Endurecimiento
La ruptura por parte de ETA de su tregua t¨¢ctica estaba cantada desde el 28 de agosto pasado, hace exactamente tres meses, cuando emiti¨® un comunicado dirigido a los partidos nacionalistas vascos en el que les acusaba formalmente del fracaso de Lizarra por haber "querido canalizar un proceso de paz podrido y sin contenidos". La respuesta de la ejecutiva del PNV fue inmediata y muy dura, neg¨¢ndose a "admitir la tutela de una organizaci¨®n armada", rechazando como "agotado el an¨¢lisis y el discurso de ETA" y dejando "muy claro que el d¨ªa que ETA deje las armas, el PNV no le deber¨¢ nada".Aquello vino a significar el entierro del Pacto de Lizarra y la ruptura del PNV con su hijo pr¨®digo. Despu¨¦s vendr¨ªan m¨¢s gestos an¨¢logos, que ratificaban el endurecimiento de los terroristas. As¨ª, a fines de octubre ETA dirig¨ªa una carta abierta al Gobierno en la que, tras reivindicar la apertura de un proceso constituyente vasco, exig¨ªa la puesta en libertad de todos sus presos y la salida de las fuerzas armadas extranjeras, nombrando como nuevos negociadores a conocidos asesinos convictos y confesos. Paralelamente, el brazo pol¨ªtico de ETA, por boca de EH, decid¨ªa su abstenci¨®n activa en las pr¨®ximas elecciones generales, invitando a los dem¨¢s partidos nacionalistas a que secundasen su postura. Y a mediados de este mismo mes de noviembre se produc¨ªa la filtraci¨®n de los documentos preparatorios para la pr¨®xima asamblea nacional de HB, a celebrar en diciembre con el lema Eraikitzen (Construyendo), que propon¨ªan intensificar la herri borroka (lucha popular) mediante la "movilizaci¨®n y la desobediencia", para avanzar en el "proceso de construcci¨®n nacional".
Y ahora, tras reunirse Arzalluz con Almunia, se produce este nuevo comunicado de ruptura de la tregua, reiterando los mismos argumentos de hace tres meses que culpaban a los nacionalistas moderados por no romper con Espa?a, lo que para ellos pudre y vac¨ªa el proceso de paz. La novedad es que ahora ETA hace expl¨ªcita su propuesta formal de convocar un Parlamento constituyente vasco, propuesta a la que "ni PNV ni EA han dado respuesta concreta todav¨ªa". As¨ª que las cosas no pueden estar m¨¢s claras: para ETA, la paz no era un fin sino un medio para obtener el ¨²nico fin que le interesa, que es forzar un proceso constituyente vasco al margen del sistema auton¨®mico espa?ol. Pero el PNV no ha querido seguirle en ese juego, y se ha limitado a darle largas fingiendo que aceptaba participar en la Asamblea de Electos para ir ganando tiempo. Y como ETA ve¨ªa que el paso de los meses estaba jugando en su contra, ha terminado por pinchar el globo, a fin de obligar al PNV a clarificar su ambig¨¹edad. As¨ª que ahora la palabra la tiene el Euskadi Buru Batzar, que por el momento ha perdido claramente la audaz apuesta con que se aventur¨® en Lizarra. Y una de dos: o denuncia la falacia de ETA y reabre el Pacto de Ajuria Enea, sum¨¢ndose a la unidad democr¨¢tica contra los terroristas, o rompe la baraja espa?ola y se echa de verdad al monte soberanista, siguiendo el sendero constituyente que le abre y le marca ETA. Pero en este ¨²ltimo caso sus electores no lo entender¨ªan, y el PNV se escindir¨ªa. De modo que lo m¨¢s probable es que se intente mantener contra viento y marea la m¨¢s extrema ambig¨¹edad, culpando de la ruptura de la tregua no a ETA sino al inmovilismo del Gobierno, con Mayor Oreja como cabeza de turco. Pero esta ret¨®rica parece destinada a fracasar porque el tiempo le ha dado la raz¨®n al ministro del Interior, al hacer veros¨ªmil su tesis de la tregua-trampa.
Con ello, ETA recupera la iniciativa aun a costa de quemar al moderado Otegi y al lehendakari Ibarretxe, cuya precaria investidura signific¨® la entrada de EH en las instituciones, ficci¨®n que ahora ser¨¢ dif¨ªcil de mantener. Y es que, como se?al¨® William Gamson (The Stratey of Social Protest, 1990), en los movimientos sociales siempre lleva la iniciativa su ala m¨¢s radical, sin escr¨²pulos para usar la fuerza y la violencia. Y una vez m¨¢s, ETA sigue siendo la mejor demostraci¨®n.
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