La Real gana pero preocupa
Los de Clemente remontan sin juego ante un Numancia plano
La Real Sociedad necesit¨® sobreponerse a s¨ª misma para alcanzar la ducha sin ayuda de ox¨ªgeno. Enderez¨® de forma inveros¨ªmil un resultado que a medio partido amenazaba con hundirle entre los equipos desacreditados. Con Clemente, como antes con Krauss, los donostiarras siguen sin saber a qu¨¦ juegan. Descartado, por imposible, un juego agradable o entretenido, la Real se ha autoimpuesto el rigor defensivo y la voluntad como argumento para avanzar (y sobrevivir) en el campeonato. Sin demasiado orden, eso s¨ª.Todo lo contrario que el Numancia, un equipo que se parece extra?amente a su gigante Ojeda: todo pundonor, rigor de corte militar y escasa inspiraci¨®n. Sus ¨¦xitos se remiten a su resistencia al desmayo. De su f¨²tbol no se conocen m¨¢s se?as de identidad que las que a menudo definen a los conjuntos medianos: toda su creatividad parte de la serenidad y acierto de su defensa. Ayer, ambos centros del campo decidieron anularse en un abrazo de conveniencia: de esta forma quedaba zanjada la engorrosa cuesti¨®n de la creaci¨®n del juego. Honor a las defensas.
REAL SOCIEDAD 2
NUMANCIA 1Real Sociedad: Alberto; Mutiu, Loren, Ant¨ªa, Aranzabal; G¨®mez, K¨¹hbauer (Iker, m. 18), Idiakez, Barkero (Bonilla, m. 56); Sa Pinto y De Paula (Llorente, m. 72). Numancia: N¨²?ez; Belsu¨¦, Diego Jaume, Mu?iz, Iv¨¢n Rocha, Octavio; Casta?o, Nagore, Pacheta, Barbu; Ojeda (Morales, m. 87). Goles: 1-0. M. 18. Casta?o transforma un penalti cometido por Alberto. 1-1. M. 64. Sa Pinto centra desde el borde derecho del ¨¢rea y De Paula, que llega desde atr¨¢s, conecta a la red. 2-1. M. 75. Centro de Aranzabal que supera a la defensa y Llorente aprovecha un fallo de N¨²nez en su salida. ?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢?ez. Amonest¨® a Ant¨ªa, Sa Pinto, Goikoetxea y expuls¨® a Alberto con roja directa y a Jaume por doble amarilla. Unos 18.000 espectadores en Anoeta.
El centro del campo acab¨® por convertirse en una zona compacta por donde desfilaron democr¨¢ticamente los desatinos. El bal¨®n llegaba a las ¨¢reas l¨¢nguido y sal¨ªa despedido. Sin destino coherente, por supuesto. Tan cl¨¢sica situaci¨®n qued¨® destascada con la cl¨¢sica pifia. De Alberto, en este caso, y su penalti y posterior expulsi¨®n que coloc¨® al Numancia con una inopinada ventaja.
Ah¨ª, la Real decidi¨® rascarse la cabeza, pensar un poco. Le cost¨® mucho, pero decidi¨® aumentar su presi¨®n en el centro del campo... y esperar. Sa Pinto, que ha logrado recuperar su verticalidad con Clemente, sent¨® a dos jugadores en el centro del campo. La acci¨®n que m¨¢s recordaba al f¨²tbol tuvo el premio del gol, algo l¨®gico en un partido tan ¨¢rido. Otro fogonazo aislado sacud¨ªa la monoton¨ªa. Demasiado para los pulmones del Numancia, que se desenganch¨® del abrazo en la zona media para abrir las puertas a su rival.
El gol no cambi¨® nada; La Real continu¨® encomend¨¢ndose a los improbables atajos que dibujan los balonazos sobre el ¨¢rea. El portero N¨²nez se encarg¨® de validar lo intolerable. Ojeda sigui¨® corriendo para no llegar a ninguna parte.
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