Carreras contra el fr¨ªo
7.500 atletas en la Herri Krossa y cerca de 300 en una prueba por el monte nevado en Vitoria
Correr se ha convertido en la alternativa popular al descanso dominical o a la resaca sistem¨¢tica. Culpa de las incontables y consolidadas citas con el asfalto urbano, caso de la Herri Krossa, o de iniciativas novedosas como la Vitoria-Zaldiar¨¢n-Vitoria, nacida ayer. Culpa tambi¨¦n de la tenacidad de los atletas populares, entusiastas, y ajenos al fr¨ªo y a las nevadas. Historia de rentabilizar la inscripci¨®n, de fundirse entre la masa en pantal¨®n corto o de no ceder a las recomendaciones de la raz¨®n, 7.500 personas exhibieron ayer por las calles de Bilbao su forma de entender el deporte popular. En estos casos, la carrera a pie propone la mayor de sus ventajas: nadie siente fr¨ªo mientras dura la carrera.En Vitoria, a las nueve de la ma?ana, y con un grado bajo cero, la invitaci¨®n a recorrer los 19 kil¨®metros entre la capital alavesa, el monte Zaldiar¨¢n y vuelta, no provocar¨¢ atascos ni atropellos. Cerca de 300 participantes y sus tiritonas se reparten entre las tres modalidades propuestas para completar el recorrido: a pie (como una marcha regulada), a la carrera o en bicicleta de monta?a. Veinte minutos antes del arranque de la prueba, la organizaci¨®n no ha podido alcanzar los puestos de avituallamiento. ?Suspensi¨®n? Ni en broma. Juan Carlos N¨¢jera, uno de los dos socios de Extreme Sport, la empresa organizadora de la cita, niega con la cabeza. Los que prefieran cambiar su dorsal por una plaza entre el p¨²blico, pueden hacerlo. Nadie lo hace; los que han renunciado desayunan pl¨¢cidamente en sus casas. A N¨¢jera, habitual de la Idita Extrem (carrera ciclista inhumana organizada en los hielos de Alaska) la nevada que cubre Vitoria debe parecerle irrisoria. La salida, 80 metros embarrados, da paso a una carretera asfaltada y convertida en pista de hielo. M¨¢s que correr, los atletas se deslizan desordenadamente. Tres kil¨®metros m¨¢s lejos, arranca la ascensi¨®n a Zaldiar¨¢n: 15 kil¨®metros por un sendero trazado entre el bosque y 40 cent¨ªmetros de nieve. M¨¢s resbalones, empieza la sinfon¨ªa de jadeos. No nieva, por lo menos no copiosamente, y la mayor¨ªa (marchadores y atletas) se pregunta c¨®mo har¨¢n los ciclistas para pedalear sobre el manto inclinado de nieve. La mayor¨ªa cargar¨¢ con la bicicleta, o la arrastrar¨¢. Efectos de la desesperaci¨®n.
Tampoco nieva a las 11 de la ma?ana en la Gran V¨ªa bilba¨ªna. Han excusado su presencia cerca de mil atletas, renuncia relacionada con el grosor de los copos vertidos media hora antes del inicio de la multitudinaria prueba. Aqu¨ª no hay problemas para disponer tenderetes con agua y refrescos.
En Vitoria, la organizaci¨®n ha logrado alcanzar los cuatro puntos de avituallamiento propuestos. Pura cuesti¨®n de imagen, puesto que la mayor¨ªa desprecia lo ofrecido. Demasiado fr¨ªo para tragar nada que no sea un caldo; demasiado ocupados los inscritos con mantener el equilibrio. El descenso hacia la capital alavesa se convirti¨® en una galer¨ªa de desprop¨®sitos. Premio para el habilidoso que no se arrastre, tropiece o logre esquivar las ramas cargadas de nieve. El premio quedar¨¢ desierto. Los m¨¢s optimistas aciertan a reirse de s¨ª mismos, los menos, cosen la palabra "miseria" a su breve discurso. Pero nadie se queja. Si acaso, alg¨²n monta?ero despistado que pregunta a voz en grito (y con un punto de indignaci¨®n) qui¨¦nes son y a d¨®nde van las figuras con dorsal y pantal¨®n corto que acaban de surgir tras los arboles.
En meta, la mayor¨ªa se apalanca junto al puesto expendedor de caldos, sonr¨ªe extra?ada y felicita a los organizadores. Casi hace calor: un grado, tres menos que en Bilbao. Vitoria ha descubierto una prueba extrema en el m¨¢s sosegado de los escenarios posibles. Reclamo suficiente para alimentar el morbo, para aligerar el mito de una prueba inofensiva y convertida en desaf¨ªo por la nieve. Un suced¨¢neo del ¨²ltimo proyecto de los organizadores, que insisten en organizar un marat¨®n a orillas del Nilo. Aseguran que ya hay inscritos.
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