Catalanes contra mohicanos
Bosques impenetrables, r¨ªos surcados por canoas, fuertes, tramperos, iroqueses, rangers, casacas rojas, catalanes. ?Catalanes? Pues s¨ª: en el mundo primigenio y salvaje de la frontera norteamericana, durante la guerra que enfrent¨® a ingleses, indios y franceses de 1756 a 1763, combati¨® un regimiento de Francia en cuyas filas figuraban catalanes. Dicho regimiento, el Royal-Roussillon, tuvo un fuerte protagonismo en la contienda y particip¨® en casi todas las campa?as de la guerra, incluida la toma de Fort William-Henry y la masacre posterior -hechos que narr¨® James Fenimore Cooper en El ¨²ltimo mohicano-, para echar el resto en la dur¨ªsima batalla por Quebec de 1759, que supuso el final del poder franc¨¦s en Norteam¨¦rica. As¨ª, hubo catalanes, con las casacas blancas de los regimientos franceses, en los escenarios hist¨®ricos que han recreado las pel¨ªculas Los inconquistables, de Cecil B. de Mille; Paso al noroeste, de King Vidor, y El ¨²ltimo mohicano, de Michael Mann. Por cierto, los catalanes pelearon contra los mohicanos. Pues los mohegans o mohicanos (que tuvieron realmente un jefe llamado Uncas, aunque no fue el ¨²ltimo de su tribu ni en absoluto tan respetable como el personaje de Fenimore Cooper) se alinearon con los ingleses contra los franceses durante la guerra.
El Royal-Roussillon fue reclutado en 1657 en Catalu?a y en su territorio del Rosell¨®n, ocupado por Francia y que ¨¦sta se anexionar¨ªa dos a?os despu¨¦s en virtud del Tratado de los Pirineos. Su primer nombre fue Catalan-Mazarin, en honor del cardenal Mazarino, primer ministro de Francia durante la juventud de Luis XIV y primer coronel en jefe del regimiento. En 1661, al morir el cardenal, la unidad tom¨® el nombre de Royal-Catalan y finalmente, desde 1667, el definitivo de Royal-Roussillon. Inicialmente, se le inclu¨ªa entre los contingentes extranjeros del ej¨¦rcito franc¨¦s. Luego dej¨® de ser considerado as¨ª, pero siempre se mantuvo la fuerte presencia de catalanes de ambos lados del Pirineo en sus filas. El Royal-Roussillon pas¨® al escenario norteamericano de la guerra de los Siete A?os en 1756. En marzo de ese a?o, uno de los dos batallones del regimiento, el segundo, compuesto por 12 compa?¨ªas de fusileros y una de granaderos (550 hombres), embarc¨® en Brest junto con el segundo batall¨®n de otro regimiento franc¨¦s, el de La Sarre. El contingente, bajo el mando del teniente general Louis-Joseph de Saint V¨¦ran, el famoso marqu¨¦s de Montcalm, deb¨ªa, unido a otros cuatro batallones de otros tantos regimientos de tropas regulares enviados un a?o antes por la metr¨®poli -La Reine, Languedoc, Guyenne y B¨¦arnt-, inclinar la balanza en la lucha en Norteam¨¦rica.
La lista de oficiales y soldados del Royal-Roussillon embarcados en Brest muestra abundantes apellidos catalanes, algunos con una graf¨ªa curiosa o afrancesada: Albert, Anglade, Autet, Arnaut, Bedous, Bergues, Bertrons, Blanc, Bonet, Bousquet, Cabanes, Calvet, Carbonnel, Canet, Collonin, Casagues, Castani¨¦, Cherri¨¦s, Chai, Cuny, Delpays, Favarot, Frunisset, Fage, Gely, Gibert, Huc, Nogueres, Pages, Parent, Peris, Peyrot, Perdigau, Vidal, Vilaret, Vilcasal...
La frontera entre el Canad¨¢ franc¨¦s y las colonias americanas de la Corona inglesa estaba en pie de guerra. Las dos potencias europeas pugnaban por el control del valle del Ohio. Los francocanadienses ten¨ªan a su favor una mejor adaptaci¨®n al terreno y al combate en los bosques, as¨ª como el apoyo de la mayor¨ªa de las tribus indias. Por su parte, los angloamericanos dispon¨ªan de una aplastante ventaja num¨¦rica: si el total de habitantes de Nueva Francia era de unas 55.000 personas, el de las colonias inglesas alcanzaba el mill¨®n y medio. El medio hostil y la implicaci¨®n de las tribus indias dieron una dimensi¨®n salvaje a la contienda: en 1752, oficiales franceses a la cabeza de dos centenares de indios ottawas cayeron sobre Fort Pickawillany, quemando por el camino las caba?as de los colonos ingleses y tomando prisionero al amigo de los angloamericanos La Demoiselle, jefe de los miami, al que los guerreros ottawas cocinaron y se comieron. Se hizo legendaria la brutalidad del capit¨¢n Pierre-Paul de la Malgue, sieur de Marin, artista del tomahawk. Ingleses y franceses se acostumbraron a escalpar a sus v¨ªctimas. En este panorama, en el que por cierto hizo su debut hist¨®rico George Washington, se produjo en mayo de 1756 la llegada al puerto de Quebec del Royal-Roussillon. En el verano de 1757, Montcalm condujo un contingente que inclu¨ªa todo el Royal-Roussillon y 1.600 indios (hurones, abenakis, monomonies, sauk y ottawas, entre otros) contra el fuerte William Henry. Asediado y bombardeado, el fuerte abri¨® sus puertas tras pactar Montcalm con su comandante, el teniente coronel George Monro, una rendici¨®n honrosa de las tropas brit¨¢nicas. Pero cuando la columna de soldados y civiles abandon¨® el fuerte, los aliados indios de los franceses la atacaron y causaron una masacre. Montcalm y sus tropas, entre ellas el Royal-Roussillon, no pudieron o no supieron impedir la matanza. En todo caso, no era la primera vez que a Montcalm se le descontrolaban los indios: meses antes, en la toma de Fort Oswego, los guerreros remataron a los heridos ingleses.
El Royal-Roussillon estuvo muy activo los a?os siguientes y en julio de 1758 sostuvo el peso principal del ataque masivo de las tropas brit¨¢nicas en Ticonderoga. El 13 de septiembre de 1759, el Royal-Roussillon forma en las Llanuras de Abraham, en las afueras de Quebec, para la batalla definitiva de la guerra: la pierden los franceses tras sufrir dos devastadoras descargas de fusiler¨ªa de la l¨ªnea enemiga, y en ella mueren Montcalm y el comandante ingl¨¦s, James Wolfe, el h¨¦roe de la jornada.
El 8 de septiembre de 1760, el gobernador Pierre de Rigaud de Vaudreuil rinde el Canad¨¢. Los batallones queman sus banderas. Los diezmados restos del ej¨¦rcito regular franc¨¦s son repatriados. El caso es que s¨®lo desembarcan en La Rochela unos 1.600 militares, pues muchos han decidido quedarse y convertirse en ciudadanos canadienses.
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