El Parlamento de Kuwait niega el derecho de voto a las mujeres
El Parlamento de Kuwait, compuesto en exclusiva por varones, se resiste a reconocer los derechos pol¨ªticos de las mujeres. Por un margen de dos votos, los diputados kuwait¨ªes rechazaron ayer una iniciativa parlamentaria impulsada por el emir Jaber al Ahmed al Sabah (que ejerce el papel de jefe de Estado), quien trata desde el final de la guerra del Golfo de 1991 de modernizar poco a poco su pa¨ªs, abriendo la vida pol¨ªtica a las mujeres y adjudic¨¢ndoles el derecho de sufragio universal y secreto.
Por 32 votos en contra, 30 a favor y dos abstenciones, el Parlamento de Kuwait, constituido s¨®lo por hombres, decidi¨® ayer por la ma?ana no reconocer el derecho de sufragio de las mujeres, oponi¨¦ndose a la voluntad del emir al Sabah. ?ste inici¨® en julio un procedimiento parlamentario con el objetivo de reformar las leyes electorales del pa¨ªs, que s¨®lo otorgan el derecho de voto y de representaci¨®n pol¨ªtica a los varones.La iniciativa democratizadora cont¨® ayer con el apoyo de los diputados liberales, los progubernamentales y los islamistas shi¨ªes, mientras que los islamistas sun¨ªes y los representantes de las tribus votaron en contra. Pero, entre todos, los votos decisivos fueron dos: los de un diputado shi¨ª, Hussein al Qallaf, y un islamista moderado, Abdallah al Rumi, quienes rompieron la disciplina de su grupo y decidieron en ¨²ltimo minuto y contra todo pron¨®stico oponerse a la propuesta.
?sta es la segunda vez en dos semanas que los diputados de Kuwait han desobedecido las propuestas de su emir, ya que el 23 de noviembre rechazaron en primera lectura esta misma iniciativa por 41 votos contra 21, alegando razones de procedimiento. En aquella primera ocasi¨®n votaron en contra del proyecto los diputados liberales y progresistas por considerar que la manera en la que el jefe del Estado hab¨ªa planteado la reforma en favor de las mujeres iba en contra de la Constituci¨®n y supon¨ªa un abuso de poder y un menoscabo de la vida parlamentaria del pa¨ªs.
"No debemos perder la esperanza", aseguraba ayer, en la sede del Parlamento de Kuwait, Yasmine al Sabah, una activista feminista, miembro de la familia reinante, quien capitaneando un grupo de 120 mujeres hab¨ªa acudido al edificio para presenciar el desarrollo de una jornada que se preve¨ªa hist¨®rica.
Muchas de estas espectadoras, la mayor parte sin velo (otro signo de que los tiempos cambian), llevaban puesta una camiseta en la que se pod¨ªa leer escrito el lema Mujeres del a?o 2.003, levantaros, en alusi¨®n a la convocatoria en esta fecha de las elecciones legislativas, en las que se preve¨ªa que las mujeres iban por primera vez a votar.
El resultado de esta votaci¨®n supone un enfrentamiento abierto de los diputados con el emir, quien desde que finaliz¨® la guerra del Golfo, y de acuerdo con Estados Unidos, trata de democratizar y reformar la vida pol¨ªtica del pa¨ªs, aunque sin hacer excesivas concesiones, ya que en cualquier caso Kuwait continuar¨¢ neg¨¢ndose a otorgar derechos pol¨ªticos a los residente extranjeros -dos millones de habitantes-, quienes configuran una clase social de segunda categor¨ªa y constituyen, sobre todo, una mano de obra barata al permanente servicio de los 800.000 kuwait¨ªes, los ¨²nicos ciudadanos oficialmente reconocidos.
Este pacto con Washington, adem¨¢s de los aspectos pol¨ªticos o ¨¦ticos en juego, ten¨ªa la funci¨®n propagand¨ªstica de demostrar a la opini¨®n p¨²blica estadounidense que la guerra por liberar al emirato de la presencia militar de Irak hab¨ªa sido justa al defender valores como la democracia y la libertad. La ausencia del derecho de voto de las mujeres es dif¨ªcilmente compatible con este deseo.
El desencanto alcanza tambi¨¦n a la Casa Blanca, sobre todo a Hillary, la esposa del presidente Bill Clinton, quien el pasado mes de julio, al conocer la propuesta del jeque, envi¨® un mensaje de apoyo a la sociedad kuwait¨ª, enalteciendo el proceso de reforma y defendiendo el voto de la mujer.
Aquel comunicado provoc¨® la indignaci¨®n airada de un diputado radical musulm¨¢n, quien trat¨® de hacer callar a la primera dama de EEUU record¨¢ndole que se trataba de "un asunto interno", al tiempo que recalcaba que "Dios dice en el Cor¨¢n que los hombres son superiores a las mujeres. ?Por qu¨¦ no respetarlo?"
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