PESCAR EN EL PASADO
Cuando se echan las redes, nunca se sabe el tama?o del pez, como comprobaron, en tierra, los marineros de la flota de bajura de A Coru?a. Dentro de la guerra que mantienen con las autoridades portuarias para evitar que su d¨¢rsena (la que sale en las postales) se convierta en puerto para yates deportivos, decidieron investigar la historia del Gremio de Mareantes, la sociedad que, con distintos nombres, agrup¨® a los pescadores desde el siglo XII hasta el XIX. Aprovechando una baja laboral, Jos¨¦ Mar¨ªa M¨ªguens, patr¨®n del Mar Caspio, se dedic¨® con un compa?ero, Carlos Su¨¢rez, a echar las redes en distintos archivos, hasta que se top¨® con las trescientas cajas de documentos sin inventariar que el bibliotecario de la Real Academia Galega, Antonio Gil Merino, hab¨ªa descubierto en s¨®tanos abandonados de la instituci¨®n. Uno los legajos era el sumario del pleito por el que la Cofrad¨ªa de San Andr¨¦s de los Mareantes perdi¨®, en 1881, su ¨²ltima propiedad, una capilla en pleno centro de la ciudad. La actual cofrad¨ªa, echando mano de las indemnizaciones del Mar Egeo [el petrolero griego que provoc¨® una marea negra en diciembre de 1992], decidi¨® costear los casi dos millones de pesetas que supuso la restauraci¨®n del enmohecido documento. Seg¨²n el investigador Santiago Davi?a, encargado del estudio del hallazgo, el pr¨®cer Eusebio da Guarda, todav¨ªa hoy considerado benefactor de la ciudad, se apropi¨® de la capilla con el consentimiento del arzobispo de Santiago, bas¨¢ndose en que la cofrad¨ªa no ten¨ªa existencia legal. "Lo mismo que pretenden hacer ahora", asegur¨® M¨ªguens en el acto de entrega del documento reconstruido a la Real Academia Galega.
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