La F¨¤brica Casaramona ha recuperado su antiguo esplendor modernista

El pr¨®ximo lunes ser¨¢ un d¨ªa importante para Barcelona. Con perd¨®n de los cul¨¦s, ser¨¢ as¨ª no tanto por la exposici¨®n conmemorativa del centenario del Bar?a como porque ¨¦sta se inaugura en la restaurada f¨¢brica de Hilados Casaramona, construida por Josep Puig i Cadafalch en 1911. Es un edificio emblem¨¢tico del modernismo catal¨¢n que hab¨ªa permanecido oculto al p¨²blico y que en el futuro ser¨¢ el nuevo centro cultural de la Fundaci¨®n La Caixa.

La costosa y casi virtual arquitectura de la exposici¨®n del Bar?a impedir¨¢ conocer y disfrutar de los espacios interiores de la f¨¢brica original, aunque s¨ª permitir¨¢ hacerse una idea de su estructura y regodearse en la decoraci¨®n neog¨®tica de sus fachadas, que han sido minuciosamente restauradas. La rehabilitaci¨®n de este edificio, declarado en 1976 Monumento Hist¨®rico Art¨ªstico de Inter¨¦s Nacional, a¨²n no est¨¢ acabada. Lo que se inaugura el lunes es s¨®lo la planta baja, de hecho la original, pero faltar¨¢ habilitar el nuevo s¨®tano. La Fundaci¨®n La Caixa ha invertido 3.500 millones de pesetas en la restauraci¨®n del edificio, que, cuando est¨¦ acabado, dispondr¨¢ de 12.000 metros cuadrados, de los que 4.000 se destinar¨¢n a exposiciones. Las obras se iniciaron en marzo de 1998 y en este tiempo r¨¦cord -en algunos momentos estaban trabajando al mismo tiempo unos 200 obreros- se ha conseguido el milagro de transformar un edificio sin que se note el cambio.

Es un proyecto que ha tenido tres frentes claros. Por una parte, bajo la direcci¨®n del ingeniero Robert Brufau, se han reforzado las antiguas estructuras al tiempo que se ha construido un nuevo y sofisticado sistema de cimentaci¨®n, que es el que sostiene ahora el conjunto. De la restauraci¨®n propiamente dicha se ha encargado el arquitecto Francisco Javier Asarta y, por ¨²ltimo, el dise?o arquitect¨®nico global ha corrido a cargo de Roberto Luna, cuyo trabajo a¨²n ser¨¢ imperceptible para el gran p¨²blico excepto en la cafeter¨ªa.

La estrella de esta inauguraci¨®n es la restauraci¨®n, fruto de una amplia investigaci¨®n y de un meticuloso trabajo de recuperaci¨®n del antiguo esplendor del edificio. Por ejemplo, ha sido preciso sustituir unos 50.000 ladrillos que se han hecho con un molde a imitaci¨®n del antiguo para mantener la fidelidad al original. En muchos casos, explica Asarta, los elementos decorativos se han reconstruido a partir de las fotograf¨ªas de ¨¦poca, ya que el estado de dejadez en el que estaba el edificio los hab¨ªan hecho desaparecer. Las paredes se han limpiado con un chorro de vidrio micronizado a baja presi¨®n para no da?ar el ladrillo. Finalmente, todas las fachadas -incluida la que ¨¦l denomina "la quinta" y que es el magn¨ªfico terrado del edificio- se han acabado con una hidrofugaci¨®n consistente en la aplicaci¨®n de una pintura incolora que impide que el ladrillo absorba la humedad. El pavimento de las calles interiores era de hormig¨®n -los materiales que utiliz¨® Puig eran muy econ¨®micos- y ahora son de piedra, aunque recuperando el color original.

"La imagen es igual que en la ¨¦poca de Puig", afirma Asarta. "Pero ahora es un edificio moderno con las instalaciones precisas para su uso muse¨ªstico y cultural".