En el laberinto de la 'casbah'
Mariano Barroso rueda una 'road movie' en Marruecos con Ernesto Alterio y Pepe Sancho como protagonistas
En Tizegzaouine, una aldea en las faldas del Atlas marroqu¨ª, en un desierto pedregoso y limpio, a una veintena de kil¨®metros de la ciudad de Ourzazate, Mariano Barroso se protege del sol y el fr¨ªo con un gorro y un turbante tuareg en tonos azules. No es el ¨²nico. Despu¨¦s de seis semanas de rodaje por el norte de Marruecos, los diez espa?oles que trabajan junto a Barroso en la pel¨ªcula Kasbah ya saben de los peligros solares y las traiciones del desierto, y no olvidan sus tchech¨¦s comprados en Marraquech o T¨¢nger, escenarios por donde han pasado anteriormente. Las casas cuadradadas, de una sola planta, de Tizegzaouine se han quedado vac¨ªas. Sus moradores, un centenar de mujeres, ni?os, muchos ni?os, y hombres, han sacado a la calle sus coloridos ropajes, que contrastan con los de la arena y el adobe con el que est¨¢n construidas sus viviendas. El jefe de la aldea, un anciano de rostro curtido y elegante, ha pillado escena en el filme. Sentado en el escaloncillo que da acceso a la casa, ofrece t¨¦ y sabidur¨ªa a un joven espa?ol que parece perdido. "?Tienes mujer?" pregunta el anciano una vez que ha conseguido vencer las reticencias del extra?o de piel blanca para sentarse a su lado. "No", contesta el joven. "?Porqu¨¦ no? ?No tienes dinero? Yo tengo cuatro", sentencia ufano el sabio aldeano. El espa?ol se relaja, sonr¨ªe y bebe un sorbo de t¨¦. El espa?ol es Ernesto Alterio, protagonista de la pel¨ªcula junto a Pepe Sancho, Natacha Verbeke, Elena Ballesteros y el marroqu¨ª Mehdi Ouazzani.Kasbah es el cuarto largometraje (Mi hermano del alma, ?xtasis y Los lobos de Washington) y el m¨¢s querido de Mariano Barroso. No porque sea el ¨²ltimo, sino porque a las dificultades y complejidades que han retrasado tiempo y tiempo el filme y que lo han convertido en una obsesi¨®n "casi patol¨®gica" para su autor, se suma el reconocimiento de muchos lugares comunes de sus or¨ªgenes. "Los colores, el sol, los juegos de la infancia, los burros", enumera el director. "Crec¨ª en un pueblo y aqu¨ª encuentro mucho de lo que estamos perdiendo y que aqu¨ª lo cuidan y reivindican".
No hay nostalgia, advierte el realizador, sino el encuentro de dos mundos. "Espa?a y Marruecos o Europa y ?frica son dos espejos que nos devuelven la imagen invertida. Estamos hartos de Espa?a y no valoramos lo que aqu¨ª es un sue?o", dice Barroso, que a?ora la tranquilidad y el tiempo para pararse a hablar por hablar que encuentra en el Norte de ?frica.
Kasbah, una producci¨®n de Tornasol de unos 300 millones de pesetas de presupuesto, naci¨® de un viaje de hace a?os por Marruecos que hizo Barroso con un amigo. De su paisaje, sus colores, los personajes de esta realidad que grita y de la dignidad de sus habitantes, junto a la est¨¦tica de la aventura que siempre ha tenido ?frica para los europeos. Un viaje de Norte a Sur, el mismo que realiza Mario (Ernesto Alterio), el protagonista del filme, en busca de Laura (Elena Ballesteros), la hija de su jefe, que desaparece en los laberintos misteriosos y sensoriales de una casbah. A lo largo del viaje, toda una road movie cinematogr¨¢fica, Mario se va encontrando con diversos personajes, como Rodrigo (Pepe Sancho), un ex legionario que sigue viviendo en ?frica a pesar de su odio a los ¨¢rabes, y Alix (Natalia Verbeke), una joven aventurera.
Faltan dos semanas para finalizar el rodaje y Ernesto Alterio se ha convertido en todo un pr¨ªncipe. Un h¨¦roe en un cuento de hadas. As¨ª le ve Mariano Barroso en su pel¨ªcula y tambi¨¦n las mujeres de Tizegzaouine en sus calles. Tiene un tir¨®n especial que hace que todas quieran fotografiarse con el actor espa?ol nacido en Argentina. Eso s¨ª, no las puede tocar. Ni siquiera rodear los hombros con su brazo. Se enorgullecen de acercarse al pr¨ªncipe, pero sin rozarse. Alterio se enfrenta por primera vez a un h¨¦roe, despu¨¦s de tantos antih¨¦roes a lo largo de su carrera -el ¨²ltimo en Los lobos de Washington-, adem¨¢s de aparecer en todas las secuencias, excepto dos, de la pel¨ªcula. Algo enormemente agotador. Con jornadas que comienzan a las cinco de la madrugada y terminan doce horas m¨¢s tarde, a la ca¨ªda del sol.
Para Alterio, el viaje de la pel¨ªcula es el viaje que realiza su personaje. Con ¨¦l ha viajado de Norte a Sur y ha descubierto Marruecos. Son personajes que van solos en busca de s¨ª mismos. Alterio no est¨¢ solo, pero ese impulso tenaz y potente de su personaje es el mismo que ¨¦l busca y va encontrando en el cine espa?ol.
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