Un compositor y cuatro int¨¦rpretes

Cuatro acepciones tiene el t¨¦rmino prestigio para la Real Academia, y yo aplicar¨ªa tres a los artistas objeto de esta cr¨®nica: los que se refieren a la ascendencia, autoridad, estimaci¨®n y buen cr¨¦dito y el que nos habla de "fascinaci¨®n que se atribuye a la magia o es causada por medio de sortilegio". Elisabet Leonskaia, Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel, Luis de Pablo y el d¨²o Zimmermann-Zacharias, gozan de prestigio y poseen capacidad de magia y sortilegio.Bien lo demostr¨® Elisabet Leonskaia (Tbilissi, 1945) en su programa Schubert para el ciclo Grandes Int¨¦rpretes. Y si la calidad t¨¦cnica, sonora y conceptual con que expuso la Fantas¨ªa del viajero explican la autoridad y alta estima, su versi¨®n de la hermos¨ªsima Sonata D.960 pertenece al mundo de la fascinaci¨®n y el sortilegio. Ese doble de poeta y m¨²sico que alentaba en Schubert encontr¨® fiel respuesta en la pianista rusa y acogida entusiasta por parte del p¨²blico.

Del prestigio de Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel, artista en alza, de voz hermosa, talento agudo y temperamento c¨¢lido (a veces incluso demasiado), no hay mucho que decir que no se sepa. En esta ocasi¨®n aplic¨® sus dones y saberes a la canci¨®n espa?ola contempor¨¢nea dentro de la serie de la Universidad Aut¨®noma. Escuchamos una de las muchas antolog¨ªas posibles en el g¨¦nero, e inclu¨ªa creaciones magistrales de Falla, Espl¨¢, Turina, Guridi y Rodrigo, antes de varias, en la segunda parte, estilo y expresi¨®n, para Julio G¨®mez, Federico Mompou, Ernesto Halffter, Xavier Montsalvatge, Eduardo Toldr¨¢, Jos¨¦ Peris Lacasa -el timonel del ciclo-, Carmelo Bernaola y Ant¨®n Garc¨ªa Abril. Una estupenda noche de versos y pentagramas en la que colabor¨® el pianista Fernando Turina.

Luis de Pablo, que arribar¨¢ el pr¨®ximo a?o a los 70 como Halffter, Castillo, Groba y algunos otros "j¨®venes de anteayer", nos dio nuevas pruebas de su flexible y plural creatividad en el programa de la ONE, dirigido por el polaco Antonio Witt (Cracovia, 1944), con su nuevo Concierto para viol¨ªn y orquesta, escrito para Agust¨ªn Le¨®n Ara (Tenerife, 1936). Es p¨¢gina sustancialmente l¨ªrica, mas no en su funcionalidad estructural. Quiero decir que el pensamiento por instantaneidades, caracter¨ªstico de De Pablo, cuaja en muchos atractivos, bellos y afectivos, que el autor, siempre fiel a s¨ª mismo y su voluntad de no ceder a patrones convencionales, combina con una coherencia distinta del discurso mel¨®dico tradicional. Le¨®n Ara, cuyas mejores condiciones ha sabido exaltar el compositor, brill¨® notablemente rodeado de una orquesta cuya variabilidad grupal y t¨ªmbrica es constante. Ten¨ªamos as¨ª una suerte de di¨¢logo entre la permanencia y la mutaci¨®n integradas en un ideal sonoro y un clima musical sutil y, frecuentemente, preciosista. Recibieron todos muchos aplausos y hubo alguna muestra de disidencia: el acad¨¦mico sigue joven.

C¨¢mara perfecta

En fin, la magia energ¨¦tica de Beethoven se despleg¨® en una de las v¨ªas de su creaci¨®n entre los asiduos -que son muchos- a Liceo de C¨¢mara. Oficiaron dos artistas cuyo prestigio, en todas las acepciones de la palabra, es firme como la piedra: el pianista alem¨¢n de nacimiento en India Christian Zacharias (1950) y el violinista tambi¨¦n germano Frank Peter Zimmermann (Duisburgo, 1965). Hacen m¨²sica de c¨¢mara de modo perfecto y tienen asimilados los renovadores estilos de Beethoven con honda naturalidad. Escuchar las cuatro primeras sonatas, el contraste entre la cantabilidad de los tiempos lentos, la gracia nueva de los Rond¨®s y el arte, sin artificio, de las Variaciones constituye una importante experiencia de fruici¨®n est¨¦tica. Son dos maestros, dos iluminadores, dos confidentes y dos prestigiosos cultivadores en la m¨²sica del Beethoven esencial: libertad y progreso, como titula Luis Gago su excelente an¨¢lisis sobre el ciclo.