Aznar y Almunia intentan hoy un acuerdo con Ibarretxe, pese a que mantiene su pacto con EH

El jefe del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, se re¨²nen hoy en Madrid, por separado, con el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, en un clima de escepticismo sobre la posibilidad de acordar una estrategia ante el anuncio de ETA de que rompe la tregua. En La Moncloa y en el PSOE no se ve posible que Ibarretxe se alinee ahora con ellos ante la amenaza etarra. No obstante, creen ¨²til mantener el hilo con el lehendakari. Ibarretxe, que tambi¨¦n se reunir¨¢ con el coordinador de IU, Julio Anguita, defender¨¢ que "no todo est¨¢ perdido" y pedir¨¢ a Aznar iniciativas.

Aznar acept¨® la sugerencia de Almunia de mantener una entrevista con Ibarretxe, en el encuentro que mantuvieron la noche del lunes en La Moncloa, pese a que no ocult¨® su escepticismo sobre el resultado de la misma. El jefe del Ejecutivo se puso en contacto ayer mismo por la ma?ana con Ibarretxe -que, a su vez, adelant¨® el domingo su intenci¨®n de hablar con Aznar- para concertar la reuni¨®n de hoy. A su vez, Almunia y el lehendakari concertaron su encuentro el lunes. El secretario general del PSOE tambi¨¦n habl¨® por tel¨¦f¨®no con el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el lehendakari incluy¨® posteriormente a Anguita en su ronda de entrevistas en Madrid.Ibarretxe acude a la capital con la pretensi¨®n de convencer a sus interlocutores de que "a¨²n no est¨¢ todo perdido", pese al anuncio de ETA de que el alto el fuego termina el viernes. Pedir¨¢ a todos, y especialmente al presidente del Gobierno, "m¨¢s iniciativa".

Sumar al PNV al consenso

La pretensi¨®n de Aznar y Almunia es otra. Tratan de incorporar al lehendakari al consenso de los partidos democr¨¢ticos frente a la banda armada. En su encuentro del lunes acordaron cuestionar que el compromiso de los firmantes del Pacto de Lizarra tuviera como objetivo el final de la violencia. No obstante, ambos saben, aunque se lo sugerir¨¢n a Ibarretxe, que tanto el lehendakari como su partido, el PNV, no van a apostar por regresar a la situaci¨°n anterior a septiembre de 1998 y romper con el Pacto de Lizarra para volver a un frente com¨²n con los partidos estatales frente a ETA, e incluso HB si no condena la violencia, tal y como reflejaba el Acuerdo de Ajuria Enea.

Ibarretxe ya ha adelantado que, pese a la amenaza etarra y a la ausencia de condena de ¨¦sta por parte de HB, no romper¨¢, al menos por ahora, el compromiso parlamentario de su Gobierno con EH, la marca electoral de la izquierda abertzale, y que el PNV tampoco saldr¨¢ de Lizarra. Fuentes nacionalistas dijeron ayer que el lehendakari se ha dado por "relativamente satisfecho" con la declaraci¨®n de autonom¨ªa respecto a ETA que el lunes expres¨® el l¨ªder de EH, Arnaldo Otegi.

Las mismas fuentes manifestaban que la apuesta de Ibarretxe por mantener el acuerdo con EH y la del PNV por Lizarra es muy decidida y que una salida, ahora, de ese organismo empeorar¨ªa a¨²n m¨¢s las cosas porque se podr¨ªa interpretar por ETA y HB como "una declaraci¨®n de guerra pol¨ªtica". "Si el PNV mantiene su presencia en el el Pacto de Lizarra le queda un margen de maniobra para presionar a ETA. De lo contrario, no le queda nada", a?adieron.

No obstante, en el Gobierno central y en el PSOE se cree conveniente el encuentro de hoy. Los socialistas consideran que hay que tender puentes al lehendakari porque "se abre un horizonte incierto en el que pueden pasar muchas cosas". Almunia dijo que "est¨¢ dispuesto a ir hasta el l¨ªmite de las coincidencias con el Gobierno vasco y el central".

Los socialistas insisten en que, a¨²n no pudiendo llegar a acuerdos de calado con Ibarretxe para afrontar la amenaza etarra, el di¨¢logo servir¨¢, al menos, para "echar las bases de futuros acuerdos institucionales". En el PSOE creen que tanto el lehendakari como el PNV acabar¨¢n necesitando el respaldo de los partidos estatales y del Gobierno para afrontar la encrucijada en que se encuentran: presionados por EH y ETA, por un lado, y por los partidos defensores del Estatuto, por otro. No descartan que esta situaci¨®n pueda estallar si ETA inicia una cadena de atentados.

La Moncloa coincide con el PSOE en que aunque ETA rompa la tregua "las cosas no ser¨¢n iguales que en los tiempos anteriores a septiembre de 1998". Prev¨¦n que "ETA combinar¨¢ sus atentados con piruetas pol¨ªticas", lo que obligar¨¢ a que el Gobierno y los partidos reorienten sus t¨¢cticas.

No obstante, en el Ejecutivo se percibe un mayor escepticismo que en el PSOE sobre la capacidad de reacci¨®n de Ibarretxe y el PNV, incluso si ETA consuma y mantiene su amenaza un tiempo. Recuerdan la experiencia de los a?os 1997 y 1998. Mientras ETA ejecutaba una campa?a de asesinatos contra concejales del PP, dirigentes del PNV y HB "blindaban" sus conversaciones, pese a las provocaciones de la banda. "Si entonces, el PNV fue capaz de mantener su di¨¢logo con HB sin exigirle que condenara a ETA. ?C¨®mo no va a ser posible que ahora no haga lo mismo?", se preguntaron fuentes gubernamentales.