Miedo a un derrumbe
"Eran las 4.20 del lunes. Un ruido espantoso de hierros chocando nos despert¨®", relata Mariano Bayona, uno de los tres inquilinos del inmueble. El ruido fue causado por la ca¨ªda de dos de los puntales que aguantan el edificio, en la calle de Bot de Barcelona. Los vecinos sospechan que la ca¨ªda no fue casual. El edificio fue apuntalado por el Ayuntamiento en marzo de 1997 y los vecinos temen ahora que, tras a?os de desatenci¨®n por parte de los propietarios, pueda venirse abajo y con ellos dentro. "Enseguida llamamos a los servicios t¨¦cnicos del Ayuntamiento y a los bomberos, que examinaron la parte exterior del edificio y los interiores, piso por piso, y no detectaron ning¨²n movimiento que justificara la ca¨ªda de los puntales", a?ade Bayona. "Los bomberos no entienden c¨®mo han podido caer los puntales por s¨ª solos; adem¨¢s, el jefe de servicios t¨¦cnicos del distrito me comunic¨® hace un mes que hab¨ªan inspeccionado los puntales y que no ten¨ªa por qu¨¦ preocuparme", a?ade.
Una sentencia judicial del 24 de julio de 1998 oblig¨® a los propietarios, Josefina Dalmau y Joan Enric Roura, a efectuar a su cargo y en la mayor brevedad las obras de reparaci¨®n necesarias "a fin de conservar las viviendas arrendadas en el estado de servir al uso convenido". Las obras de reparaci¨®n no se llevaron a cabo y, finalmente, los inquilinos solicitaron el embargo. Pero el cambio de titular del juzgado retras¨® el proceso y el embargo no se decret¨® hasta finales de octubre. Actualmente, debido a la existencia de aval bancario, la juez ha retirado el embargo. Bayona se muestra decepcionado por esta actuaci¨®n. De momento, las obras de reparaci¨®n no han empezado.
Desde hace varios a?os, los vecinos, inquilinos con contrato indefinido, se resisten a abandonar la finca. Esta odisea, que Bayona bautiza como "drama", empez¨® en oto?o de 1995, cuando denunci¨® "grietas y humedades" en su piso y logr¨® una orden para que el due?o lo reparase que ha sido desatendida reiteradamente.
Un a?o y medio despu¨¦s se agrav¨® el problema, debido a la demolici¨®n de los dos inmuebles colindantes. El administrador de la finca notific¨® oralmente a los inquilinos -aunque deb¨ªa hacerse por escrito- que ten¨ªan que "abandonar la casa" por peligro de derrumbe, pero una inspecci¨®n demostr¨® que el edificio pod¨ªa habitarse si se apuntalaba, medida que los inquilinos aceptaron con la idea de que ser¨ªa provisional. Bayona cree que la demolici¨®n de los edificios colindantes se produjo sin las debidas precauciones: "Puso en peligro el edificio en que vivimos y tuvimos que ser desalojados durante tres d¨ªas". Bayona se?ala al Ayuntamiento como responsable de la situaci¨®n: "Sabiendo que las casas del distrito de Ciutat Vella son antiguas y se sostienen unas a otras, dio permiso para derribar la casa de la izquierda y al a?o siguiente la de la derecha dejando la nuestra sin los soportes".
Asimismo, Bayona se queja de la indefensi¨®n de los vecinos frente a los propietarios. "Si no pagas, te echan; pero si ellos no acatan una sentencia judicial, no les pasa nada". El edificio donde vive Bayona se encuentra en una zona de Ciutat Vella que se ha revalorizado en los ¨²ltimos a?os. "Los propietarios y el administrador est¨¢n interesados en que nos vayamos, ya que as¨ª podr¨¢n construir un edificio nuevo y cobrar alquileres m¨¢s altos", asegura. Ofrecieron dos millones de pesetas a cada vecino para que se fueran, pero ellos no los aceptaron.
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