Un Che "gay"
MARTA SANTOS
Bor¨ªs Izaguirre es un personaje que me encanta. Los argumentos me los ha quitado un periodista que ha dicho que "el intelectual puede ser fr¨ªvolo para llegar m¨¢s hondo" y que Bor¨ªs representa "un nuevo hombre y con ¨¦l una nueva relaci¨®n entre opciones sexuales y g¨¦neros basada en la inteligencia". Adem¨¢s, me gusta porque le pagan por hacer todo aquello que a m¨ª me supon¨ªa un castigo en la infancia: chillar, saltar sobre los sof¨¢s, hacer el gamberro.
Hace poco, me ha enamorado definitivamente cuando he visto una foto de ¨¦l disfrazado de Che Guevara. Reconozco que ni en mis m¨¢ximos delirios feministas se me hab¨ªa ocurrido imaginarme a un Che homosexual. Despu¨¦s de resistir her¨®icamente en mi adolescencia la disoluci¨®n del d¨²o Los Pecos, ya s¨®lo me habr¨ªa faltado enterarme de tal cosa.
Pero viendo la imagen del Boris-Guevara por televisi¨®n, me acord¨¦ de unas declaraciones de Fernando Gabeira, l¨ªder de la guerrilla brasile?a de los 60 quien, dos d¨¦cadas despu¨¦s, asoci¨® la inconsciente complicidad de las sociedades latinas con el totalitarismo a la mentalidad machista. "No se trata de subestimar las causas socioecon¨®micas que favorecen la dictadura militar. Pero rompiendo el machismo dominante pueden nacer tipos de comportamiento que impidan el retorno de esa forma de poder. Hay un peque?o dictador que dormita en los padres, en los maridos, los profesores, los funcionarios, y todo eso bloquea el funcionamiento de la democracia", dijo.
No es que al Che le faltase aura de vulnerabilidad. Al fin y al cabo, era asm¨¢tico y eso siempre nos daba un poco de pena. El pobre Ernesto tosiendo por la quebrada del Yuro arriba, por la quebrada del Yuro abajo, con el fusil mojado, con lo mala que es la humedad para los pulmones. Por eso a las chicas nos gustaba tanto, a ver qu¨¦ se cre¨ªan. ?Por esos ojos? ?Por esa cara? ?Por esa barba? ?Por ese cuerpazo? ?Era por el asma, hombre, que despertaba en nosotras el instinto maternal!
Pero lo cierto es que por mucho que el Che estuviese delicadito y hubiese nacido bajo el signo de C¨¢ncer, sedujo durante d¨¦cadas a masas por ser un emblema de lo masculino: vigor, valor, gallard¨ªa y, para decirlo al estilo de cualquier tasca, "un par de cojones". Lo mismo se deb¨ªa decir de cualquier mujer que participase con sus mismos m¨¦todos de un proyecto semejante, ya fuese la guerrillera Tania o Adriana Farranda acogotando a Aldo Moro: esa t¨ªa tiene "lo que hay que tener".
Si el Che hubiese sido homosexual, no habr¨ªa levantado tanta polvareda; ni habr¨ªa seducido, vivo y muerto, a tanta masa; y seguramente, se lo habr¨ªan cargado antes, con lo machotes que eran aquellos bolivianos que lo delataron porque era de habla castellana, extra?o y ajeno. Desde luego, habr¨ªa sido ridiculizado. Si entonces le hubiesen dado a escoger al propio guerrillero entre el asma y la homosexualidad, se habr¨ªa decantado, quiz¨¢s, por lo primero, y habr¨ªa seguido tosiendo gustoso con tal de que no se dijera de ¨¦l que le faltaba materia prima ninguna.
Pero si el Che Guevara fuese hijo de la generaci¨®n X, creo que tendr¨ªa la suficiente inteligencia y un an¨¢lisis de la realidad tan diferente como para preferir ser homosexual, travest¨ª, transexual y hasta mujer, con tal de librarse de los catarros nasales.
Todo esto suponiendo, claro est¨¢, que nosotros, los de la generaci¨®n X, no estuvi¨¦semos agilipollados noche tras noche delante del televisor conform¨¢ndonos con ver a Bor¨ªs Izaguirre, que es un t¨ªo que me encanta, y reflexionando sobre las relaciones de poder y el sexo en vez de irnos a la quebrada del Yuro, que fue un gran error estrat¨¦gico y una bobada, pero le toc¨® las narices durante un buen rato a la CIA. Y todo esto suponiendo que hoy, para nosotros, el Che, la CIA y la revoluci¨®n entera no fuesen lo mismo que Bor¨ªs Izaguirre: un espect¨¢culo m¨¢s.
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