En el furg¨®n de cola de la Uni¨®n Europea

Los esc¨¢ndalos que sacuden c¨ªclicamente el sector de las residencias conforman un fen¨®meno que no es ajeno al retraso que sufre Espa?a a la hora de atender a sus mayores. El propio Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en un informe presentado ayer, reconoce que las prestaciones de servicios sociales que requieren los seis millones y medio de personas con m¨¢s de 65 a?os est¨¢n por debajo de la media europea. Un ejemplo son las residencias. Sus 185.000 plazas, la mayor¨ªa privadas, no s¨®lo son insuficientes (la recomendaci¨®n es que haya 3,5 plazas por cada 100 ciudadanos mayores de 65 a?os y Espa?a se queda en 2,9), sino que est¨¢n mal pensadas. El informe de Trabajo revela que Espa?a s¨®lo dispone de 80.000 plazas habilitadas para atender a los 700.000 ancianos que sufren dependencias graves (mayores con alg¨²n tipo de invalidez y que necesitan de otros para sobrevivir). Para cumplir con la media europea, el sector deber¨ªa ofrecer a estos mayores otras 130.000 plazas. Espa?a tambi¨¦n est¨¢ por debajo de la media europea en los servicios de atenci¨®n domiciliaria, del que se benefician 120.000 usuarios (1,8% de los mayores, frente al 4% de Europa). Para paliar esta situaci¨®n, el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, propuso reconvertir 100.000 plazas residenciales y construir otras 30.000 para los mayores que no pueden valerse por s¨ª mismos; ampliar la ayuda a domicilio a otros 120.000 beneficiarios; la teleasistencia, que hoy cubre a 60.000 personas, a 90.000, y las estancias de d¨ªa, un servicio reciente con s¨®lo 4.500 plazas, a 55.500. El ministro no dio el coste de la propuesta, que exige crear 83.000 nuevos empleos.