El Gobierno de Colombia negocia con las FARC pese a la nueva ofensiva
Los negociadores designados del Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) volvieron a reunirse ayer en San Vicente del Cagu¨¢n, en la zona de despeje. Este encuentro se celebr¨® a pesar de que unas horas antes las FARC lanzaron una gran ofensiva sobre 13 poblaciones que dej¨® un reguero de destrucci¨®n, 8 polic¨ªas muertos, 3 desaparecidos y 22 heridos, y, seg¨²n fuentes del Ej¨¦rcito, m¨¢s de 60 guerrilleros muertos.
El ataque guerrillero, que no logr¨® su objetivo aparente de ocupar las poblaciones, se reanud¨® ayer a mediod¨ªa con una nueva ofensiva, en la que el Ej¨¦rcito emple¨® artiller¨ªa y helic¨®pteros. "Esta combinaci¨®n de negociaci¨®n y confrontaci¨®n la vamos a tener todo el tiempo", asegur¨® ayer el analista Alfredo Rangel. Esta misma tesis es la del Gobierno, por eso se sent¨® a negociar de nuevo. Seg¨²n Rangel, es la l¨®gica de un pacto que acepta negociar en medio de las balas. Para el analista, la ofensiva "era l¨®gica", pues las FARC necesitaban acciones espectaculares para tratar de borrar la imagen de derrota de sus ¨²ltimos fracasos militares. La ofensiva empez¨® el martes a las seis de la tarde con la toma de la poblaci¨®n de Labateca, al norte de Santander, y sigui¨® con hostigamientos a diversas poblaciones de Cundinamarca y Arauca. A las diez de la noche afect¨® a otros cuatro pueblos de Tolima y dos del Huila. Esta nueva ofensiva termin¨® en la tarde del mi¨¦rcoles con el intento de la toma de la capital de Guain¨ªa, en el oriente selv¨¢tico, cercana a la llamada estrella fluvial del oriente, donde se unen los r¨ªos Orinoco, Guaviare e In¨ªrida.
Las cosas no le salieron bien a las FARC; en su objetivo mayor, la toma de Puerto In¨ªrida, fracasaron con estr¨¦pito. Hasta las cinco y media de la ma?ana del jueves hubo combates, pero los m¨¢s de 1.000 insurgentes que llegaron en 30 lanchas se replegaron sin entrar en el casco urbano de esta capital. "Est¨¢bamos preparados, sab¨ªamos lo que iba a ocurrir", dijo el ministro de Interior, N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez. Sin embargo, anoche, los guerrilleros volvieron a atacar Puerto In¨ªrida, los combates continuaban y, seg¨²n testigos, los insurgentes hab¨ªan alcanzado la zona urbana.
En las otras acciones, la guerrilla s¨®lo logr¨® un objetivo: destruir todo. "No puedo entender tanta destrucci¨®n", repet¨ªa ayer un hombre con las manos en la cabeza mientras contemplaba el cuadro de dolor de la plaza de Prado, Tolima, en pleno centro del pa¨ªs.
Gran destrucci¨®n
Frente al puesto de polic¨ªa, los noticieros mostraron los cad¨¢veres de seis polic¨ªas cubiertos con s¨¢banas; al lado, la iglesia, la capilla m¨¢s vieja de la provincia, qued¨® en el suelo hecha pedazos. La estaci¨®n de la polic¨ªa y varias edificaciones, en ruinas. Dolores, Baraya, Colombia, Villa Rica, amanecieron el jueves igualmente desoladas.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, acus¨® a las FARC de utilizar la zona de distensi¨®n para continuar la guerra. Asegur¨® que los guerrilleros que participaron en las tomas salieron de la zona que sirve de escenario al proceso de paz: "Tenemos evidencias claras, identificadas las columnas y comandantes", dijo el general.
"No entiendo la raz¨®n de esta queja", responde Rangel. "En las reglas de juego de la zona despejada no incluye que las FARC no la puedan utilizar en t¨¦rminos militares". Y a?ade: "Estas quejas no contribuyen a la marcha normal del proceso de paz".
Estos ataques se produjeron 24 horas despu¨¦s de que este grupo insurgente condicionara la tregua navide?a propuesta por el Gobierno a la soluci¨®n de todos los problemas sociales y econ¨®micos del pa¨ªs y a la no extradici¨®n. "Las FARC, con estas exigencias, trataban de justificar pol¨ªticamente la ofensiva que iban a realizar", opina el analista.
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