Compa?eros de pupitre
Al principio, seg¨²n el Evangelio de San Juan, era el Verbo. Pero, bajando de los or¨ªgenes eternos y subiendo desde la plaza de Cibeles por Alcal¨¢ y Gran V¨ªa, al principio, en el origen de Juan Villalonga al frente de Telef¨®nica estuvo su nombramiento por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. ?sta es al menos una afirmaci¨®n muy repetida que, pese a su inexactitud procesal, nadie ha impugnado, tal vez en aras de la brevedad y para evitar concluir admitiendo precisamente aquello que se trataba de rebatir. Aunque, en realidad, en el nombramiento de Juan Villalonga, en su continuidad en la presidencia de Telef¨®nica, en todo el negocio de la subida de este valor en Bolsa y en el recurso a los sistemas de stock options para, seg¨²n se dice, fidelizar a los directivos de la Compa?¨ªa tienen responsabilidades indeclinables, adem¨¢s del Gobierno, los accionistas, en especial los llamados accionistas de referencia o del n¨²cleo duro, es decir, el BBV, Argentaria, en adelante BBVA, y La Caixa.Llegados aqu¨ª conviene recordar los cambios que supuso la llegada al Gobierno del Partido Popular y de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a Moncloa. Hasta entonces las relaciones de amistad eran sospechosas. Los amiguetes del PSOE eran gentes poco recomendables mantenidas bajo rigurosa vigilancia por su propensi¨®n al cohecho y otras degeneraciones. En cambio, con la alternancia todo se transform¨® venturosamente y las parentelas y amistades pasaron a recibir las atenciones y a merecer las designaciones que se fueron haciendo en su favor. ?Qui¨¦nes mejor preparados que los nuestros, como dijo aquel sincero presidente de la Diputaci¨®n de Orense? De ah¨ª que Aznar pensara en un compa?ero de pupitre del Colegio del Pilar como Juan Villalonga para la presidencia de Telef¨®nica y de ah¨ª que, adivinado ese pensamiento por los del n¨²cleo duro antes citados, todo funcionara como en la armon¨ªa preestablecida de Leibnitz, en el esp¨ªritu de avanzadilla colaboracionista de quienes quieren congraciarse y proceden en l¨ªnea con aquel putantes se obsequium prestare Deo, pensando ofrendar un obsequio a Dios o en el caso que nos ocupa a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en una actitud acr¨ªtica que tantas perversidades ha inducido.
Se impone pues volver al Colegio del Pilar de aquellos tiempos. El ambiente de entonces lo retrata muy bien el profesor de la Universidad de Wyoming Carlos Mellizo, antiguo alumno, en uno de los cuentos anudados en el volumen Un americano en Madrid y otros amores dif¨ªciles, editado aqu¨ª por Noesis. Se remonta Mellizo a la ¨¦poca del director don Valent¨ªn Alegre, que acab¨® siendo apodado La Viuda y que se esforzaba en fabricar entre sus pupilos a los futuros l¨ªderes de los destinos de la naci¨®n. Recuerda c¨®mo preguntaba cuando visitaba las clases en buen plan. Vamos a ver: ?cu¨¢ntos hijos de directores generales y de subsecretarios tenemos en Cuarto B? Y el brillo de los ojos de La Viuda y c¨®mo los llamaba por su nombre de pila mientras que de ah¨ª para abajo s¨®lo utilizaba el apellido. Hijos de ministros s¨®lo hab¨ªa dos en Cuarto B y La Viuda los trataba, subraya Mellizo, como caballos de carreras.
Pero incluso los a?os del Colegio pueden caducar ante las urgencias electorales capaces de inducir efectos contradictorios seg¨²n sea la posici¨®n que cada uno ocupe e incluso de antagonizar a los compa?eros de pupitre. De creer a los ¨²ltimos viajeros llegados de Moncloa, habr¨ªa estallado la guerra civil Aznar-Villalonga. As¨ª que "vivimos tiempos dif¨ªciles en los que no es posible hablar ni callar sin peligro", seg¨²n nos advirtiera a la altura del siglo XVI el sagaz Luis Vives. Por todas partes cunde el desconcierto y como dijo aquel falangista desencantado "yo ya no s¨¦ si soy de los nuestros". En los medios de comunicaci¨®n los m¨¢s informados piensan defender al presidente Aznar reclamando la salida de un telef¨®nico Villalonga, "v¨ªctima de s¨ª mismo" en palabras de Abc, al que exoneran de culpas pero al que tachan de inconveniente compa?¨ªa para atravesar las Term¨®pilas electorales. Mientras, otros, que dan la impresi¨®n de ir m¨¢s rezagados, contin¨²an presentando el proceder del adelantado de la modernidad y de las stock options como un paradigma ejemplar. Atentos.
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