Salmorejo en el palacio del El¨ªseo
El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, ha enviado a su cocinero a C¨®rdoba para que aprenda platos andaluces
El presidente franc¨¦s le dio una orden: m¨¢rchese usted a C¨®rdoba y aprenda a cocinar salmorejo. M¨¢s o menos, ¨¦sas debieron de ser las palabras que Jacques Chirac le dijo a Alexis Maurice, su cocinero personal en el palacio del El¨ªseo. Alexis hizo las maletas, y el pasado lunes se present¨® en el restaurante El Churrasco, donde el presidente franc¨¦s hab¨ªa quedado seducido por los platos que le ofreci¨® su propietario, Rafael Carrillo. La mundialmente famosa gastronom¨ªa gala se rend¨ªa as¨ª ante la m¨¢s humilde cocina cordobesa, mezcla de muy variadas culturas.La llegada de Alexis a la capital andaluza se fragu¨® durante la visita privada que el presidente de Francia, Jacques Chirac, hizo a C¨®rdoba acompa?ado por el jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el pasado 3 de octubre. Despues de un paseo por la mezquita, Chirac y Aznar, acompa?ados de sus esposas, recalaron en El Churrasco, un conocido restaurante cordob¨¦s frecuentado por el presidente espa?ol en sus visitas a la ciudad, muchas veces acompa?ado de otros mandatarios extranjeros.
En El Churrasco, Carrillo hab¨ªa preparado varios platos para los dos matrimonios. Como aperitivos, jam¨®n y ca?a de lomo del valle de los Pedroches, tortilla de patatas y japuta en adobo. Luego, berenjenas, el tan cordob¨¦s salmorejo, habas, alcachofas, ri?ones y chuletas de cordero, y para rematar la faena, rabo de toro y carne de vacuno, tambi¨¦n de los Pedroches. De postre: tocino de cielo, leche frita, pastel cordob¨¦s y helado. Todo ello regado con vino amontillado y Vega Sicilia, el Ribera del Duero que tanto gusta a Aznar.
C¨®mo quedar¨ªa la pareja presidencial francesa de satisfecha, que Chirac pregunt¨® a Carrillo si pod¨ªa enviarle a su cocinero del palacio del El¨ªseo para que aprendiera a preparar esos platos, sobre todo el rabo de toro, las chuletas de cordero lechal, el salmorejo y el gazpacho blanco de pi?ones. "Al principio, yo cre¨ªa que lo que pretend¨ªa Chirac era quedar bien, pero mi sorpresa ha sido enorme cuando efectivamente ha enviado a su chef para que aprenda cocina cordobesa".
No era broma, no. Unos d¨ªas despu¨¦s, el consulado franc¨¦s en la ciudad le comunicaba a Carrillo que el d¨ªa 22 llegar¨ªa de Par¨ªs Alexis Maurice, responsable de la cocina del El¨ªseo. A pesar de su juventud, 32 a?os, Maurice es un veterano de los fogones: lleva ocho a?os en las cocinas del palacio presidencial franc¨¦s, en donde tambi¨¦n cocin¨® para su anterior inquilino, el socialista Fran?ois Mitterrand.
?sta es la primera ocasi¨®n en que un jefe de cocina del El¨ªseo sale fuera de Francia por orden del presidente para aprender cocina de un pa¨ªs extranjero, dice Alexis Maurice, quien no duda en reconocer que Chirac es "un poco especial" cuando de comida se trata. Maurice permanecer¨¢ en El Churrasco dos semanas.
Cansado de pollo asado con patatas fritas y pescado, el mandatario galo quiere otras viandas en su mesa en Navidad: "Quiere romper con la tradici¨®n de las salsas", tan propias de la cocina francesa, "y comer platos m¨¢s simples, sin tantos aderezos", como por ejemplo chuletas de cordero lechal hechas sobre carb¨®n de encina. "En Francia", dice Maurice, "la cocina es dif¨ªcil por las salsas; esta de C¨®rdoba es m¨¢s simple, pues se come con el propio sabor, por ejemplo, de la carne".
Este joven de Marsella, que lleg¨® al El¨ªseo recomendado por cocineros que guisaron para el general Charles de Gaulle, asegura que Chirac es exigente con los platos que le gustan. "Felicita a los cocineros (20 trabajan en los fogones del palacio) cuando todo sale bien, pero tambi¨¦n hace comentarios cuando el plato no ha sido de su gusto", comenta el jefe de cocina. A pesar de todo, Chirac "es muy agradecido en temas de comidas", concluye Maurice.
Como si fuera un principiante, estos d¨ªas Maurice aprende "a pelar las chuletas de cordero", comenta Carrillo, quien en los pr¨®ximos d¨ªas visitar¨¢ con el franc¨¦s distintos puntos de la provincia: el valle de los Pedroches, para que Maurice conozca c¨®mo se cura el jam¨®n; Baena, para que sepa del aceite de oliva virgen, y Montilla, para probar sus vinos.
Cuando regrese a Par¨ªs, Maurice llevar¨¢ consigo muchos de los secretos de la cocina cordobesa. Y tendr¨¢ un dif¨ªcil compromiso: demostrar al presidente franc¨¦s que no ha perdido el tiempo. La m¨¢s exigente ser¨¢ la se?ora Chirac: "es m¨¢s complicada", dice Maurice, pues "conoce muy bien la cocina internacional porque viaja mucho; ahora me tendr¨¦ que esmerar para agradarle".
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