Polisario
JOSU BILBAO FULLAONDO
La extensa sala de exposiciones del Archivo Foral de Bizkaia, en Mar¨ªa Diaz de Haro, recibe hasta fin de mes una exposici¨®n sobre los asentamientos del Frente Polisario en el S¨¢hara Occidental. Los autores son: Juan Armentia (Bilbao, 1959), Paulino Oribe (Vitoria, 1959) y Jos¨¦ Alberto Ubierna (Bilbao, 1955). Sus im¨¢genes coinciden en el tema, pero cada uno las ha tratado de manera diferente. Tres formas de mirar recogidas parcialmente en un catalogo manejable. Un conjunto de resultado ameno donde el visitante puede descubrir aspectos humanos de un pueblo que busca espacio en el desierto para asentarse en libertad.
Juan Armentia es un apasionado fot¨®grafo amateur muy activo en estos foros. En los trabajos que ha realizado, y ¨¦ste no es una excepci¨®n, los aspectos pl¨¢sticos pueden sobre los contenidos. El color, al que generalmente recurre, le ayuda a llevar a buen t¨¦rmino un estilo que busca el preciosismo est¨¦tico. Evidentemente, algunas veces pueden m¨¢s los personajes, sobre todo en un caso como ¨¦ste, donde la fuerza fotog¨¦nica del Tercer Mundo (de los considerados pobres) llama siempre la atenci¨®n en le que denominamos primero. Retratos de ni?as y ni?os con una sonrisa ingenua, mujeres con la cabeza cubierta por velos de color azafr¨¢n, una escuela y muchos paisajes apaisados en formato grande (1,5 x 0,66) para aumentar su espectacularidad. Su t¨¦cnica recurre a los contraluces para destacar siluetas y, en los atardeceres, recoger los m¨²ltiples cromatismos que esparce la puesta de sol en los arenales sin l¨ªmites; tomas a baja velocidad sirven para suavizar gestos y movimientos, convertirlos en estelas de misterio e intriga para mantener el inter¨¦s del espectador.
Paulino Oribe, despu¨¦s de un aprendizaje autodidacto, estudiar antiguos procesos de tratamiento en EEUU y ordenar la fotograf¨ªa a¨¦rea del Archivo de la Diputaci¨®n de ?lava, ha desembocado como free lance en la prensa vitoriana. Lleg¨® hasta los saharauis acompa?ando a una misi¨®n del Parlamento vasco; los otros dos lo hicieron con Cruz Roja. Su colecci¨®n de diapositivas conforman un montaje audiovisual muy din¨¢mico. El ritmo que establece el orden de visionado en que lo presenta resulta envolvente. Los sonidos ayudan a estar m¨¢s cerca de la realidad. Abundan escenas en los campamentos. Las gente parece no carecer de lo m¨¢s elemental. El beb¨¦ en brazos de su madre exhibe en su pu?o un caramelo; el ni?o apoyado en una pared de adobe guarda en su mano cerrada un lapicero cargado de ilusiones y esperanza; dos hombres con turbante preparan ritualmente el t¨¦ del desierto para mantener la tradici¨®n; unas balas de ca?¨®n y una hilera de milicianos recuerdan una situaci¨®n b¨¦lica latente. Se trata de reportaje vivo, sencillo y emotivo, con planos muy formales, sin arriesgar, donde pesa m¨¢s el aspecto humano que ninguna otra cosa.
Jos¨¦ Alberto Ubierna es un autentico activista de la fotograf¨ªa; su labor desde La Taberna de los Mundos as¨ª lo certifica. En esta ocasi¨®n sus im¨¢genes son en blanco y negro. No puede escapar de la ternura, el cari?o, la solidaridad que ha manifestado en otras ocasiones, no hay m¨¢s que recordar su 100% Cubano. Sus composiciones son austeras, evita caer en el enmara?amiento de lineas y formas complejas; los puntos de inter¨¦s son muy precisos y el espectador no corre el riesgo de caer en un remolino visual cuando intenta localizarlos para su contemplaci¨®n. Los retratos que ha tra¨ªdo del desierto escapan del sentimentalismo f¨¢cil. Son momentos cargados de naturalidad que ha sabido tomarlos desde dentro, identific¨¢ndose con los protagonistas. De esta manera se siente a la ni?a escribiendo de derecha a izquierda en la pizarra de la escuela, a las j¨®venes que arrastran un saco de alimentos cuya alegr¨ªa se descubre, a pesar de llevar la cara cubierta, a trav¨¦s de la estrecha banda que deja brillar sus ojos. Lo mismo en la premonitoria imagen del anciano cuya sombra se ve alargada por la de una ni?a, s¨ªmbolo de continuidad y profunda transformaci¨®n.
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