A las ocho, lecci¨®n de m¨²sica
Lo fastidioso de ciclos musicales como el que termin¨® el s¨¢bado en el Auditorio es la tristeza de su mismo fin. Es f¨¢cil acostumbrarse a la compa?¨ªa de Beethoven, al seguimiento de su genio a trav¨¦s de 10 p¨¢ginas tan ejemplares como las Sonatas para piano y viol¨ªn, escritas entre 1797 y 1812. Esta vez, sin embargo, la magia de alta continuidad, la sucesi¨®n del Beethoven esencial (el adjetivo me parece definitorio), prosigue con los cuartetos, tr¨ªos, quintetos, variaciones, sonatas para violonchelo y piano. Est¨¢ bien, muy bien: los madrile?os se merecen cierto descanso de la espectacularidad y el gran sinfonismo (que a veces es m¨¢s bien largo que grande) para dar con estas "¨²ltimas verdades" que esconde en su seno la m¨²sica de c¨¢mara.Tras el impacto de sonatas como la denominada Primavera, que otros califican de "divina sencillez", y el gran tr¨ªptico de la Opus 30, Christian Zacharias y Frank Peter Zimmermann ascendieron al misterioso y libre mensaje de la Kreutzer y al mar sereno de la ¨²ltima Sonata en sol mayor, opus 96. No es que interpretaran con perfecci¨®n y belleza tan hondas creaciones; realmente dictaron lecciones que, en todo, segu¨ªan los procesos de la inventiva beethoveniana. Qued¨® claro, por ejemplo, por qu¨¦ Beethoven indic¨® su Sonata en la mayor, Kreutzer, "para piano con viol¨ªn obligado, escrita en un estilo muy concertante, casi como un concierto", pues el di¨¢logo de las sonatas anteriores -impulsado y decidido desde el teclado- comparte la iniciativa y el protagonismo con el viol¨ªn. Y era de ver c¨®mo se plegaban uno y otro instrumentista para dar con un todo armonioso y sorprendente. Que este es el quid de todo gran arte, sea una sonata de Beethoven, un quinteto de Mozart, Las meninas, de Vel¨¢zquez, el Toledo dorado del Greco o el perrillo desesperado de Goya: cada vez que se repite la experiencia -escuchada o mirada- recibimos el impacto de una sensaci¨®n nueva. Lo que es posible si a la estatura de la invenci¨®n -en el caso de la m¨²sica- se une lo egregio de sus transmisores. Les estamos agradecidos para siempre por estas citas inolvidables de lecci¨®n de m¨²sica, a las ocho en punto de la tarde. Nos esperan los Cuartetos Mosaiques, Tak¨¢cs y Borodin, el tr¨ªo Beaux Arts y el d¨²o Claret-Colom. A las puertas del siglo XXI nos parece so?ar el comienzo del XX, con el casi ¨ªntegro Beethoven de c¨¢mara en la Sociedad Filarm¨®nica.
Liceo de C¨¢mara (Caja Madrid)
Sonatas para piano y viol¨ªn, de Beethoven. F. P. Zimmermann y Ch. Zacharias. Auditorio Nacional. Madrid, 27 de noviembre.
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