Entre la nostalgia y la modernidad
Los cambios urban¨ªsticos que ha experimentado en los ¨²ltimos a?os el tupido mapa de Ciutat Vella, en Barcelona, inspiran sensaciones encontradas entre los habitantes del barrio de toda la vida, a la vez que despiertan gran expectaci¨®n entre los arquitectos, que siguen su evoluci¨®n con el m¨¢ximo inter¨¦s. La amplia aula del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (antigua Casa de la Caritat) qued¨® peque?a el pasado jueves para albergar un vivo debate sobre la renovaci¨®n del centro hist¨®rico de Barcelona. Al debate, organizado por la entidad Ve?ns en Defensa de la Barcelona Vella, asistieron m¨¢s de 500 personas. Las intervenciones de los arquitectos Oriol Bohigas, Salvador Tarrag¨®, Bet Gal¨ª y Enric Mir se intercalaron con las de los vecinos partidarios de rehabilitar m¨¢s y derribar menos.Bohigas defendi¨® la necesidad de sanear Ciutat Vella recordando que todas las ciudades rehacen sus n¨²cleos hist¨®ricos con un cierto grado de derribos. "No es posible que todav¨ªa haya viviendas sin aseo", afirm¨®. Bohigas, considerado el padre de la arquitectura barcelonesa de los a?os ochenta, critic¨® la mala arquitectura de algunas actuaciones del Raval, de las que responsabiliz¨® al Insacol, organismo dependiente de la Generalitat. En su opini¨®n, el Incasol no se ha esforzado al elegir a los autores de los proyectos.
Se alzaron voces de distintos arquitectos que se negaron a cargar sobre sus espaldas todo el peso de cuanto ocurre en el n¨²cleo hist¨®rico y abogaron por que otros colectivos, como el de los soci¨®logos, intervengan estudiando el territorio y proponiendo alternativas.
Otros arquitectos y urbanistas coincidieron en que la transformaci¨®n urban¨ªstica por s¨ª sola no basta para solventar un c¨²mulo de problems sociales que se dan con toda la crudeza. Bohigas dijo: "Por muy bonitas que hagamos las plazas, la delincuencia ser¨¢ igual". De esta forma, el arquitecto sali¨® al paso de un chaparr¨®n de cr¨ªticas de sus colegas y vecinos, que atribu¨ªan casi todos los males presentes al derribo de antiguos inmuebles que, precisaron, pod¨ªan haberse evitado.
Falt¨® la opini¨®n del Ayuntamiento argumentando la renovaci¨®n urban¨ªstica que est¨¢ impulsando desde hace tiempo. La concejal de Ciutat Vella, Katy Carreras-Moysi, excus¨® su ausencia, al igual que los responsables de Procivesa, la empresa mixta que est¨¢ llevando el peso de la operaci¨®n. Lament¨® que no estuviera presente un p¨²blico ansioso de conocer los pros y los contras de los cambios en el paisaje que m¨¢s quieren.
El v¨ªdeo titulado Perill al centre hist¨°ric de Barcelona, del que es autor el cineasta Joan Mallarach, sirvi¨® para arrancar un apasionado debate. Oriol Bohigas rompi¨® el hielo puntualizando las cuestiones que consider¨® desacertadas del audiovisual y neg¨¢ndose a meter en el mismo saco todas las actuaciones llevadas a cabo. Defendi¨® el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del Raval, que no dud¨® en calificar de "buen¨ªsimo", y dijo que hay edificios que son criticables y otros no. De los primeros culp¨® al Incasol porque, explic¨®, el Ayuntamiento cede los terrenos y es el organismo dependiente de la Generalitat el que construye despu¨¦s.
La pincelada sentimental la dieron personas expropiadas que, aseguraron, a?oran sus antiguos domicilios, tal vez destartalados, pero que hab¨ªan ido arreglando poco a poco. Tomaron la palabra vecinas que explicaron que un d¨ªa al volver a casa encontraron tapiado el piso de delante. "En mi escalera, en la calle de Cardell n¨²mero 13, quedamos tres vecinos. Las dem¨¢s puertas est¨¢n tapiadas. Nadie nos ha avisado de que lo piensan tirar".
Algunas personas, como el popular artista Nazario, contaron su experiencia particular: "Llegu¨¦ a Ciutat Vella buscando un lugar tranquilo donde se saludaba la gente. Ahora encuentro una deshumanizaci¨®n terrible. Ya no es el barrio lo que me estoy encontrando". Una mujer que dijo haber sobrevivido a dos expropiaciones explic¨® que la mayor¨ªa de los expropiados han nacido en el barrio y "el impacto emocional que experimentan es brutal", asegur¨®.
La impresi¨®n de que Barcelona se ha convertido en la meca de los arquitectos europeos era total, a juzgar por los numeros¨ªsimos profesionales que con todos los acentos tomaron partido en favor y en contra de la reforma urban¨ªstica de la ciudad antigua. Algunos, como el arquitecto Hubertus P?ppinghaus, utilizaron expresiones apocal¨ªpticas: "Desaparecen edificios catalogados, calles enteras que en otras ciudades se protegen". Este experto calific¨® el Macba, en t¨¦rminos de arquitectura medioambiental, de "nave blanca en un mar de destrucci¨®n". Se oyeron otras cr¨ªticas, como la de Salvador Tarrag¨®, que habl¨® de "planeamiento hecho desde arriba". Asegur¨® que es necesario esponjar muchas cosas, pero dijo que a la Administraci¨®n se le ha ido la mano. Otro arquitecto, Enric Mir, asegur¨® que con estas reformas "se est¨¢ matando la memoria de la gente".
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