justamente lo contrario: incrementar¨ªan al m¨¢ximo el empuje de sus turbinas.
Seguramente ha sido un sabotaje o una terrible aver¨ªa.
Si me equivoco, creer¨¦ algo menos -a¨²n- en la humanidad.
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