El Deportivo abruma a un p¨¦simo Atl¨¦tico
El equipo gallego se afianza como l¨ªder con una extraordinaria actuaci¨®n en el primer tiempo
Hace bien poco, Claudio Ranieri se quejaba de su desairada posici¨®n. Su equipo era el m¨¢s goleado del campeonato, desdichado honor para un entrenador procedente de un pa¨ªs orgulloso de la eficacia de sus sistemas defensivas. Pues bien, el Atl¨¦tico persisti¨® ayer en sus grav¨ªsimos errores. Recibi¨® tres goles en el primer tiempo y puede agradecer el escaso inter¨¦s que tuvo el Deportivo en abrir m¨¢s la herida en la segunda parte. Mientras hubo partido, se apreci¨® una distancia sideral entre los dos equipos. En realidad, fueron consecuentes con el puesto que ocupan en la clasificaci¨®n. El Deportivo jug¨® como se espera del l¨ªder, y el Atl¨¦tico como es de ley en un equipo que est¨¢ a un punto de los lugares de descenso. A veces, los n¨²meros lo dicen todo.La principal diferencia entre el Deportivo y el Atl¨¦tico estaba en la alineaci¨®n. Un equipo pod¨ªa jugar y el otro no. El Atl¨¦tico est¨¢ dise?ado para presionar y sacar el m¨¢ximo rendimiento de los remates de Hasselbaink. El juego se antoja imposible con unos futbolistas de calidad limitada, simples oficiantes de un f¨²tbol bastante grosero. Pero es lo que quiere Ranieri, y el club no se lo discute. La gente, s¨ª. La gente del Atl¨¦tico se queja de los pe?azos que aguanta cada domingo. Y como el personal ha visto suficiente f¨²tbol en su vida, enseguida distingue a los equipos pata negra de los chusqueros. El Atl¨¦tico sali¨® malparado por la simple comparaci¨®n con el Deportivo, que funcion¨® con orden, armon¨ªa y precisi¨®n. Un equipo de verdad, articulado en torno a Donato, Flavio, Djalminha y Makaay. A su alrededor, hubo unos cuantos que interpretaron perfectamente sus funciones. Jugadores complementarios se llaman, pero en el Manzanares parec¨ªan estrellas del f¨²tbol. Jaime, V¨ªctor y Manuel Pablo abastecieron una y otra vez el ataque del Deportivo, que desbord¨® al Atl¨¦tico en todas las l¨ªneas.
ATL?TICO 1
DEPORTIVO 3Atl¨¦tico: Molina; Gaspar, Santi, Gustavo, Toni; Aguilera (Roberto, m. 46), Baraja, Bejbl, Solari (Valer¨®n, m. 46); Jose Mari (Correa, m. 65) y Hasselbaink. Deportivo: Kouba; Manuel Pablo, Naybet, Donato, Romero; V¨ªctor, Jaime, Flavio, Djalminha (Fran, m. 77); Turu Flores (Iv¨¢n P¨¦rez, m. 85) y Makaay (Fernando m. 63). Goles: 0-1. M. 24. Makaay aprovecha un error de Gustavo y marca de fuerte disparo. 0-2. Makaay, otra vez, tras culminar un brillante contraataque y eludir a Molina. 0-3. M. 43. V¨ªctor, de disparo cruzado tras otro contraataque del Deportivo. 1-3. M.55. Baraja, de fuerte disparo desde el borde del ¨¢rea. ?rbitro: Jos¨¦ Ignacio Bueno Grimal (Colegio Aragon¨¦s). Ense?¨® ocho tarjetas amarillas: Aguilera, Gustavo, Toni, Hasselbaink, Roberto (Atl¨¦tico), y "Turu" Flores, Djalminha y Fernando (Deportivo). Partido de la decimotercera jornada de la Liga disputado en el estadio Vicente Calder¨®n de Madrid, ante unos 40.000 espectadores.
Hubo un detalle curioso: la ubicaci¨®n de Turu Flores en la banda izquierda. Pobre Turu, obligado a un desgaste f¨ªsico que no se corresponde con su querencia por la inmovilidad. Pero con el bal¨®n en los pies, Turu es alguien. Fuera de su sitio natural, no tuvo problema alguno para generar el caos en la defensa del Atl¨¦tico. Con una consideraci¨®n a?adida: la defensa del Atl¨¦tico fracas¨® frente a Turu y frente a todos los dem¨¢s. Que le pregunten a Makaay, que meti¨® la directa en dos contragolpes y no encontr¨® oposici¨®n alguna. Gustavo se equivoc¨® gravemente en la primera jugada, un gol de categor¨ªa por el tremendo derechazo de Makaay. En la segunda, el delantero del Deportivo se escap¨® nuevamente de Gustavo, regate¨® con elegancia a Molina y dej¨® la pelota en la red. V¨ªctor marc¨® el tercero, un monumento a la impericia defensiva del Atl¨¦tico.
No hubo respuesta a los tres goles. En el Atl¨¦tico prevalec¨ªa el desgobierno. Ni tan siquiera presionaba con rigor. Al Deportivo apenas le costaba mover el bal¨®n. Lo hac¨ªa con tanta facilidad que entr¨® en el manierismo. Djalminha se dio a los lujos, pero perdi¨® tensi¨®n. Y Turu dio s¨ªntomas de fatiga. No se ve¨ªa el mismo rigor que en el primer tiempo, quiz¨¢ porque el equipo no se sent¨ªa exigido. El partido se igual¨® a partir de un cierto abandonismo del Deportivo y de algunas decisiones de Ranieri, que dio entrada a Valer¨®n. En este Atl¨¦tico, Valer¨®n deber¨ªa ser capit¨¢n general. El caso es que a Ranieri no le convence y lo tiene de meritorio, como si no hubiera otros que no dan la talla.
Valer¨®n dio un poco de sentido al juego del Atl¨¦tico. Sin excesos, porque el equipo ayuda muy poco. Todo es acelerado, brusco, intempestivo, como quiere Ranieri. En ese clima, Valer¨®n est¨¢ fuera de su elemento. En cualquier caso, su presencia tiene un efecto beneficioso sobre Baraja y Haselbaink. Siempre generoso en su despliegue, Baraja se mostr¨® especialmente activo en el segundo tiempo. Marc¨® el tanto del Atl¨¦tico y apret¨® de firme en el medio campo. Fuera de Baraja y de algunos detalles de Valer¨®n, el Atl¨¦tico segu¨ªa en su podredumbre anterior.
A la vista del panorama, al Deportivo le dio por sestear. Su juego perdi¨® vigor y precisi¨®n. Irureta tom¨® nota y retir¨® a Djalminha, que hab¨ªa dimitido hac¨ªa tiempo. Uno que no dimiti¨® fue Donato, h¨¦roe del partido. Nada de lo que hizo permit¨ªa sospechar que se trata de un futbolista de 37 a?os. Jug¨® con clase y categor¨ªa. Jug¨® tan sobrado como su equipo.
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