La Guardia Civil s¨®lo ten¨ªa indicios hasta que Ferr¨¢ndiz confes¨®
Las declaraciones de los agentes de la Guardia Civil que participaron en las investigaciones por los cinco cr¨ªmenes cometidos en Castell¨®n entre julio de 1995 y septiembre de 1996 ponen de manifiesto que no ten¨ªan pruebas contra Joaqu¨ªn Ferr¨¢ndiz hasta que ¨¦ste decidi¨® confesarse autor de los asesinatos. Los investigadores ten¨ªan indicios y datos que apuntaban al procesado, que est¨¢ siendo juzgado en la Audiencia de Castell¨®n, pero no pruebas. Comenzaron a vigilar al acusado como sospechoso s¨®lo de uno de los asesinatos.
En el primero de los cr¨ªmenes, el de Sonia Rubio, los agentes de la Guardia Civil desplazados desde Madrid para la investigaci¨®n comenzaron a fijarse en Ferr¨¢ndiz por una conversaci¨®n ajena a las pesquisas tanto de la polic¨ªa como del propio instituto armado. A consecuencia de la agresi¨®n que Ferr¨¢ndiz protagoniz¨® en febrero de 1998, cuando golpe¨® a una joven que logr¨® escapar de ¨¦l, a partir de mayo se procedi¨® al seguimiento de los pasos del entonces s¨®lo sospechoso de la muerte de Sonia Rubio.A continuaci¨®n se le "marc¨®" tambi¨¦n como posible autor del crimen contra Amelia Sandra Garc¨ªa, aunque, igualmente, sin pruebas, seg¨²n el testimonio de uno de los 10 guardias civiles que declararon ayer. El seguimiento se sucedi¨® hasta julio, cuando Ferr¨¢ndiz fue detenido tras deshinchar la rueda del coche de una joven que tuvo un accidente, hecho que el fiscal califica como un asesinato en grado de tentativa.
Sin embargo, tanto en el seguimiento efectuado por la Guardia Civil como en las investigaciones que se realizaron una vez Ferr¨¢ndiz ingres¨® en prisi¨®n, no se obtuvo ninguna prueba contundente que permitiera acusarle de las muertes. Incluso hasta julio de 1998 ni siquiera se sospech¨® que el triple crimen de Vora Riu hubiera podido ser cometido por la misma persona que los anteriores, entre otras cosas, porque entonces exist¨ªa una persona detenida y ahora exculpada. De las similitudes de los cinco casos y tras la intervenci¨®n del crimin¨®logo Vicente Garrido, quien efectu¨® un informe psicol¨®gico de investigaci¨®n criminal, se dedujo que el autor pod¨ªa ser el mismo en todos los cr¨ªmenes. Pero se segu¨ªa sin tener pruebas.
El ¨²nico elemento para mantener la acusaci¨®n de Ferr¨¢ndiz como supuesto autor de la muerte de Sonia Rubio se sosten¨ªa sobre un rollo de cinta de embalar que la guardia civil hall¨® en casa del acusado cuando efectu¨® un registro. La profesora de ingl¨¦s hab¨ªa sido amordazada tres a?os antes, cuando desapareci¨®, con una cinta corriente y sin caracter¨ªsticas espec¨ªficas, como la que se encontr¨® en casa de Ferr¨¢ndiz.
En el juicio tambi¨¦n declar¨® ayer la joven que fue agredida por ¨¦ste en febrero de 1998, agresi¨®n por la que el fiscal y la representaci¨®n de la v¨ªctima solicitan penas por asesinato en grado de tentativa y detenci¨®n ilegal. Fue a ra¨ªz de esta acci¨®n cuando comenzaron las sospechas contra Ferr¨¢ndiz. En su declaraci¨®n, la joven vari¨® su testimonio ya que, mientras que ante la polic¨ªa dijo haber sido v¨ªctima de un intento de violaci¨®n, ayer afirm¨® que el acusado intent¨® matarla. En cualquier caso, con el veh¨ªculo del autor de la agresi¨®n identificado como el de Ferr¨¢ndiz y la denuncia interpuesta por la joven, la polic¨ªa ni le mostr¨® una foto a la v¨ªctima para que tratara de identificar a su agresor ni efectu¨® una rueda de reconocimiento, adem¨¢s de dejar que el acusado, que acudi¨® a comisar¨ªa y neg¨® el ataque, se marchara a casa sin tomarle siquiera declaraci¨®n.
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