AMAIA ORTEGA GANADORA DE LA BEHOBIA-SAN SEBASTI?N "Me comparan con la Marion Jones de las pruebas populares"
Hace dos a?os, todas las ambiciones atl¨¦ticas de Amaia Ortega pasaban por seguir el ritmo de su marido, correr con desahogo para poder charlar con ¨¦l y su grupo de amigos mientras se ejercitaba. Sol¨ªa abandonarle, agotada, quince minutos despu¨¦s de empezar a trotar. Ahora, su marido no aguanta su cadencia y se emociona ante los progresos de su mujer. El domingo pasado se impuso en la Behobia-San Sebasti¨¢n sin m¨¢s estrategia que la de rebajar su marca del a?o anterior, sin entrenamientos cient¨ªficos, pruebas de esfuerzo, dietas o carn¨¦ de federada. Amaia corre cuando le apetece, prepar¨® medianamente la Behobia y hasta la fecha no se preocupa por rentabilizar sus extraordinarias e innatas capacidades f¨ªsicas. Su pasado como jugadora de baloncesto (mide 1,79) ha convertido a esta donostiarra de 28 a?os en el alter ego popular de Marion Jones. Pero sigue empe?ada en no convertir en obligaci¨®n algo que s¨®lo considera un satisfactorio entretenimiento. Pregunta. ?C¨®mo cambi¨® el baloncesto por el atletismo?
Respuesta. Jugu¨¦ en el Donosti Las Banderas y en la UPV, pero en el primero no jugaba casi y era desesperante. Me di cuenta de que era m¨¢s importante mi carrera de derecho, que de ella saldr¨ªa mi sueldo, as¨ª que acab¨¦ por abandonar. Empec¨¦ a correr porque me gustaba la idea de acompa?ar a mi marido y a su grupillo y poder pasarlo bien con ellos. Nunca me propuse ganar nada.
P. Muchos se preguntan por qu¨¦ no se federa.
R. Ya he participado en deportes como federada y prefiero ir por libre. El a?o pasado pens¨¦ que al correr la Behobia no volver¨ªa a hacerlo, pero he repetido. Hago esto pero tengo ilusi¨®n por hacer otras cosas. No he podido tocar la bicicleta est¨¢tica del gimnasio, ni he podido ir tanto a la sauna como me gusta. A partir de ahora vuelvo a la anarqu¨ªa; correr¨¦ cuando me apetezca y competir¨¦ si me encuentro bien, pero yo s¨®lo preparo m¨¢s o menos la Behobia. El a?o pasado la corr¨ª en 1 hora y 19 minutos, pero era la segunda carrera que corr¨ªa en mi vida. Me di cuenta de que entrenando un poco podr¨ªa hacer cosas majas.
P. ?Y por qu¨¦ no lo hace?
R. No s¨¦. Pereza o, que s¨¦ yo. Quiz¨¢ si estuviera soltera y viviera con mis padres, teniendo todo hecho, me animar¨ªa, pero no es el caso.
P. A Isabel Eizmendi, que qued¨® segunda y lleva media vida entren¨¢ndose, debe parecerle injusto lo suyo.
R. Isabel no me da pena, me la dan los ni?os peque?os, las cr¨ªas que entrenan un mont¨®n con una ilusi¨®n enorme. En cambio, yo que tengo facultades no las aprovecho...
P. ?No le va ese tipo de vida?
R. Ahora mismo mis amigos y mi marido han empezado a ir al monte y no sabes la rabia que me daba no poder acompa?arles el s¨¢bado, algo que nunca he hecho y que me apetece conocer. Prefiero hacer muchas cosas diferentes antes que centrarme en algo que me esclavice.
P. Al acercarse a meta corr¨ªa sonriendo.
R. Pues s¨ª, es que iba tan feliz. Estaba emocionada al saber que iba a ganar.
P. O sea, le gusta ganar.
R. S¨ª claro, como a todo el mundo, pero no corr¨ª para ganar. Lo hice para rebajar mi marca. Mir¨¦ el reloj por vez primera en el kil¨®metro 10 y vi que era un tiempazo y pod¨ªa ganar. Adem¨¢s, alguien me dijo que iba la primera y eso me anim¨® todav¨ªa m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ significado tiene para usted competir?
R. Acabar una carrera es una satisfacci¨®n enorme. No es lo mismo que jugar al baloncesto, donde puedes ganar sin jugar bien. Corriendo he sentido alegr¨ªas que el baloncesto nunca me dio, quiz¨¢s porque no era buena. Es una gozada que te animen, que te aplaudan tanto. El que me acompa?aba me dijo al acabar que cada vez que me animaban le sub¨ªa el ritmo. En la Zurriola v¨ª a mi padre, era feliz. Adem¨¢s, no tuve que darlo todo: v¨ª las caras de los dem¨¢s y la m¨ªa no era la peor.
P. ?No merece la pena dedicarse al atletismo m¨¢s en serio para tener m¨¢s a menudo esa gratificaci¨®n?
R. Quiz¨¢ s¨ª, pero sin federarme. S¨¦ que pierdo mucho al no federarme, sobre todo desde el punto de vista de los entrenamientos.
P. Podr¨ªa recibir esa ayuda sin federarse.
R. Lo s¨¦, conozco a alg¨²n preparador, pero no me decido. Lo malo es que puede convertirse en un suplicio, una obligaci¨®n. Yo les dir¨ªa a los preparadores que no me agobiaran: "soy Amaia y no quiero matarme".
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